Buena música, autos a altas velocidades, disparos y acción. Estas cuatro cosas caracterizan a la nueva película del director Edgar Wrigth. Nos encontramos con una especia de “Transportador” pero en una versión más adolescente, menos inglés y con un fanatismo hacía la música (quizás por obligación)
La música es gran protagonista en este film, un personaje principal que tiene varios ipod para usar depende el día y que necesita escuchar música para huir de algunos problemas, esto hace que la música sea de gran relevancia. Una banda sonora quizás acorde a los momentos (debo admitir que me encontré cabeceando o moviendo mis pies al compás de la música en varias oportunidades), pero no es una de esas bandas sonoras que compraría el cd para escuchar una y otra vez.
Buenas escenas de persecución, rememorando las primeras “Rápido y Furioso” dónde lo importante era la velocidad y escapar de los perseguidores. Escenas de acción que acompañan esas persecuciones, y que están bien logradas, no desencajan en el todo del film, algunos momentos cómicos que parecen estar en todas las películas hoy en día.
Buenas actuaciones, no tanto del actor principal, pero si me parece destacable Jon Hamm en un papel de malo/bueno/malo/no sabemos qué le pasa.
Mi recomendación: Interesante film para ver en el cine o en casa, es una película que no parece una pérdida de tiempo y se disfruta.