El regreso del verdadero cine espectáculo
Sencillamente...impresionante!. “Una aventura que va más allá de la imaginación” no es sólo parte del slogan publicitario, sino que felizmente se percibe en una historia de casi tres horas que dejará con la boca abierta al espectador.
El regreso de James Cameron generó expectativas por varios motivos: se trata de un director que brilló en sus diferentes propuestas, desde El Abismo, pasando por Aliens y Terminator 2 hasta Titanic.
En mayor o menor medida, en todas desplegó la parafernalia visual como pocos, pero también se vio respaldado por buenas historias, referencias bíblicas y homenajes que le permitieron ser eximio en lo suyo.
En AVATAR, nada está librado al azar. Jake Sully, un soldado que quedó parapléjico en la guerra, es enviado al planeta ´Pandora´ con la apariencia de un ´Navi´: una raza humanoide que habita este lugar. Su misión consiste en infiltrarse entre los nativos para eliminar su resistencia ante la colonización humana.
En ese sentido, la mirada antibelicista, la interrupción de la vida idílica de comunidades indefensas, la “doble” vida que llevan adelante los personajes (que hacen en una realidad paralela lo que no pueden en la vida diaria) y los fines ecológicos, son parte del mega espectáculo que ofrece AVATAR.
Impecable y contundente desde lo visual, combina a la perfección la acción en vivo y la animación realizada con la técnica de captura de movimientos; y resulta vertiginosa como una montaña rusa, con acción, aventura y magia.
Pero todo esto no serviría de nada si el film no tiene emoción. Y es lo que sobra entre tanto vuelo de aves, máquinas peligrosas y super armadas, y caídas en lianas. Sus personajes resultan creíbles y queribles.
La cita es imperdible. Y la diferencia se nota. No sólo son efectos, es la vuelta del cine a gran escala...