Luego de años de espera se estrena en cines Avatar: El camino del agua, la última superproducción de James Cameron y una secuela que tardó más de diez años en realizarse. El elenco vuelve a repetir a Sam Worthington, Zoe Zaldana, Sigourney Weaver y Stephen Lang, agrega a estrellas como Kate Winslet, Cliff Curtis y CCH Pounder.
Sin dudas, Avatar: El camino del agua, va a ser una película que dará que hablar ya que apenas estrenada está siendo incluida en diversos premios cinematográficos, pero ¿esto es justo? Veremos.
Comenzaré por los puntos positivos, que son bastante obvios, y sí, estamos hablando de los efectos especiales. Al igual que su antecesora, Avatar: El camino del agua, revoluciona la técnica cinematográfica es tanto visuales. En la primera parte revolucionó el cine 3D, en esta lo perfecciona, pero lo más destacable es que las criaturas de Pandora, principalmente la civilización Na’vi, parecen físicas. Por lo general cada vez que vemos un blockbuster lleno de efectos especiales notamos el trabajo computarizado, en Avatar: El camino del agua esto no ocurre y esto tal vez sea los que nos deparará el cine de entrenamiento en esta década. Otro punto positivo es que se nota el trabajo del director, se siente como una película de James Cameron, aunque este muy alejada en calidad si se compara con las grandes obras del director. Sin embargo, si bien la autoría es notoria, James Cameron peca de repetirse, literalmente hay escenas copiadas de Terminator 2 y de Titanic. Y, dicho esto, comenzamos con los puntos álgidos del film.
Si bien debo decir que la historia de Avatar: El camino del agua es mejor que la primera, esta vez no estamos ante una copia de Pocahontas, sigue siendo una historia plana y con varios baches de guion. Aunque, claro está, teniendo en cuenta que saldrán más películas de la franquicia, es posible que esos agujeros se llenen más adelante, pero por el momento debemos centrarnos en esta parte. Esas fallas del guion hacen que el espectador se sienta perdido ante ciertas actitudes de los personajes y, a su vez, se nota un cambio de filosofía dentro de la cultura de los Na’vis del bosque que choca con los vistos en su predecesora. Otro punto extraño son las actitudes de los humanos y, dicho sea de paso, la humanización de los Na’vi. No puedo continuar explicando esto porque entraría en el terreno de los spoilers, cuando la vean notaran a que me refiero. Otro punto negativo es su extensa duración de tres horas y cuarto, un metraje innecesario para lo que se quiere contar, incluso hay un momento a la mitad de la cinta que parece más un documental ambiental que una película. Estas fallas narrativas, lamentablemente, terminan arruinando un poco la experiencia. Eso sí, hay que admitir que la acción del tercer acto es trepidante, pero esto ya es marca registrada de James Cameron.
Si bien Avatar: El camino del agua cuenta con grandes celebridades de Hollywood y otras en ascenso, ninguno de ellos destaca en el sentido actoral, aunque sí hay desarrollos de personajes interesantes como lo son Kiri y Lo’Ak. Mención aparte para el villano interpretado por Stephen Lang, esta vez en su forma de avatar, el personaje es quien realmente hace avanzar la trama de la película y se destaca sobre el resto. Eso sí, no se puede negar que tiene un bonito mensaje sobre la familia y la necesidad de adaptarse en un territorio ajeno, pero también tiene un mensaje bastante antipacifista y bastante bélico.
En fin, Avatar: El camino del agua es una película recomendada para ver en el cine más por sus efectos especiales que por su trama, manteniendo la misma falla que su predecesora. Hay que ser sinceros, si hablamos de puntaje, el apartado técnico es un once y la historia un cinco. Si te gustó la primera con esta va a ocurrirte lo mismo y ya deberías tener las entradas en mano, si eso no ocurrió es preferible que ahorres el dinero para otra cosa.