Aviones

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Vuele bajo, porque abajo está la verdad

Prima de “Cars” y hermana de “Turbo”, el protagonista es un avión fumigador que quiere correr una carrera internacional y le teme a las alturas.

Ya es una tendencia: son muchas las películas animadas en las que todo el clímax se resume en una disputa deportiva. Por ejemplo, si gana o no una carrera, como si no fuese más importante que, al final, gane o pierda deportivamente, no consiga un triunfo mayor. Véase Metegol, Monsters University o Cars. Ya se ha dicho y promocionado que A viones se parece precisamente a Cars, que es de la misma familia de vehículos parlanchines, pero mucho más a la reciente Turbo, donde un caracol quiere correr las 500 millas de Indianápolis. Aquí es un avión monoplaza fumigador el que quiere imponerse a otros aviones más veloces en una suerte de rally alrededor del mundo.

Nada es imposible, diríamos, pero haríamos mención a otra campaña deportiva...

Todo esto está bien para el adulto que vio y puede relacionar estas películas, pero para los más pequeños lo importante es que la trama sea entretenida, que haya buenos gags y los dibujos lo atrapen, la vea con o sin anteojitos tridimensionales.

Y algo que todo eso se da en Aviones.

También es una road movie , la película del camino en la que precisamente en la travesía el personaje central irá atravesando circunstancias que lo enriquecerán y, cuando llegue a la meta, no será el mismo.

La avioneta fumigadora -que, no es un dato menor, le teme a las alturas-, tiene sus amigos (una elevadora que lo arregla todo, y como en Cars, hay una camioncito algo bobalicón y un antiguo caza de combate, el héroe -el clásico personaje que, con su experiencia, da consejos y ayuda al más joven protagonista-) e irá sumando otros en pleno vuelo.

Pero aquí el 3D sí da la sensación de adrenalina, no indispensable, pero sí bienvenida. Desde los primeros vuelos a través de los campos sembrados que fumiga XX, pasando por los desiertos y los cañones, ofrece un plus que suma cuando la trama empieza a aflojar y a descender, a perder altura.

Tal vez le falte un poco más de humor, de ingenio, pero Aviones responde más al tipo de película de Disney para toda la familia que las originadas en Pixar. Y eso que Cars era de Pixar.

La tipificación de los buenos y los malos es muy fuerte -igual, siempre hay uno que parece malo, pero en el fondo del fuselaje es bueno-. No deja de ser curioso que entre los aviones que compiten, de Latinoamérica haya uno brasileño y otro mexicano -son los dos mercados más importantes en materia de recaudación- y ninguno argentino. Todo llega.