Perdido en la nieve
Bajo cero: milagro en la montaña (6 Below: Miracle on the Mountain, 2017) es una película dramática basada en hechos reales. Está dirigida por Scott Waugh y escrita por Madison Turner. El reparto incluye a Josh Hartnett, Mira Sorvino, Sarah Dumont, Kale Brady Culley y Jason Cottle.
Eric LeMarque, ex jugador de hockey profesional, decide pasar un día haciendo snowboard en las montañas de Sierra Nevada de California aunque el alerta de tormenta está vigente. Adicto a la metanfetamina, distanciado de su madre y con una sentencia judicial por la que se tiene que presentar a la Corte en seis días, Eric se aleja con su tabla de nieve sin tener en cuenta el clima, por lo que termina perdido, sin comida ni señal en el celular.
Adaptada del libro autobiográfico “Crystal Clear” (2009), la historia busca ser emocional pero nunca lo consigue. Esto sucede gracias a que la empatía con el protagonista es nula. A través de unos flashbacks, con efectos muy feos para diferenciarlos de la actualidad, vamos conociendo la infancia de Eric, pero están tan mal utilizados que pareciera que el director no sabía en qué momento meterlos.
A la película tampoco le juega a favor que no haya mucho para contar, por lo que seremos testigos de lo que ya vimos en muchos relatos de este estilo: persona alejada de la civilización con un clima atroz, cae al agua congelada, se lastima alguna parte de su cuerpo, no tiene con qué alimentarse y no debe dejar que los lobos lo devoren. Lo único novedoso sería su adicción a las drogas, sin embargo su sufrimiento por la abstinencia lo que menos hace es conmover.
El guion resulta forzado, en específico las líneas que le tocan a la madre encarnada por Mira Sorvino. Se nota su sobreactuación y al ya saber cómo será el desenlace, los 98 minutos son muy tediosos. Ni hablar de la repetición continua de la única lágrima que cae por la mejilla, ya sea de Eric o de ella. Hay una escena en particular del final que está alargada a más no poder, lo que sólo nos hace pensar “que lo rescaten de una vez por todas”.
Como es sabido, en este tipo de historias nunca falta la canción inspiradora mientras bajan los créditos. Bajo cero: milagro en la montaña podría haber funcionado a pesar de todos sus clichés; sin embargo su mala narración, poco ritmo y débil guion la convierten en una película olvidable ni bien termina.