El Hijo Prodigo Ha Regresado Baby: El aprendiz del crimen, es una película muy esperada por todos los cinéfilos, en especial, los fanáticos del cine de Edgar Wright, quien tiene un gran sequito de seguidores que no dudarán en recomendarte una y otra vez que veas la trilogía del cornetto, y seguramente a partir de esta semana, no pararan de recomendarte que veas esta película. Se podría decir que Wright dió el salto definitivo a la fama cuando adaptó en el 2010 el comic de Scott Pilgrim. Y no es para menos, ya que, el director denota un talento sencillamente envidiable. Su habilidad para narrar visualmente una historia de una manera rítmicamente perfectamente, le garantiza hoy en día un puesto entre los mejores directores actuales. Su último trabajo goza de lo mejor de su cine. Para empezar, la cadencia del metraje se digiere de manera perfecta. No hay un minuto en la película que este de más, no hay UN PLANO que este de más en esta gran colección de secuencias que mezclan el humor y la acción (Junto con un poco de melomanía) de una manera más que cómoda. Uno puede sentarse en la sala de cine seguro de que las casi dos horas de película van a pasar volando, y que ese tiempo además, fue bien empleado. No hay un plano que este de más en esta gran colección de secuencias que mezclan el humor y la acción Los personajes son excelentes, carismáticos, y en algunos casos aterradores al mismo tiempo. Las actuaciones, desde la primera a la última hacen que la película y la historia se sostengan sin problema. La relación de Baby y Deborah, es muy bella, aunque quizás demandaba un poco más de tiempo en pantalla, pero si algo supo hacer Wright es transmitirnos la química entre estos dos personajes en pocas escenas. Las cosas por las que deben pasar ambos nos generan emoción por lo compenetrados que estamos con la relación de los personajes. Otra cosa también muy interesante es como se va jugando todo el tiempo con nuestra expectativa para con los villanos del film. Por momentos pensamos que el clímax de la historia se va a dirigir a un punto específico, pero al mejor estilo de Baby, la historia pega volantazos que no sólo sorprenden sino que le dan un aspecto más tridimensional a la película. Es difícil encerrar a esta película en un género, pero si estuviera obligado a elegir uno me decantaría por la acción/comedia. Las secuencias de acción de la película, las cuales la mayoría son persecuciones, están no sólo pensadas y filmadas con total destreza, sino que también, poseen un nivel de edición casi milimétrica sin caer en algo totalmente mecánico. El ritmo de las escenas es muy vivo, llevándonos desde momentos de adrenalina, hasta la angustia o los nervios muy cómodamente. Y la comedia, es excelente. Quizás no pasen las dos horas de duración de la película descostillándose de risa, pero sólamente porque no es lo que el director está buscando. La película apunta a tener sólo un par de momentos de comedia, pero los mismos, están muy bien aprovechados. La banda sonora es otro gran acierto. Como es de esperarse de una película donde el protagonista es un total melómano, el playlist del metraje va desde el rock clásico hasta el rap moderno. Cada canción tiñe a la escena donde está colocada de una tonalidad (Que puede variar desde lo alegre a lo terrorífico y lo desconcertante) que le suma desde todos los aspectos. Sin mencionar que la cadencia de la que hablaba antes va acompañada todo el tiempo de cada una de estas grandes canciones. Además, Wright demuestra nuevamente lo hábil que es para contar una historia de una manera totalmente visual, sin perder el tiempo en detalles innecesarios. Cada plano pareciera haber sido pensado por años, cada encuadre nos cuenta algo. Y los diálogos sólo son utilizados cuando son necesarios, y sin abusar de una exposición que le quitaría su encanto a la peli. Los errores que le encuentro a esta peli, recaen más en una cuestión de guión. Siendo que la resolución de los acontecimientos se siente un tanto apurada, y quizás algunas cuestiones generan dudas y descontentos. Lo cuál no opaca para nada que la experiencia total del film sea algo memorable. Por último, quiero destacar la habilidad de Edgar Wright para construir una historia propia sin dejar de hacer referencia a otro tipo de películas, otros tipos de cine; generando una especie de mixtape cinematográfico, que no sólo es un buen homenaje, sino, además, una buena película.
