Los senderos del fuego animado
Levantar vuelo, llegar a la exigencia máxima del motor para luego disminuir la potencia y desacelerar. Efectividad: dudosa. Así se resume el resultado la nueva propuesta Disney de Bobs Gannaway (Tinker Bell y el secreto de las hadas), quien se embarcó en la segunda parte del spin-off alado, producto de la exitosa Cars.
Si Aviones tenía una carrera planetaria y era alevoso el calco guionístico con su musa de cuatro ruedas, Equipo de rescate pega un correcto golpe de timón hacia una historia que poco tiene que ver con su predecesora. Es más, son casi dos filmes diferentes.
Dusty (el ganador de la carrera Alas por el mundo) vuelve a la carga, pero más humanizado, con un corazón (transmisión) que le dice basta. Una falla en su motor lo obliga a que le coloquen una luz de emergencia que le avisará cuando esté exigiéndose de más. Su rebeldía le traerá problemas a él y a sus amigos, y el guerrero deberá reposar: mutar su identidad.
Si antes él era individualista (competidor de carreras) ahora deberá trabajar en grupo en el Parque Nacional Piston Peak para que le den la licencia de avión fumigador y así poder levantar la clausura del aeropuerto amigo PropWash Junction, flojo de suministros para evitar incendios.
Pero el hidroavión de elite no está solo, lo acompañan en sus tropelías el serio y enigmático helicóptero rescatista Blade Ranger, quien lidera al equipo. También está Dipper, un avión cisterna que admira a Dusty hasta el ridículo, el carguero Windlifter y Cabbie, un viejo transporte militar.
El drama de los incendios forestales se repite en Aviones 2 como un mantra de la prevención humana. Las continuas fumigaciones virtuales, vistosos paisajes de bosques y lagos, evacuaciones de hoteles de lujo o escenas de un puente en llamas conviven con un sonido adaptado para oídos infantiles, como la semidistorsionada Thunderstruck de AC/DC.
La contracara de ellos será el “super intendente”, un acertado y autorreferencial personaje que buscará conflictuar con Dusty, quien promete un próximo aterrizaje por la pantalla grande.