Pocas películas me han hecho tan feliz en este 2019 como Badur Hogar. En un tiempo en que Hollywood vive un resurgimiento de la comedia romántica de la mano de Netflix, el segundo trabajo como director de Rodrigo Moscoso no podría ser más oportuno. Pero sin dudas se hizo esperar. En pleno auge del Nuevo Cine Argentino, el realizador salteño presentó Modelo 73 (2001), un pequeño gran film que no tuvo la difusión que se merecía. Y a diferencia de otros contemporáneos de esa generación renovadora, como Israel Adrián Caetano, Pablo Trapero, Martín Rejtman o Raúl Perrone, se tardó casi dos décadas en lanzar otra película. Una que lo lleva de vuelta a Salta por algunas semanas del verano, para una de las apuestas del género más estimulantes de los últimos tiempos.