A la hora de hacer una película, es vital tener una visión clara sobre el tema a tratar e intentar contar algo que vaya acorde a esta opinión. Así el concepto que intentamos transmitir, de la mano de los recursos cinematográficos que seleccionemos, no se diluye en el relato y el film tiene una visión coherente. Lo importante no es en sí el mensaje que transmitimos, sino que la experiencia de ver la película transmita una idea clara, que los elementos narrativos y visuales converjan en los sentidos del espectador, que se vaya lleno de emociones producidas por la película. No es el “qué” se cuenta, sino el “cómo” se cuenta. La Promesa (The Promise) claramente es una crítica a los hechos ocurridos en la masacre armenia, el primer genocidio del siglo XX, pero por momentos la visión del director se ve nublada por un montón de clichés del cine romántico y una fuerte necesidad de poner al protagonista en apuros porque sí. El triángulo amoroso de La Promesa, es lo más aburrido de la película. El personaje de Oscar Isaac se enamora de una joven llamada Anna, interpretada por Charlotte Le Bon, quien también tiene la “suerte” de ser el interés amoroso del personaje de Christian Bale. El triángulo amoroso ambientado en esta horrible época de guerra, es quizás lo más aburrido de la película, sus idas y vueltas no resultan del todo interesante, ni generan la emoción que se suponía debían generar. Sin mencionar que por momentos algunos giros de la trama son demasiado obvios. Lo bueno que tiene La Promesa, es todo lo que se relaciona con la guerra y las consecuencias de ésta. La manera en que los armenios son maltratados, segregados y asesinados llama la atención y es el plato fuerte. Mucha violencia política y escenas donde la moral se pone en juego. Lamentablemente Terry George, el director, busca todo el tiempo que el personaje de Isaac la pase totalmente mal, al punto de que sus acciones parecieran en vano durante todo el transcurso de la película. Esto si bien, es comprensible en el contexto en el que se desarrollado por el film, por momentos se siente un poco forzado. La Promesa, se queda en una buena idea, pero no logra llegar a ser una película que realmente valga la pena. Lo que si podemos decir a su favor, es que es llevadera y se deja ver. Ideal para ver un domingo a la tarde.
La ciudad donde escasean las risas Hoy en día, el cine de género es un tema complicado, en especial, las comedias, ya que, dentro de este tipo de películas solo sale un producto de calidad cada tanto; la mayoría dirigidas por autores que saben lo que están haciendo como es el caso de los Coen. ¿Pero a que se deberá la baja calidad de los productos cómicos en el cine de hoy en día? Quizás sea que las productoras subestiman completamente a su público entregándole obras con un humor ‘tonto’ y de baja consistencia. Tal vez, el futuro de las comedias en el cine, se vea oscuro, mas allá de que de vez en cuando salgan joyitas como Dos Tipos Peligrosos (The Nice Guys); y más con películas como la que nos compete hoy en día, la cual es un claro ejemplo de un humor que hace de todo menos provocar risa en el espectador. Una buena comedia, no solo es aquella que provoca risas, sino que además debe constar de una densidad argumental rica (con esto no quiero decir compleja ni complicada), y dejar en aquel que goza de mirarla una sensación de haber visto realmente una buena película (con todas las cuestiones técnicas y artísticas que implica crear un buen film). CHIPS: Patrulla Motorizada Recargada (CHIPS), es una mala película… No, una MUY mala película, y ahora les paso a explicar porque. En CHIPS (basada en la serie de televisión homónima) el humor pasa por momentos de ser malo a dar vergüenza ajena. Bajo ninguna circunstancia, podría comprender como a una persona le pudiera parecer divertida alguna de las situaciones generadas en este film, ya que, la mayoría rozan lo estúpido y lo vago en cuanto a, no solo guion, sino también a narrativa y sentido del humor. CHIPS: Patrulla Motorizada Recargada es claramente de las peores películas del año. Cada una de las situaciones no solo recurren a tópicos ya utilizados miles de veces, sino que además, que toma lo peor del cine actual (léase, necesidad de mostrar desnudos y explosiones para entretener, y un conjunto de chistes estúpidos). Sin mencionar, que el nivel actoral de esta película es bajísimo, incluso teniendo a una estrella de renombre como Vincent D’Onofrio, quien aquí da mucha pena. No entiendo que es lo que pudo ocurrir. ¿Acaso Vincent necesita hacer películas malas de tanto en tanto así como en 2015 hizo Jurassic World? La verdad que no puedo recomendarles esta comedia en absoluto, si la ven disponible en su sala de cine, aléjense completamente de ella, y busquen algo mejor para ver, que hasta una reedición de Pie Pequeño 7 vale más la pena pagar la entrada que esto. CHIPS: Patrulla Motorizada Recargada es claramente de las peores películas del año, y no creo que eso cambie en los meses venideros.
