Bacurau está concebida como un western europeo de los 70 (y en esto la presencia de Udo Kier como el líder de los extranjeros es paradigmática), y como tal apoya sus resortes narrativos en zonas transitadas del género: los buenos y los malos propenden lúdicamente a la caricatura, las escenas violentas desbordan la verosimilitud del realismo, los personajes se definen rápidamente y todo el relato puede ser leído como una alegoría. Que esté concebida no significa que esté ejecutada a imagen y semejanza; Mendonça Filho y Juliano Dornelleses son lo suficientemente cultos en la materia para trabajar sobre apropiaciones precisas y exógenas.