La madurez emocional es un camino que no se rige por la cantidad de años que uno tenga. En algunos, con suerte, coincide exactamente con ella. En otros, por desgracia, se da tristemente temprano. Y en la gran mayoría se da tarde. Ese es el dilema en el que nos encuentra Badur Hogar, de Rodrigo Moscoso.
Badur Hogar: Charada de la Adultez
«Quedado» es un adjetivo que se repite constantemente en esta película. Es utilizado por los padres del protagonista para explicar por qué al ser un hombre joven maduro sigue viviendo con ellos, y es manifestado visualmente por la tienda cerrada con electrodomésticos de antaño, la cual tiene un cuidado y una limpieza denotando que cerró hace un par de días y no hace décadas (detalle manifestado por los precios en australes que se ven en algunos electrodomésticos).
Sin embargo es solo un punto de partida, ya que la intención de Badur Hogar, su mayor acierto, donde el espectador se va a sentir indefectiblemente identificado, es en esa competencia, esa puesta en escena en la que muchos de nosotros somos capaces de entrar para no sentirnos unos fracasados ante el éxito de aquellos de nuestra misma generación que fueron… bueno… menos “quedados” que nosotros.
No conforme con llevar esto al terreno de la comedia, la película profundiza dicha identificación recordándonos que por sobrecogedora que sea esta realidad para nosotros (principalmente por el paso del tiempo), hay mucha más gente de la que creemos que está poniendo un espectáculo para mostrarse más exitosa de lo que es. Y, lo más importante, con muchos menos problemas de los que realmente tiene. El pasto del vecino siempre parece más verde desde la vereda de enfrente.
Badur Hogar acentúa estos detalles de la charada que realizan los personajes. Aunque posee ejemplos de las mentiras exageradas en las que se puede incurrir (que proveen no pocos momentos de comedia), abundan sus ejemplos sobre el ocultamiento de la información.
Como corresponde a una narración prolija, lo que ocultan es siempre más interesante, y por patético que pueda parecer es lo que termina por hacer entrañables a los personajes. Hasta que deban enfrentar sus consecuencias, claro está.