La de Bad Boys no es una franquicia que se haya desarrollado en la forma habitual. La primera supuso el debut cinematográfico de Michael Bay, con un presupuesto moderado en comparación con los que iba a disponer a partir de entonces, y marcó un éxito en las carreras de Martin Lawrence y Will Smith, quienes encabezaban sus propias series de televisión en simultáneo y se preparaban para pisar con fuerza en la pantalla grande.