Una bandita que te puede copar Por alguna razón, la mayoría de la gente de mi generación le tienen cierto recelo al cine argentino, cada vez que una película de este país se estrena, la gente suele rechazarla, sea buena o mala, y es algo que no consigo entender. Como el argentino no tiene orgullo por su propio material, a menos que, claro, sea nominado para un Oscar. Sé que no somos un país que se caracterice por sacar obras maestras cada mes, pero el cine argentino se la banca bastante, y muchas de sus películas son realmente disfrutables. Talento en el país no falta, y en Casi Leyendas, el más destacado es sin dudas el señor Peretti (sin contar al grande Santiago Segura, que es español). Actor que ha aparecido en algunos de los mejores productos de la Argentina en los últimos tiempos, y que, para serles sinceros me cae muy bien. Lo cual contrasta con la opinión que tengo sobre Diego Torres, la cual mejor ni se las digo. Pero aquí Diego Torres está tranquilo, tengo que admitir que no molesta como suele hacerlo. El que brilla con creces es Segura que hace un papel muy gracioso y creíble, mas allá de lo ridículo del personaje. En Casi Leyendas, lo mejor es que resulta realmente divertida. Sin extenderlo demasiado, por momentos se sueltan risas sinceras, y entretiene bastante. Las dos horas se pasan volando a toda velocidad y los chistes son en gran parte responsables de eso, haciendo que pases la película con naturalidad y te diviertas con algunas situaciones que desde otro punto de vista y pensándolas en profundidad son realmente tristes. Casi Leyendas es realmente divertida. Pero por desgracia, algunas escenas se sienten muy forzadas, y a veces hasta ridículas pero en el mal sentido. Es como si metieras un secuencia a la fuerza solo para hacerte reír, y uno como espectador siente eso, lamentablemente. Es como si el director no supiera manejar bien lo que está contando. Hablando del director, Gabriel Nesci, pareciera sinceramente que no tiene muchas ideas a la hora de la dirección, dejando todo el peso encima del guión, el cual como ya dijimos tiene sus fallas. Ese guión, por momentos camina solo, pero por otros deja muy evidentes sus falencias. A Nesci le falta de imaginación, como si los planos, los movimientos, fueran tomados desde una zona de confort cinematográfica, sin ideas nuevas, ni nada que llame la atención. Pero, en fin, Casi Leyendas, es una película que vale la pena, ir y sentarse en la sala a reírse un rato nunca está mal. Y este film garantiza eso.
La primera gran película del año Danny Boyle me cae realmente bien, es decir, como puede no caerte bien un tipo que dirigió películas como Trainspotting y La Playa (The Beach). Sus trabajos tiene una energía especial que otro tipo de películas no tienen, sus trabajos respiran buena onda y energía. La suficiente energía como para atrapar a un espectador durante dos horas. Sus películas, forman parte de mi apartado de películas favoritas, por solo citar un ejemplo, Steve Jobs me pareció uno de los mejores films del 2015. Pero dejemos el pasado atrás y centrémonos en el hoy, este 2017 llegó a los cines T2: Trainspotting y para la satisfacción de todos los fans de la primera entrega, puedo asegurarles que esta segunda parte sigue el buen camino de su predecesora, con energía y paso firme. Ahora los protagonistas, ya más viejos, deberán encarar la situación de reencontrarse los unos con los otros y resolver en lo que se han convertido sus tristes vidas, después de 20 años. ¿Se puede cambiar? ¿Se puede alterar la esencia de una persona? La película nos pregunta esto todo el tiempo, y si bien su respuesta pueda parecer ambigua, algo es cierto, la misma es esperanzadora. Los destinos de Renton (Ewan McGregor) y los demás se vuelven a cruzar y surge la oportunidad de amasar una gran cantidad de dinero con un negocio un poco sucio. A partir de allí, resurgen las viejas amistades y las desconfianzas. ¿Se puede cambiar? ¿Se puede alterar la esencia de una persona? T2: Trainspotting se muestra lleno de referencias a la primera parte, pero las mismas no son groseras y obscenas. No cae en el papel burdo de restregarte las cosas en la cara para que el espectador se masturbe con su propia nostalgia. No, Boyle es sutil y sabe respetar a la mística de la primera entrega con entereza. ¿Qué más se puede pedir de una secuela que no sea no arruinar la primera parte? Bueno, aquí seremos espectadores de una de esas pocas secuelas de la historia del cine donde el director cumple con lo que se espera de la misma, claro, sin superar a la original. Quizás el único problema que noto es que por momentos deja cosas un poco sobre el tintero sin profundizar como es debido. T2: Trainspotting comienza con el personaje de Renton corriendo, a diferencia del final de la primera en la que caminaba apaciblemente hacia su futuro, aquí escapa de su pasado, de sus errores, pero esta vez la única manera de escapar es sumergirse de lleno en sus problemas, y darles un cierre de una buena vez.
