Baby – El aprendiz del crimen: Bebé a bordo.
Edgar Wright nos trae su nueva comedia romántica/musical con persecuciones que pondrían verdes de envidia a los coordinadores de acción de Rápido y Furioso. Y con todo el hype que trae su estreno les contamos por qué vale la pena pasarse a ver el nuevo film de Wright.
Baby (Ansel Elgort) es un joven que, tras sufrir un accidente automovilístico que lo dejó huérfano, desarrolló un grave problema de oído y un habito de robar autos, uno de los cuales pertenecía al magnate del inframundo criminal Doc (Kevin Spacey), quien somete a Baby a un trabajo mal pago como conductor de escape en atracos bancarios durante varios años hasta que el joven pague su deuda.
Pero esperen, a mi me habían prometido una película divertida a la Edgar Wright, con diálogos astutos, música pegadiza y todo eso… bueno, por suerte para nosotros, así se encuentra nuestra historia al comienzo y de ahí en adelante (si bien no todo son risas y felicidad) tenemos una película bien divertida a la Edgar Wright.
Lo que tienen que saber, amigos lectores de 4B, es que el problema auditivo que aqueja a nuestro protagonista, un zumbido constante en sus oídos, viene con una pequeña ventaja; Baby siempre tiene que estar oyendo música para tapar ese zumbido, y para nuestra felicidad (y la de la trama) Baby no es un fanático de metal cristiano o de algún tipo de música ambiente utilizada por instructores de yoga, sino que sus Ipods tienen canciones de Queen, Barry White, Beach Boys, Blur y muchos más que se acoplan perfecto a las maniobras de Baby durante las persecuciones.
Todo esto se lo debemos a Wright, quien aparentemente tenía pensados los temas que iba a utilizar previo a escribir el guión, y hasta realizó el storyboard en base a las partes del tema correspondientes a cada plano, y por lo que vemos en el film el director cumplió con creces.
Cuando Baby termina de pagar su deuda, intentará alejarse de la vida criminal solo para que tras enamorarse de Debora, una mesera interpretada por Lily James, las amenazas de su ex-empleador lo arrastren de vuelta tras el volante.
El film transcurre entre atraco y atraco, siempre perfectamente musicalizado, con una edición fenomenal, gran dirección de arte que a puro neón y vestuarios de colores vivos crean una típica cafetería estadounidense que parece salida de un cuadro de Edward Hopper o Norman Rockwell. El film casi llega a 2 horas que pasan volando, y esto se debe en gran parte a qué Wright filma con un sentido de urgencia que nunca nos mantiene estáticos por mucho tiempo.
Por el lado de las interpretaciones, Ansel Elgort(Bajo la Misma Estrella), quien nos tiene acostumbrado a papeles en adaptaciones de novelas para jóvenes adultos, muestra un carisma contagioso en muchas partes del film, y si bien no es ni Simon Pegg ni Michael Cera, funciona muy bien para lo que requiere el personaje de Baby. Kevin Spacey, junto con Jamie Foxx (Bats), Jon Hamm(Buddy) y la sorpresiva revelación Eiza González (Darling) nos hacen estallar de risa con sus personajes de criminales talentosos pero dementes, mientras cada uno tiene su estética cool, las cuales resultan magnéticas para el espectador.
En conclusión, podemos definir a “Baby – El Aprendiz del Crimen” como una película pochoclera por todas las buenas razones que una película lo puede ser, entretenida de principio al film, historia simple pero interesante, buenas y grandes interpretaciones, referencias a otras películas, canciones, etc. por todos lados que obligan a verla más de una vez y por si fuera poco un gran director haciendo una película original.