Tanto en Internet como en otras tecnologías de comunicación actuales, se denomina "avatar" a una representación gráfica que se asocia a un usuario para su identificación. Estos pueden ser fotografías o dibujos, y algunas tecnologías permiten el uso de representaciones tridimensionales. En la película de James Cameron, el avatar en cuestión es el que usa Jake Sully (Sam Worthington), un marine parapléjico, que ocupa un avatar que resulta de una mezcla entre humano y na'vi, los aborígenes del planeta Pandora. Allí, un consorcio corporativo está extrayendo un raro mineral que será clave en la solución de la crisis energética de la Tierra. Como la atmósfera de Pandora es tóxica, han creado el Programa Avatar, en el que "conductores" humanos tienen sus conciencias unidas a un cuerpo biológico controlado de manera remota que puede sobrevivir en el aire letal. Ayudado por la Dra. Grace(Sigourney Weaver), se le asigna a Jake la misión de infiltrarse entre los na'vi, que se han convertido en un obstáculo importante para la extracción del preciado mineral. Pero una hermosa nativa salva la vida de Jake, y esto lo cambia todo, ya que éste comienza a debatirse entre seguir con su misión o formar parte del planeta Pandora para siempre.
La experiencia 3D en esta cinta no tiene precedente; técnicamente es sobresaliente y eso tendrá sus dividendos obvios en las entregas de premios más importantes del mundo. Lo peligroso es que no sólo está recibiendo premios en cuanto a lo técnico, sino que tanto su director como el filme mismo están ganando cada vez más galardones y, sinceramente, este filme vale más como experiencia cinemtaográfica 3D que como un interesante y reflexivo drama. En ese aspecto, la pretenciosidad de Cameron resulta exagerada: "Avatar" es una olvidable película que, aunque muy cuidada en cuanto a la creación de un mundo único y original audiovisualmente, sólo resulta disfrutable durante su proyección tridimensional.