El Hijo Prodigo Ha Regresado
Baby: El aprendiz del crimen, es una película muy esperada por todos los cinéfilos, en especial, los fanáticos del cine de Edgar Wright, quien tiene un gran sequito de seguidores que no dudarán en recomendarte una y otra vez que veas la trilogía del cornetto, y seguramente a partir de esta semana, no pararan de recomendarte que veas esta película.
Se podría decir que Wright dió el salto definitivo a la fama cuando adaptó en el 2010 el comic de Scott Pilgrim. Y no es para menos, ya que, el director denota un talento sencillamente envidiable. Su habilidad para narrar visualmente una historia de una manera rítmicamente perfectamente, le garantiza hoy en día un puesto entre los mejores directores actuales.
Su último trabajo goza de lo mejor de su cine. Para empezar, la cadencia del metraje se digiere de manera perfecta. No hay un minuto en la película que este de más, no hay UN PLANO que este de más en esta gran colección de secuencias que mezclan el humor y la acción (Junto con un poco de melomanía) de una manera más que cómoda. Uno puede sentarse en la sala de cine seguro de que las casi dos horas de película van a pasar volando, y que ese tiempo además, fue bien empleado.
No hay un plano que este de más en esta gran colección de secuencias que mezclan el humor y la acción
Los personajes son excelentes, carismáticos, y en algunos casos aterradores al mismo tiempo. Las actuaciones, desde la primera a la última hacen que la película y la historia se sostengan sin problema.
La relación de Baby y Deborah, es muy bella, aunque quizás demandaba un poco más de tiempo en pantalla, pero si algo supo hacer Wright es transmitirnos la química entre estos dos personajes en pocas escenas. Las cosas por las que deben pasar ambos nos generan emoción por lo compenetrados que estamos con la relación de los personajes.
Otra cosa también muy interesante es como se va jugando todo el tiempo con nuestra expectativa para con los villanos del film. Por momentos pensamos que el clímax de la historia se va a dirigir a un punto específico, pero al mejor estilo de Baby, la historia pega volantazos que no sólo sorprenden sino que le dan un aspecto más tridimensional a la película.
Es difícil encerrar a esta película en un género, pero si estuviera obligado a elegir uno me decantaría por la acción/comedia. Las secuencias de acción de la película, las cuales la mayoría son persecuciones, están no sólo pensadas y filmadas con total destreza, sino que también, poseen un nivel de edición casi milimétrica sin caer en algo totalmente mecánico. El ritmo de las escenas es muy vivo, llevándonos desde momentos de adrenalina, hasta la angustia o los nervios muy cómodamente. Y la comedia, es excelente. Quizás no pasen las dos horas de duración de la película descostillándose de risa, pero sólamente porque no es lo que el director está buscando. La película apunta a tener sólo un par de momentos de comedia, pero los mismos, están muy bien aprovechados.
La banda sonora es otro gran acierto. Como es de esperarse de una película donde el protagonista es un total melómano, el playlist del metraje va desde el rock clásico hasta el rap moderno. Cada canción tiñe a la escena donde está colocada de una tonalidad (Que puede variar desde lo alegre a lo terrorífico y lo desconcertante) que le suma desde todos los aspectos. Sin mencionar que la cadencia de la que hablaba antes va acompañada todo el tiempo de cada una de estas grandes canciones.
Además, Wright demuestra nuevamente lo hábil que es para contar una historia de una manera totalmente visual, sin perder el tiempo en detalles innecesarios. Cada plano pareciera haber sido pensado por años, cada encuadre nos cuenta algo. Y los diálogos sólo son utilizados cuando son necesarios, y sin abusar de una exposición que le quitaría su encanto a la peli.
Los errores que le encuentro a esta peli, recaen más en una cuestión de guión. Siendo que la resolución de los acontecimientos se siente un tanto apurada, y quizás algunas cuestiones generan dudas y descontentos. Lo cuál no opaca para nada que la experiencia total del film sea algo memorable.
Por último, quiero destacar la habilidad de Edgar Wright para construir una historia propia sin dejar de hacer referencia a otro tipo de películas, otros tipos de cine; generando una especie de mixtape cinematográfico, que no sólo es un buen homenaje, sino, además, una buena película.