Pudo haber sido peor.
Aves de presa resultó un film más decente de lo que auguraban los avances promocionales, pese a que quedará en el olvido entre las producciones clase B del Universo DC.
Como era de esperarse, el concepto del cómic con la agrupación de heroínas que le da el título a esta película brilla por su ausencia, ya que se trata de una historia independiente de la insoportable Harley Quinn, centrada en la sobreactuación de Margot Robbie.
La obra de la realizadora Cathy Yan, quien viene del cine independiente, no hizo el mínimo esfuerzo por explorar al personaje con alguna idea interesante y la supuesta emancipación emocional del Joker que atraviesa la protagonista se desarrolla de un modo bobo y superficial.
El guión es malo, el humor no funciona y la musicalización, que parece armada con una playlist amateur de You Tube, es deplorable.
Esta es la clase de película donde el director está obsesionado por no tener baches de silencio en su relato y satura su narración con canciones elegidas sin ningún tipo de criterio, que por lo general no pegan con las situaciones que se ven en la pantalla.
Ahora bien, pese a todas estas desventajas, que en otro caso hubiera brindado una experiencia tediosa y decepcionante (y también otra calificación en la reseña), la aventura individual de Harley se vio salvada por ese caballero artúrico que es Sir Chad Stahelski. Delegar las secuencias de acción y coreografías de peleas en el realizador de la saga John Wick fue una de las mejores elecciones que tomó Warner en una producción de DC.
La labor de Stahelski es excelente y consigue que la película sea mucho más entretenida. Los chistes no funcionan y al guión le faltó más dedicación, pero por lo menos no te aburrís y el trabajo de la directora Yan compensa al público en este aspecto.
La secuencia de pelea que tiene Margot Robbie con un bate de béisbol en un momento de la trama supera por afano a todas las escenas de acción que presentó David Ayer en Escuadrón suicida con el mismo personaje. Sir Stahelski hace sobresalir a cada una de las actrices y se nota claramente que la coordinación de los dobles de riesgo estuvo a su cargo.
Aves de presa es un ejemplo perfecto de un tema que resalté en la reseña de Los ángeles de Charlie.
Si Elizabeth Banks hubiera contado con un colaborador de esta jerarquía para las secuencias de acción el destino de esa película hubiera sido diferente.
No importaba que el guión fuera malo o se pasara de rosca con la corrección política, como propuesta del género al menos habría resultado más entretenida con un mayor lucimiento de las protagonistas.
Si al film de Harley le quitás la labor de este director se derrumba por completo, ya que no hubo ninguna idea inspirada para trabajar a la villana de los cómics.
Con respecto al tratamiento que tuvieron el resto de los personajes el balance es más satisfactorio de lo esperado.
El origen que se brinda de Huntress es el mismo de la historieta y está muy bien integrado dentro del conflicto.
Mary Elizabeth Winstead hace un buen trabajo con el rol cuando no tiene la presión de ser graciosa, pero le juega en contra la caracterización física que le dieron los productores.
La anti-heroína de Gotham en este film usa una vestimenta que parece salida de una pasarela de Milán, con la colección primavera-verano 2020, y genera ruido.
El look street wear fashion que le dieron no va con la personalidad de la justiciera. Jurnee Smollett-Bell por su parte le otorga mucha personalidad a Canario Negro, que ahora es una chica negra, pero corre con la desventaja que su personaje apenas tiene un mínimo desarrollo.
La interpretación de la actriz está más en sintonía con las últimas versiones del cómic que escribió Brenden Fletcher.
Rosie Perez como la policía Renee Montoya es puro corazón y la banco a muerte en este rol. Para una actriz de 55 años es muy difícil conseguir un papel de este tipo porque generalmente se buscan artistas más jóvenes. Ella lo tuvo claro y supo aprovechar la oportunidad. El tema de la edad es parte del arco argumental que tiene el personaje y Rosie le otorga una presencia sólida a la detective con una labor muy digna.
Por el lado del villano, Ewan McGregor, en el rol más sobreactuado de su carrera, representa lo peor del film. Black Mask, que usa la máscara 20 segundos como mucho, es retratado como un misógino amanerado que podría ser el típico antagonista semanal de la serie Batwoman.
La labor de McGregor es olvidable pero hizo lo que pudo con un guión mediocre que tampoco le daba tanto espacio para destacarse.
El momento más inspirado de Aves de Presa tiene lugar en la secuencia de animación inicial, donde se resume el origen de la protagonista y el horror de su relato se contrasta con unos diseños de personajes muy simpáticos.
¿Vale la pena verla en el cine? No.
Salvo que seas fan de Harley Quinn es una propuesta que se puede postergar para la televisión si te gusta el género y no tenés nada más productivo que hacer.