La balada del hombre solitario Maravillosa época de los Oscars que nos trae tantas buenas películas dignas de verse, algunas mejores que otras, claramente, pero todas con algo especial que rescatar. Manchester Junto al Mar (Manchester by the Sea), es una película que si bien pareciera no tener nada que llame la atención a primera vista, a mí por lo menos, me sorprendió, y me propongo que después de esta crítica, a usted lector, le llame la atención también. Quizás me ame por estarle recomendándole esta película, quizás me odie, pero una cosa es clara, primero tiene que verla. Así que compre unos pochoclos y un largo vaso de su gaseosa favorita para ver Manchester Junto al Mar en su cine favorito. La historia de Lee Chandler (Casey Affleck), un hombre solitario, antipático y un tanto violento, es lo que nos lleva a través del metraje. Vemos como el mismo es prácticamente forzado a hacerse cargo de su sobrino, y volver a un pueblo que lo llena de recuerdos, algunos buenos, otros malos, pero todos lo hacen sufrir. El personaje interpretado por Casey Affleck (que nos da una actuación esplendida, bien merecida su premiación en el Oscar) está frustrado por la vida, aburrido de ella, como queriendo escapar de la experiencia de vivir, pero al tener que cumplir con su responsabilidad de tutor, debe enfrentarse a su mayor miedo, el contacto con otros seres humanos. La historia se desarrolla con cierta lentitud, claramente. Kenneth Lonergan se toma su tiempo para contar las cosas, y si bien quizás los primeros minutos resultan un tanto aburridos, a medida que avanza Manchester Junto al Mar uno se va metiendo cada vez más y más en la trama, hasta que llegamos a una secuencia, donde ya no hay retorno, y es curioso que la misma sea un flashback del protagonista. Vale la pena ver Manchester Junto al Mar. El uso de los flashbacks es visceral y se hace sin asco. Lonergan no espera al momento donde nos sintamos cómodos a recibir cierto tipo de información, simplemente nos es lanzada a la cara sin ningún tipo de problema. Y creo que esta decisión es correcta, ya que nos ayuda a percibir las cosas como el protagonista. ¿Acaso no funcionan así los recuerdos? Vienen de la nada, y de la nada se van. El relato del film está claramente focalizado en Lee, pero durante ciertas ocasiones se desvía para ver el punto de vista de su sobrino. ¿Esto es bueno? ¿Malo? Si bien no me convenció demasiado ese cambio de punto de vista, quizás debería dejar que ustedes mismos lo decidan. En fin, vale la pena ver Manchester Junto al Mar, vale la pena sentarse y darle una oportunidad, porque la película lo merece, así como Lee Chandler merecía otra oportunidad en su vida, otra oportunidad de ser feliz. Dense una oportunidad, y den una oportunidad a Manchester Junto al Mar.
