El túnel de la muerte
La película independiente de Mike Flanagan ha tenido repercusión en circuitos no convencionales y se trata de una producción que va a contrapelo de Hollywood, en una propuesta de terror inusual que fusiona lo fantasmagórico y la paranoia.
En Ausencia (Absentia) la incertidumbre es la que moviliza a los personajes: dos hermanas, Tricia (Courtney Bell) y Callie (Katie Parker) se reencuentran luego de la misteriosa desaparación del marido de la primera. Después de siete años, llega el momento de declararlo "muerto en ausencia".
Ese es el planteo de este relato ambientado en un vecindario peligroso, donde hay un túnel que pasa por debajo de la autopista y en el que se producen misteriosas desapariciones de mascotas y personas.
El realizador juega con el tema de la locura en una historia cíclica que cambia las perspectivas cuando Daniel, el esposo, reaparece en extrañas circunstancias. Pero ya no es el mismo. Un film de aristas fantásticas que no cae en el despliegue de efectos. Por el contrario, utiliza al túnel como pasaje a un inframundo, entre pesadillas y un detective que se acerca a la "viuda" para proseguir su investigación.
El resultado es una película despojada de artificios donde se coloca el acento en la creación de los climas (las apariciones en el hogar) y en los dudosos comportamientos de las hermanas en cuestión, sobre todo una que tuvo un pasado con las drogas. El resto es misterioso tanto para las protagonistas como para el público que irá descubriendo un largo túnel con luz blanca en el fondo pero que también guarda sus sorpresas.