Drama real contado sin imaginación
Esta película es una mezcla de musical y drama testimonial, y si bien parte de una historia real muy interesante, tiene un desarrollo más bien pedestre lleno de los lugares comunes del más mediano telefilm.
La historia real es la de Afshin Ghaffarian, un bailarín iraní que decide seguir su vocación, a pesar de que en su país la danza está rotundamente prohibida. Una de las mejores escenas está al principio del film, cuando el joven Afshin, influido por la película "Dirty Dancing", no tiene mejor idea que lanzarse a un desenfrenado número musical frente a sus compañeros en el colegio, sólo para lograr una tremenda reprimenda por parte de su maestro.
El protagonista crece y va a la universidad, donde como si se tratara de una joya cultural supersecreta un profesor le hace escuchar la canción "Louie Louie". Con ésa y otras influencias, el atrevido Afshin decide formar una compañía de danza underground, lo que le da satisfacciones, peligros y una novia lamentablemente demasiado atada a una adicción a las drogas.
Reece Ritchie y Freida Pinto interpretan a la pareja principal en un film que no les da muchas posibilidades, excepto por algunos temas bien coreografiados. Los diálogos son imposiblemente cursis, y la puesta en escena carece de imaginación.