Una Siesta de Dos Horas A veces a uno se le recomiendan películas de manera encarecida, con la esperanza de la otra persona de que a uno le guste tanto como a él o ella. Uno con las expectativas altas después de recibir comentarios positivos sobre la obra acude al cine más cercano (o a la plataforma donde esté disponible), para degustar lo que está seguro será una buena experiencia. Muchas veces las recomendaciones resultan fructíferas, aunque rara vez un film tiene el mismo impacto en uno como en la persona que nos la recomendó. Lo que me pasó con John Wick fue el caso totalmente opuesto. La película no sólo me pareció vacía de contenido, sino que me resultó aburrida en cuanto a su forma, insulsa en cuanto a su impacto e innecesariamente repetitiva y llena de clichés. Y hoy me veo aquí, viendo en el cine la secuela de una película que no me gustó del todo, que me pareció aburrida y somnífera, pero con esperanzas de que su segunda parte mejore. Y la verdad estaba muy equivocado al tener esperanzas. Muchos opinan que el punto fuerte de John Wick, así como de su secuela (película que hoy nos compete) pasa por su acción, sus coreografías de pelea, y su estética. Pero quiero retrucar esta afirmación al decir que en primer lugar las coreografías de la primera son increíblemente repetitivas y recurren todo el tiempo a los mismos movimientos, excepto en las secuencias con disparos que son un poco mejores y más creativas. Por suerte en John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar, por momentos, se le da giros interesantes a las locaciones donde se lucha. En segundo lugar, su estética es un cascaron vacío para un film que no está diciendo absolutamente nada, no tiene ninguna posición sobre el mundo y no hace comentarios interesantes. En John Wick 2 se intenta plantear una historia más profunda y se falla rotundamente. En John Wick 2 se intenta plantear una historia más profunda y se falla rotundamente. El problema en la saga John Wick, entonces, es que cuando no se dice nada, es aburrido y cuando se dice algo, es absurdo. John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar no es una buena película ni de cerca, quizás la primera parte fuera un poco más zafable, pero en esta secuela terminan de enterrar lo que para mí es una de las peores sagas de acción modernas. Y esto lo afirmo en proporción a las veces que cabeceé de sueño en la sala.
Todo lo que está bien en el mundo El personaje de Batman es mundialmente reconocido por todos, grandes y chicos, hombres y mujeres, lectores de comics y gente ajena al tema. Durante más de 70 años, el personaje ha logrado cautivar al público con su sentido de la justicia estricta, su oscuridad tanto estética como psicológica y su siempre eficaz inteligencia (por algo es llamado el mejor detective del mundo). El año pasado, el personaje se vio adaptado por Zack Snyder, quien si bien logro darnos un Batman decente, fallo como director al entregarnos un film mediocre. Pero siempre se puede dar una segunda oportunidad a una casa productora como es Warner, y a los creadores mismos del personaje, Dc Comics. Lego Batman: La Película (The Lego Batman Movie) nos introduce dentro de un aspecto muy interesante del encapotado: nos lleva a través de quien es Batman detrás de la máscara y como lidia día a día con la pérdida de sus padres y su miedo a que aquello le vuelva a ocurrir. Por supuesto Batman, al ser un superhéroe, debe ocultar todos estos sentimientos para no mostrar vulnerabilidad. Y es divertido como el director Chris McKay toma la popularidad del hombre murciélago para exagerarla y hacerlo ver como un héroe totalmente soberbio. Con Lego Batman: La Película, Dc demuestra que puede hacer las cosas bien. Quizás la película desborde de humor, a veces demasiado, pero hay que admitir que la mayoría de los chistes no tienen desperdicio. Tiene autorreferencias al mundillo del murciélago a través de los años, situaciones incomodas, humor irreverente y ridículo, y es bueno destacar que todo funciona a la perfección. Claro que todo el humor siempre está girando alrededor de la actitud de Batman, quien de alguna manera convence a Ciudad Gótica de que su presencia es totalmente necesaria y existencial para ella. A partir de esto surge la divertida actitud del personaje que parodia a la cultura popular y su sentir respecto a él mismo. Con este film, Dc demuestra que puede hacer las cosas bien, siempre y cuando se las tome con calma y sin forzar las cosas. Porque esta es una GRAN película, el nivel de animación, el arco del protagonista, la paleta de colores y el humor. Todo coordina perfecto para que Lego Batman: La Película se corone como una de las mejores películas del personaje, sin exagerar. Lego Batman: La Película abre con grandeza un año fílmico que promete bastante, y si así es como arrancamos no puedo más que estar emocionado por lo que vendrá.
