Un día. Un sólo día puede ser una bisagra. Un antes y un después en la vida de una persona. Así de crudo como suena, de vez en cuando, es realidad. Como le ocurrió a este grupo de personas vinculadas entre sí, de distintas maneras que cuando amanecieron no vislumbraron los sucesos encadenados que iban a transitar.
Ana (Sofía Bertolotto) trabaja de acompañante terapéutica y mantiene un romance clandestino con el novio de su mejor amiga, Dolores (Coral Gabaglio), que se entera del engaño, aunque no sabe quién es la otra. Con esa excusa abandona su casa y se muda a la de Ana.
El contrapunto está instalado desde el vamos en esta realización de Matías Tapia y Carlos Piwowarski, donde los extremos se tocan y potencian.
Porque Ana es tranquila, responsable con su trabajo, amable con los vecinos, pese a que tiene uno desagradable y molesto. En cambio Dolores es todo lo contrario, exagerada, desbordada, irresponsable. Tal es así que entabla una relación, desde el lado de los vicios, con ese vecino llamado Rojas (Chucho Fernández).
El caos y el desorden se apodera de las chicas. Todo se sale de su cauce cuando Ana mata a Chucho para defender a Dolores. Para deshacerse del cadáver, recurre a una paciente suya, Roxi (Azul Fernández), que es una gran provocadora, cuestiona los límites, coquetea con el delito y está medicada.
Con un gran ritmo, de principio a fin, avanza esta comedia negra. Durante la propuesta cinematográfica, se percibe un clima "almodovariano" en su tratamiento, tan característico de su primera época. La temática es bien actual y el lenguaje utilizado lo mismo. Es coloquial, se evitan los formalismos, sólo lo mantienen las fuerzas policiales.
Pese a la corta duración, el film que cuenta con varios actores, cada uno de ellos tiene un papel importante y tiempo para desarrollarlo.
Está a la vista que estamos en presencia de una aventura, dentro de un contexto particular, en la que deseamos que las chicas tengan éxito con su objetivo.
Aunque cuenta con un buen trabajo de producción y posproducción, para que todo lo pensado en el guión funcione correctamente, la película no causa la gracia pretendida. Sólo entretiene por la continuidad de escenas alocadas, que es meritorio realizarlas porque precisan un timing exacto, pero no hay nada más que eso.