Otra vez Will Smith y Martin Lawrence juntos con sus aventuras por Miami. Es la tercera de la saga que amenaza ya con una cuarta. Michael Bay no es de la partida y la dirección de dos belgas Adil El Arbi y Bilall Fallah la transforman en la mejor. La número uno se estreno en l995, la número dos en el 2003, la más larga, con sus 147 minutos. Aquí la fórmula se mantiene, el detective determinado a seguir en acción, el compañero que se transforma en abuelo y sueña con el retiro aunque la acción lo llamara una y otra vez a pesar de sus promesas religiosas. Will Smith luce igual a pesar del paso del tiempo aunque un chiste del guión parece sacado de la realidad, se tiñe las canas. Lo demás es un historia contundente donde su personaje es atacado y sobrevive de casualidad, su jefe asesinado y él revela un amor prohibido y descubre que tiene un hijo, mientras otra mujer-una colega- parece esperar el amor con paciencia. En el medio acción y tiros, persecuciones, en fin la receta pochoclera que solo pretende entretener y lo hace bien para los que buscan solo diversión, una pizca de emoción y acción. Los guionistas Chris Bremner, Peter Craig y Joe Carnahan cumplen dándole toques exóticos a la historia, momentos humorísticos y un poco de exageración con el valor de la amistad y los juramentos. Y la acción frenética claro. Bien filmada por el dúo de directores, un entretenimiento que tendrá éxito.