Divertida y caótica. Aves de Presa (o la Fabulosa Emancipación de la Unica Harley Quinn) brilla en los momentos de acción, en los chistes y en las perfomances pero la narrativa es un desastre (al menos durante la primera mitad del filme), simplemente porque la directora Cathy Yan no sabe como resolver con limpieza la entrada de tantos personajes extraños a la historia de Harley. Cada uno tiene su historia y, lo que es peor, se van enredando entre ellos de manera secreta en el tiempo real, así que tenemos flashbacks del presente, flashbacks del pasado y a veces flashbacks de flashbacks, lo cual es un dolor de cabeza. Hay uno de estos flashbacks en especial que dura una eternidad – y que involucra a Harley Quinn apresada entre dos bandas rivales en un callejón – el cual es tan excesivo que, cuando la directora Yan vuelve con el relato al momento del callejón, uno ya daba por terminada dicha escena. Pero no sé si es tanto la culpa de Yan como de la libretista Christina Hodson, la cual debería haber visto algunas de las primeras películas de los X-Men (o bien, de El Señor de los Anillos) para ver como se introduce un elenco multitudinario con mínimos recursos y en poco tiempo.
La historia es tremendamente simple y el licuado de flashbacks pretende hacerla mas compleja de lo que es. Hay un mafioso, un diamante robado que quiere recuperar (y que tiene data grabada de cientos de cuentas secretas de la mafia, recargadas de dolares), Harley en el medio, y un montón de futuras aliadas que tienen cuentas a cobrarse con el mafioso. En el interín hay una niña avispada, carterista y rebosante de cultura callejera, que se hace con el diamante y tiene a medio mundo a mal traer. Nop, no es Interstellar o una de Bergman. Sin embargo a veces te da la sensación de que perdés el hilo de lo que está pasando en la pantalla en ese momento.
Como la historia es breve, el libreto le manda relleno. Otro flashback, esta vez para contar el origen de Harley Quinn – lleno de dibujos animados así no muestran en pantalla al horripilante Joker de Jared Leto de Escuadrón Suicida – y un larguísimo voice over para explicar que la Quinn acaba de romper con su budincito. Por mas que la Robbie sea una delicia actuando (y confirme que es la Harley Quinn definitiva de la pantalla grande), uno se desespera para que las historias del rompimiento entre ella y el señor G. se terminen de una vez y comience la trama real del filme. Yan se embelesa con el detalle, total es el componente Rom Com de la trama… pero llega un momento en que te pudre. Ohh, otra vez, ahí vamos con el lamento, el luto por el noviazgo perdido…
Las cosas se ponen interesantes cuando Ewan McGregor y Chris Messina entran en pantalla. McGregor hace de Máscara Negra, uno de los villanos mas temibles de la mitología de Batman, y acá el inglés se devora el papel con alma y vida, componiendo a un cretino ególatra obsesionado con las máscaras y la tortura, gracioso casi todo el tiempo… hasta que decide hacerse respetar y le arranca la cara a alguien. No, no es un villano a la altura del Joker (Nicholson, Hamill, Ledger, Phoenix… elija su propia versión) sino un malo medio pelo pero está interpretado con gusto. En cambio Messina es Victor Zsasz, el sicario que tiene un bromance con McGregor y quiere que su jefe esté siempre contento.
Como el duelo entre Máscara Negra y la Quinn sería desparejo, el libreto decide meter con calzador a las Aves de Presa – un equipo de superheroínas que vimos alguna vez en una fugaz serie televisiva cerca del 2000 – con algún que otro cambio en el staff. Cazadora ya no es mas la hija de Gatúbela y Batman sino de un mafioso que Máscara Negra mandó matar, Canario Negro ahora es una cantante morena del cabaret que regentea McGregor (un cambio al canon del comic que resulta inspirado) y, en vez de Oráculo / Batichica jubilada y postrada, tenemos a Renée Montoya, la cual tiene un serio problema de casting ya que Rosie Perez se ve demasiado vieja y enana para el rol que, además, es demandante en lo físico y un área en donde ella no resulta creíble (¿acaso no estaba disponible Rosario Dawson para el papel??). Mary Elizabeth Winstead está pasada de tubos y se ve como un camionero (¿dónde quedó esa belleza de Scott Pilgrim, la precuela de The Thing y 10 Cloverfield Lane de la cual estaba enamorado?), y al menos Jurnee Smollett-Bell rebosa de energía y carisma, tanto que le daría una película a ella sola. La invitada a la fiesta es Ella Jay Basco, la que desborda de picardía con 13 años y es la compañera ideal de viaje para las locuras de Harley Quinn.
Está visto que la Quinn seguirá camino con otra película propia y que acá quisieron presentar a las Aves de Presa para su propia franquicia, cosa que dudo que prospere porque – por mas buenas críticas que haya tenido – el filme no llegó a los 200 millones de dolares de recaudación, un vuelto comparado con los standares que recaudan las películas de superhéroes. ¿El por qué del fracaso?. Quizás porque el melodrama del rompimiento de Harley devora demasiado tiempo… o quizás sea porque el de los superhéroes es un club de varoncitos, donde solo pueden tener éxito historias como la de Capitana Marvel, que es una standard de superhéroes pero sin pito. Quizás el feminismo en este género pase por otro lado – no por cuestiones del corazón como en Aves de Presa -, sino porque una superheroína puede tener una visión mas humana del mundo que la de los hombres, que es la razón por la cual brilló tanto Mujer Maravilla.
Aves de Presa es muy muy divertida si uno no le presta demasiada atención a la liviandad de la historia, a los enredos narrativos y al exceso de personajes sin trasfondo dramático. Cuando patean traseros es genial – cortesía del mago Chad Stahelski -, y cuando acierta con el humor es la bomba. Margot Robbie es deliciosa todo el tiempo – por favor, que alguien le mande una nota a Brie Larson sobre cómo interpretar con gusto a un personaje de comic que usa calcitas -, el tono es mucho mas zarpado que su predecesora Escuadrón Suicida (y por eso arranca mayores risas), y es muy llevadera. No, no es la versión DC y femenina de Deadpool (aunque quisieron hacer algo parecido) ni el filme que revolucionará el género; pero si te metes entre las cuatro paredes de un cine la vas a pasar bien, aunque sea tan solo por admirar el desparpajo de la Robbie, la cual es una ladrona de escenas constante que se merece nuestro mejor aplauso.