La Sensibilidad del Insensible Luz de Luna es una de las nueve películas que compiten para llevarse el Oscar este mes. La misma cuenta la historia de Chiron, un joven afroamericano homosexual que tiene que lidiar con las desventuras de su vida; siendo acosado por sus compañeros, teniendo que convivir con una madre drogadicta y aguantando su propia soledad, Chiron intenta soportar la vida mientras pasa, recurriendo a la ayuda y el confort de los personajes que se van cruzando en su vida. Cabe destacar que esta película está ambientada en tres épocas distintas, la niñez, la adolescencia y la adultez. El director Barry Jenkins busca así, de alguna manera, que podamos descubrir como los episodios de una vida pueden transformar a la persona que los ha vivido. Por desgracia, la película se queda bastante corta en cuanto a la originalidad de la que hacer alarde. La cinematografía es excelente pero con su narrativa es insulsa y recurre todo el tiempo al golpe bajo. La película pareciera todo el tiempo querer sensibilizar al espectador de una manera burda, como si se esforzara demasiado en buscar hacernos emocionar y/o llorar abusando de los lugares comunes. Las situaciones de bullying tanto por parte de los compañeros del protagonista como por parte de su madre son ejemplos de esto. No soy un partidario de que cada película tenga que tener algo 100% nuevo en cuanto a narrativa. Soy consciente de que a veces, es fácil caer en lugares comunes, y es más, a veces, es necesario para hacer que el espectador empatice más rápido o comprenda con mayor facilidad lo que se le está presentando. Pero este film, no sólo cae en estos, sino que no busca darles alguna vuelta interesante, y pareciera no cansarse de utilizarlos a lo largo de todo el film. Esto vuelve a la película una obra realmente predecible, lo cual desemboca en al aburrimiento del espectador. Luz de Luna pareciera querer sensibilizar al espectador de una manera un tanto burda. La factoría técnica es impecable. La fotografía y el uso del color encajan a la perfección entre sí para llevarnos dentro de la mente de nuestro protagonista, a través de su dolor y su necesidad de congeniar con otro ser humano. Desde la presencia del color azul a lo largo de todo el film, hasta el uso de planos subjetivos, todo se utiliza a la perfección para expresar lo que Barry Jenkins quiere expresar, es por esto que me da aún más pena ver que toda la destreza cinematográfica del director no haya bastado para darnos una película decente, todo por su mediocre guion. Así, una de las más prometedoras del Oscar, ha logrado decepcionarme. Ojala a ustedes no les pase lo mismo.
Siempre volvemos a donde pertenecemos Si hay un película por la que tenía expectativa, esa es La La Land, la más reciente (Gran) obra de Damien Chazelle, director joven que parece tener un gran apego con lo musical, pues claro, él mismo quiso ser músico en su juventud (como si no fuera joven aún). Mucho se ha hablado de esta obra, tanto en temporada de premios, como en la crítica y en los espectadores que, más afortunados que yo, pudieron verla mucho tiempo antes. Algunas veces hay que luchar con la impaciencia y esta vez esperar valió la pena. La química que existe entre Ryan Gosling y Emma Stone es impresionante, claro que ambos ya han trabajado juntos en otras dos ocasiones. Pareciera que ambos están destinados a estar en pantalla juntos, y cada segundo que se tocan brillan, pero no uno más que el otro si no a la par, como dos buenos coprotagonistas. La La Land es un gran tributo a toda la época clásica de Hollywood, en especial a sus producciones musicales. Y se nota que está hecho todo con cariño, con minuciosidad. Cada coreografía, cada canción, tiene mucha pasión encima y muchas horas de laburo que se notan. La verdad, no me sorprendería que Chazelle estuviera laburando en este proyecto desde hace años, porque lo que logra es impresionante. La fotografía es un lujo, la luz es un protagonista más de la película, cada vez que aparece y desaparece al antojo del director, sabemos lo que está por venir, minutos de buena música mezclada de una gran cinematografía. La La Land es un gran tributo a la época clásica de Hollywood. Quizás a los más quisquillosos puedan molestarles algunas cosas de la trama, pequeños puntos que la hacen girar con comodidad pero que sinceramente se nota que a Chazelle no le importaron. Y la verdad, a nadie debería, porque esta es una película mágica, casi como un cuento de hadas trasladado a Los Angeles. Y aquí, las situaciones completamente verosímiles no tienen lugar y la lógica no tiene por qué mantenerse. Que más decirles, vayan al cine ya mismo a ver esta hermosa película. Si algo me enseñó La La Land, es que Chazelle va camino a la grandeza, que Ryan Gosling se la re banca y que la magia en el cine aún está viva.