Mientras millones de personas en el mundo llenan toda sala de cine donde se proyecte el flamante tanque de Marvel, en Argentina el fenómeno se replica con un récord de asistencia en el día de estreno en 700 pantallas a lo largo y a lo ancho del país. Puede resultar un tanto abrumador que una sola película venda el 90% de las entradas que se cortan en estos días en los cines argentinos, con cadenas que están programando aquí en Mendoza cerca de 30 funciones diarias. Hay que decirlo sin vueltas, en la última década Marvel cambió el rumbo del consumo de films en las salas del mundo, apostando a cartas y fórmulas que exceden largamente los códigos del cómic y el lenguaje cinematográfico.
La gran factoría ha dado en la tecla con la receta para conformar una enorme platea mundial, siempre ávida de devorar cuanta producción de superhéroes se estrene en cada temporada. No se trata de un nutrido pelotón de nerds, conocedores de cada detalle de los íconos de historietas, sino de una masa que disfruta de ser parte de una gigantesca comunidad fascinada por un espectáculo exuberante.
Sin deslizar ningún spoiler, y ni siquiera anticipar elementos de la trama, es indudable que Avengers: Endgme marca un cierre por lo alto de una fructífera etapa de la usina Marvel, que va por más en la próxima década. Una película que a lo largo de tres horas reparte dosis de acción, emoción y nostalgia. Si bien es continuación de Avengers: Infinity War y forma parte de todo un conglomerado de más veinte películas, no hace falta ser un erudito para disfrutarla de comienzo a fin. Con un planteo narrativo old school, en el que priman los vínculos de familia, pareja y compañerismo; el film le da a la platea la chance de alternar entre la adrenalina y el lagrimón. Focalizada en sus personajes centrales: Iron Man, Capitán América, Hulk, Black Widow, Thor y Hawk Eye; esta entrega también cuenta con un nutrido pelotón de secundarios, sin generar un colapso de información ni subtramas innecesarias. Que los protagonistas emprendan una odisea en pos de un objetivo concreto sin tantos vericuetos y derivaciones, hace de esta película una experiencia disfrutable e integradora.
Marcando el reparto más estelar del cine de las últimas décadas, este film incluye participaciones de nombres de la talla de Robert Redford, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer, Tilda Swinton y William Hurt. Sumando el plus de una banda sonora irresistible, con canciones de Traffic, The Kinks y The Rolling Stones; estamos frente a una celebración de los triunfos de un poderoso equipo. Una película que cumple con todas y todos, dotada de pinceladas que remiten a premisas actuales como el empoderamiento feminista, y otras más clásicas como la lucha del bien y el mal. Todo bajo un manto de corrección política, muy a tono con una producción que pone en juego cientos millones de dólares de presupuesto.
Frecuentemente, prensa y cinéfilos han comparado el fenómeno masivo del universo cinematográfico de Marvel con el de tanques como Star Wars, Harry Potter o El señor de los anillos. Pero lo cierto es que esas franquicias han girado completamente sobre una historia y personajes determinados, mientras que la factoría de superhéroes cuenta con un abanico de decenas de figuras, que dan lugar a sus respectivas sagas, y también a reuniones como la de Avengers, que funcionan como un compendio de grandes éxitos.
A su vez, el triunfo de las películas de Marvel va por un camino muy distinto al de las aclamadas y legendarias producciones mencionadas. Mientras directores con fuertes rasgos autorales como George Lucas y Peter Jackson han estado al frente de las aventuras intergalácticas y los libros de Tolkien, la fábrica de héroes y heroínas en cambio opta por el permanente recambio de realizadores, borrando así cualquier atisbo de impronta personal. La clave del acierto en este pelotón de films marvelianos es justamente la imposición de la marca por encima de los nombres detrás de la cámara. De esta manera, es absolutamente lógico que estas películas sean ejecutadas por artesanos con oficio.
Lo que sí es cuestionable en esta veintena de títulos iniciales es cierta pereza narrativa, ese afán de explicar más que desarrollar. Otra clavija que podría ajustarse tiene que ver con el ímpetu de unos villanos no del todo bien trazados. Thanos en las últimas Avengers es más una pieza de diseño que una criatura con una malicia avalada en un historial con sustento. Por último, también es cierto que la salida de algún o algunos personajes tiene más que ver con una cuestión de mercado, o hartazgo de una estrella tras haber acumulado unos cuantos millones de dólares, que con una plena justificación narrativa.
Tal vez Marvel nunca se encamine a pulir dichos aspectos, y a juzgar por sus brillantes resultados de taquilla, es comprensible que no apuesten a mover mucho la aguja. Así y todo, la maquinaria funciona y entretiene con nobleza, motivo más que válido para augurar otra década triunfal para este emporio. A pesar de los tiempos oscuros que transitamos, una nueva generación se prepara para ingresar en la comunidad de devotos del mundo de los superhéroes. Nada podrá apagar la luz del gran espectáculo como refugio contenedor.
Avengers: Endgame / Estados Unidos / 2019 / 181 minutos / Apta para mayores de 13 años / Dirección: Joe y Anthony Russo / Con: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Chris Evans, Mark Ruffalo, Josh Brolin, Don Cheadle, Scarlett Johansson, Brie Larson.