Mientras promediaba la proyección de «Bad Boys for life», una pregunta martillaba mi cabeza internamente: ¿era necesario reactivar esta franquicia? Sí, ya se. Ideas en Hollywood hay pocas, cuando se habla de invertir en serio. Se trata de restringir el margen de pérdida y para eso, hay que buscar nombres convocantes y apostar a las franquicias.
La lucha contra el streaming obliga a los estudios y productores a pensar en líneas muy directas y rentables, como el cine de acción y aventuras, el familiar y el terror. No hay más dinero fresco para otros proyectos, cuando hablamos de grandes números.
Apostar a una dupla como Will Smith y Martin Lawrence, es jugar en cierta manera sobre seguro. Son dos comediantes exitosos y la franquicia no era una saga larga (dos entregas), así que quizás podría pensarse que reactivarla sería una buena apuesta.
Me da curiosidad porqué se buscó a una interesante dupla de noveles directores belgas ( Adil El Arbi, Bilall Fallah) para llevarla adelante. Estos pibes hicieron dos largos muy interesantes, («Black», un dramón social y «Patser», un thriller clásico de género) pero se ve que no había demasiadas opciones para negociar un guión más transgresor.
Como siempre, desde el punto de vista crítico, hay que reafirmar (como en las entregas anteriores, la última de 2003) que su no vemos ninguna idea nueva en la trilogía y que si me apuran, tiene demasiados elementos que lo unen a la última entrega de «Die Hard» (sin entrar en mucho detalle) o a otras realizaciones («2 guns», «The other guys», «The Hitman’s bodyguard») de las que no habría que tomar demasiado (porque han sido fallidas).
Quiero decir, el tema es, los muchachos se están poniendo viejos, acostumbran romper todo a su paso, sin respetar la ley que ellos mismos defienden, pero sostienen ciertos valores (la lucha contra el crimen) que son el centro de su acción. Ya sabemos eso. Esta vez, Marcus (Lawrence) se vuelve abuelo y ya en los primeros minutos tomamos contacto con su intención de jubilarse pronto.
Todo bien con su compañero, pero Marcus necesita pasar a otra etapa de su vida. Claro, en el lugar donde están (Miami), las cosas nunca se ven tranquilan. Hay una narco mexicana (Kate del Castillo) que sale de prisión y a partir de ahí comienza una caza de policías, jueces y demás de primer nivel, que obligará a la fuerza policial a organizar una nueva task force para enfrentarla.
Los amigos y cercanos a Mike (Smith), comenzarán a caer, y habrá que dar con el asesino y entender cuál es su plan de ataque. En el entretanto, la dupla debatirá sobre el tema del retiro, la edad y las responsabilidades de lo que hacen bien y mal. Incluso en «Bad boys for life» hasta se menciona, en varios momentos, cierta intención de no utilizar la violencia, como primera respuesta. Y hasta se coquetea con cierto sentido religioso puesto al servicio de la historia (humorístico, desde ya). Pero no. Vamos a lo que quiere la gente.
Persecusiones, tiros, peleas, explosiones, algo de humor y no mucho más. Me gustó (sorpresa) el pibe nuevo, serio, carismático (Jacob Scipio) y la ductilidad de Paola Nuñez, a quien no tenía registrada en este último tiempo. Hay algunos secundarios que aportan lo mínimo (Vanessa Hudgens, Joe Pantoliano, etc) y un clima de «subí el volumen que la fiesta, acaba de reiniciarse». Y listo.
Si la pregunta final es «¿Smith y Lawrence siguen teniendo química para bancarse toda una peli?», la respuesta se cae de madura: sí. Totalmente. La peli es sólo entretenimiento liviano y nada más, pero ellos la pasan bien y la audiencia se reirá con algunas situaciones y secuencias. «Bad boys for life» es discreta, pero si te gusta la acción a lo grande, tiene algo para ofrecer.