Loop coreográfico
La coproducción franco/canadiense Bailarina (Ballerina, 2016), trae una vez más a la pantalla el clásico cuento de la joven que desea algo con todas sus fuerzas pero la realidad en la que vive le impide poder cumplir sus sueños.
Felicia es una niña huérfana que pasa las horas del día limpiando la vajilla mientras practica coreografías complicadas. Su anhelo más profundo es poder escapar del orfanato, alejado de la ciudad y llegar a París para conocer la Ópera y poder ahí concretar su sueño con una formación que la ayude a perfeccionarse. Felicia verá como su suerte cambia al conocer a Odette, una ex-bailarina que se dedica a limpiar el lugar, y también la casa de una aristócrata déspota que tiene una hija aspirante a ingresar a la escuela de baile. La oportunidad, al llegar una carta de aceptación para Camila (la hija de esta mujer desagradable), de reemplazarla y bailar profesionalmente.
Bailarina toma de grandes clásicos como Príncipe y Mendigo, La Cenicienta, Oliver Twist, y los reversiona, (hasta afirma “no somos personajes de una novela de autor”), tratando, además, de acercarlos al espíritu de época reinante en el que desarrolla la trama, un París de comienzos de l Siglo XX.
El film no logra superar su clásica narración aunque puede plantearse como una puesta al día de aquellos relatos en los que el protagonista, en este caso Felicia, construye una oda al progreso y a la autorrealización como ideal para subsistir.