El estreno de una película como Avengers: Endgame desnuda un fenómeno muy propio de esta época. Vivimos en tiempos de absolutos. Lo mejor de la historia, lo peor de la historia. El término medio pareciera no existir. El tomate es uno rojo o uno podrido, pulgar arriba, pulgar abajo. Lo que tengas para decir no importa, dame estrellas. Ponerle un 7 a una película equivale a decir que no es gloriosa. Para ponerle un 6 le hubieras puesto un 2. Me hubieras dicho lo mismo. Uno ve que el público se ha visto arrastrado hacia esa lógica, el problema más grave es cuando son los colegas los que caen en ella. Hay una necesidad de exacerbar opiniones. Necesito mayúsculas más grandes para expresar mi parecer. El 10 no me alcanza. La coherencia pareciera entenderse como tibieza. Y eso, evidentemente, no genera Me Gusta. Hay que alimentar a la bestia, dándole exactamente lo que quiere leer.