Sin duda alguna Baby Driver es uno de los mejores estrenos del año. Película que ya estoy esperando tener en bluray para añadirla a mi colección.
No hay nada en esta película que esté mal. Cada plano es perfecto.
Todo es obra de uno de los mejores directores de su generación: Edgar Wright.
Hasta ahora no se había estrenado ninguna película de este maestro en nuestro país, una verdadera lástima.
Los cinéfilos lo conocemos por la llamada “trilogía cornetto” integrada por los films Shaun of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) y The World's End (2013), una mejor que la otra.
En esos tres films pudimos ver una narrativa extraordinaria y mucha originalidad, pero no mainstream.
Y si bien este film es para un público más amplio también es verdad que la distribuidora está haciendo una apuesta porque el producto no es de la media.
Pasa que es una película genial y merece si o si ser vista en una pantalla de cine.
Ya con su secuencia inicial el espectador se dará cuenta que se encuentra ante algo diferente. La mezcla perfecta de imagen y música. Un montaje magistral.
Y así el resto de la cinta, un verdadero festín para los sentidos.
Es de esas películas que no querés que terminen nunca y que exhala cine por todos lados. Algo no muy común en estos días aunque suene paradójico.
La dirección de arte es otro de los aspectos para aplaudir, enriquece una fotografía soberbia.
Hay un ritmo que no te deja respirar, todo es disfrute.
El elenco es majestuoso. Ansel Elgort, quienes muchos recordarán por The fault in our stars (2014) hace un laburo brillante componiendo a Baby. Un personaje con grandes matices que solo un actor de muchos recursos puede componer.
Sus miradas, gestos, bailes y manera de decir los diálogos, merecen ser reconocidos.
Lily James, con una frescura increíble logra que la cámara se congele en ella.
Y luego se destacan Jamie Foxx, Jon Hamm y Eiza González, comandados por el gran Kevin Spacey.
Cada uno de estos personajes tiene momentos cuasi épicos dentro del mundo que plantea el film.
Y es en ese mundo, creado por Wright, donde lo imposible toma otro sentido que escapa tanto a la solemnidad como la sátira. Hay identidad única y propia.
Baby: el aprendiz del crimen es de lo mejor que va a pasar por las salas en 2017 y una verdadera rareza en la cartelera local. Cine en estado puro. Para celebrar y aplaudir hasta que duelan las manos.