Aurora

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Onirismo con derecho a roce

Se puede hacer una obra de ciencia-ficción con muy pocos elementos. Esta película lo demuestra. Cierto que entre esos pocos elementos hay bastante poca ciencia, pero eso al público le importa poco. Sobre todo, porque también se hizo con muy poco vestuario. Abundan los desnudos, y algo más, ya que -según un curioso experimento- un joven voluntario se comunica de cerebro a cerebro con una joven en estado de coma, penetra en sus sueños, y de paso la ayuda a desinhibirse un poco. Perdón, un poco exactamente, no.

Por ahí va la trama. Pudo hacerse en chiste, como en aquella película donde alguien penetra en el cerebro de Bob Esponja, o aplicando reales observaciones científicas sobre cerebro y cerebelo, como hizo Alain Resnais en "Mi tío de América" para ilustrar los estudios del Dr. Henri Laborit; hay variantes. En este caso se eligió un raro sentido onírico, una escenografía despojada, iluminación matizada o directamente reducida, varios minutos de semiplena oscuridad, y poca ropa. En lo posible, desnudez total. Y cada tanto algunas filosofadas y compromiso afectivo. No es el mismo compromiso afectivo de "La muerte en directo", donde el hombre sacrifica sus ojos por la mujer que debe estudiar, pero a veces más o menos se le acerca.

Lo interesante es que de ese modo, y con una música muy adecuada, la directora Kristina Buozyte logra atraparnos y tenernos sumidos hora y media en la extrañeza. Lástima que la película dura dos horas largas, o así lo parece (debe ser la influencia de Sharunas Bartas, el director de mayor prestigio y capacidad de aburrimiento del cine lituano, que aparece cada tanto entre las brumas).

Éste es el primer film lituano de ciencia-ficción, y el segundo de Buozyte, que venía de hacer "Kolekcioniere" (mejor no preguntar de qué colección se trata) y el thriller "Park 79", y después participó en la norteamericana "The ABCs of Death 2". Esperemos que no se adocene en malas compañías.