DC continúa con sus intentos de establecer un universo cinematográfico con los grandes superhéroes y villanos de la compañía. En esta ocasión, recurrieron a un grupo no tan conocido de heroínas y a uno de sus grandes personajes del mundo Batman, Harley Quinn.
Poco a poco, Warner y su alianza con DC Comics comienza a tomar valor, afianzándose con historias interesantes, entretenidas y manteniendo la visión de los directores a los que recurren. Algo que aprendieron luego del paso en falso a nivel narrativo que significaron «Batman Vs Superman» (2016) y «Suicide Squad» (2016), no así en el plano económico donde representaron un éxito. «Justice League» (2017) tampoco logró el reconocimiento que esperaban y allí arrancó un nuevo camino donde abordaron la situación con una nueva perspectiva, dejando de imitar a la competencia para brindar historias individuales más personales, cuya conexión con el resto de los relatos pasan a un plano secundario. Es por ello, que los siguientes relatos, «Wonder Woman» (2017), «Aquaman» (2018) y «Shazam» (2019), fueron éxitos rotundos que dieron la pauta del potencial de sus personajes.
Ahora llegó el turno de este nuevo trío heroico y de una antagonista conocida que fue tan aceptada por el fandom que tanto la actriz que la interpreta, Margot Robbie, como los productores decidieron incluirla en esta primera aventura de «Birds of Prey».
«Birds of Prey And the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn» continua la historia de Harley Quinn (Robbie) luego de los eventos que vimos en «Suicide Squad». Tras aquellos acontecimientos, la villana decide separarse del Joker y arrancar un nuevo camino en solitario. El problema está en que sin la protección de su ex novio varios criminales y delincuentes de la ciudad deciden cobrar venganza. Entre uno de los adversarios que la busca está Roman Sionis (Ewan McGregor), conocido como Black Mask, un señor del crimen totalmente despiadado y violento que pide su cabeza. Para salvar su vida Quinn deberá unirse a tres heroínas que también se enfrentan al poderoso adversario que tiene una fijación con máscaras y obtiene placer sádico a la hora de torturar a sus enemigos. Este grupo improbable de luchadoras contra el crimen estará compuesto por Black Canary (Jurnee Smollett-Bell), una cantante que trabaja en el club nocturno de Sionis y que tiene grandes habilidades en artes marciales, Renee Montoya (Rosie Perez), una oficial de la policía que se encuentra armando un caso contra Roman y su relación con el crimen y Huntress (Mary Elizabeth Winstead), una experta en combate que presenta una gran habilidad con la ballesta y busca vengar a su familia. Entre las cuatro deberán enfrentar a Black Mask y proteger a una niña, Cassandra Cain (Ella Jay Basco), que se vio involuntariamente atrapada en la elaborada red delictiva de Sionis.
El largometraje nos brinda 109 minutos de puro entretenimiento y no nos da respiro, valiéndose de la narración en primera persona de Harley Quinn, para contarnos de manera atractiva la primera aventura de este interesante cuarteto. Al ser un personaje peculiar con una psicología inestable, los guionistas utilizan el recurso de mostrar los acontecimientos de manera desordenada al antojo de la protagonista, enriqueciendo de esta manera un libreto que tiene algunas inconsistencias pero que se ven suplidas por este estilo y por la decisión de ir rompiendo la cuarta pared en diversos momentos. Es en estas cuestiones que nos recuerda por momentos a «Deadpool» (2016), un film/personaje con el que Harley comparte algunos puntos en común. No obstante, la película crea su propia personalidad en esas decisiones estilísticas y en otras tantas disposiciones estéticas que van en consonancia con el espíritu del personaje creado por Bruce Timm. Entre ellas, cabe destacar la secuencia inicial de la cinta elaborada completamente con animación tradicional que le dan una vuelta atractiva e interesante de recapitular los inicios de Harley.
El tono cuasi caricaturesco que adopta por momentos la anti heroína funciona a la perfección en el verosímil que construye el film, que se distancia de la solemnidad para sumergirse en la locura, los gags, y en secuencias de acción repletas de violencia y sangre. Si bien por momentos el tono y el ritmo puede ser desparejo (algo que podría atribuírsele a la edición) la película funciona gracias a la interesante dirección/visión de Cathy Yan, a una puesta de cámara totalmente lograda y un trabajo coreográfico impecable. Las secuencias de lucha son totalmente sorprendentes e hilarantes a la vez.
También hay que destacar a la pegadiza banda sonora que esta vez sí está bien empleada a diferencia de lo que pasó en «Suicide Squad» y a una estupenda dirección de fotografía de Matthew Libatique («Black Swan», «A Star is Born») que capta perfectamente la atmósfera que rodea a los personajes, con colores estridentes y reflejando sus personalidades desde el uso de la luz y la composición.
Por el lado interpretativo, las aves de presa representan un grupo bastante sólido con una química evidente, aunque quizás por la corta duración de la cinta le falte desarrollo a algún que otro personaje, pero la actriz que verdaderamente se destaca es Margot Robbie. Robbie, quien además oficia de productora de la obra, vuelve a interpretar a su querible Harley, poniendo el alma y cuerpo para la ocasión logrando que sea muy difícil separar al personaje de su persona. Se nota su comodidad y pasión por componer a esta villana/superheroína y difícilmente podamos imaginar una decisión más acertada de casting.
Por el lado del villano, McGregor hace una correcta labor para interpretar al opositor de turno cuyas motivaciones puede que no sean del todo convincentes pero que gracias a su carisma y entrega terminan logrando el objetivo.
«Aves de Presa» es una película entretenida con mucha acción, humor y personajes memorables, donde la que principalmente se luce es Margot Robbie. El largometraje logra un atractivo visual y estético imponente gracias a la visión de la directora y un gran trabajo a nivel técnico. Un film que deja de lado ciertas inconsistencias del guion y da rienda suelta al potencial de su elenco y sus realizadores. La obra de Cathy Yan da paso a una nueva etapa de DC donde todo es más brillante y atractivo.