Un relato revisionista y sumamente polémico
Awka Liwen narra la lucha del pueblo mapuche
El historiador Osvaldo Bayer se asoció con el realizador y abogado especializado en derechos indígenas Mariano Aiello y con la cineasta y politóloga alemana Kristina Hille para este cuidado, contundente y seguramente polémico documental sobre el exterminio de los pueblos originarios de la Argentina y la apropiación de sus tierras.
El eje de este ensayo revisionista -que cuestiona duramente la historia oficial- pasa, por supuesto, por la denuncia de los abusos de la Campaña del Desierto liderada por Julio Argentino Roca, aunque el autor de La Patagonia rebelde -impulsor del proyecto, coguionista, principal figura en pantalla y único narrador-se remonta a iniciativas previas de Juan Manuel de Rosas y Bernardino Rivadavia que también tuvieron como objetivo la aniquilación de mapuches, ranqueles y tehuelches para apoderarse de sus posesiones.
Bayer y los dos realizadores se apoyan en una exhaustiva investigación previa, en los testimonios de -entre varios otros- los historiadores Arturo Emilio Sala, Felipe Pigna, Norberto Galasso y Marcelo Valko; del biólogo Alberto Kornblihtt, de la antropóloga Diana Lenton y del periodista económico Maximiliano Montenegro, así como en las duras experiencias de vida de los descendientes directos de las víctimas (Bayer pone especial énfasis en que el 63 por ciento de los argentinos tiene algún antepasado ligado con los pueblos originarios).
El recorrido histórico que traza Awka Liwen ("Rebelde amanecer" en mapuche) no sólo aborda las políticas de Estado en la materia o el racismo estructural de la sociedad argentina sino que llega hasta la actualidad, ya que se ocupa de las consecuencias de los desmontes en Salta, de los latifundios extranjeros como el del grupo Benetton y -en un aspecto que generará más de una controversia- la reciente batalla por las retenciones al agro.
Más allá de la propuesta de Bayer (tan radical que provocará una inmediata adhesión o un fuerte rechazo según las posturas ideológicas de cada espectador), Awka Liwen es un relato sencillo (en términos puramente cinematográficos es bastante elemental) y honesto. Dice las cosas por su nombre, denuncia los atropellos sufridos (y que en algunos casos siguen sufriendo) por los indígenas, y defiende los derechos y las reivindicaciones de los pueblos originarios. Quien quiera oír, que oiga.