El trabajo minucioso de este documental nos permite el reencuentro con el pensamiento, las ideas, el dolor y las canciones de un intérprete excepcional. La directora Melina Terribili logra con los registros de relatos que dejó el músico, y con un precioso material fotográfico reinterpretado por la realizadora, que nos permite asomarnos al mundo de el cantante, en especial de su exilio, de los dolores de la vida cotidiana, de la falta de inspiración para escribir canciones, de la resistencia silenciosa y coherente de un hombre que no quería adaptarse a otro lugar que no fuera el suyo. El trabajo de su esposa y su hija sacando a la luz cientos de cajas con recuerdos minuciosos anotados en papelitos y cuadernos, con objetivo de contrarrestar el olvido. Con ese soporte de fotos desgastadas, y esa voz en registros que el manda desde el exterior a familiares y amigos, Terribili reconstruye nada menos que el dolor de la ausencia, en su dimensión poética y desgarradora. Una realización llevada a cabo desde la admiración y la ternura para un gran artista.