Perdido en la Tierra
El director de Jerry Maguire (1996) y Casi famosos (2000) presenta una historia en donde confluyen el pasado y presente amoroso de un joven militar, el misticismo hawaiano y un ambiciosa plan satelital.
No siempre un guionista (incluso uno con experiencia) logra con solvencia hacer que confluyan varias aristas en un solo relato, y que esa elección produzca algo más que la suma de las partes. Algo así ocurre con Bajo el mismo cielo (Aloha, 2015), película escrita y dirigida por Cameron Crowe, centrada en la llegada un militar interpretado por el ascendente Bradley Cooper a Hawai. En esa especie de paraíso terrenal, se encontrará con su ex (ahora casada con otro y madre de dos hijos) y una bella piloto (Emma Stone), con quien se vinculará para llevar a cabo una polémica misión satelital.
Hay una primera parte de la película en la que Crowe presenta a los personajes “a los apurones”. Su verborragia, el tono caótico, y el ingreso a un mundo entre pintoresco y extrañado nos convencen de que eso es adrede. Pero, al mismo tiempo, cuesta entablar empatía con ellos. Este no es un film “coral”; se hace difícil alcanzar una identificación con ese hombre que llega y, sin proponérselo, tendrá que replantearse toda su vida. Una vez que la película se concentra en su mirada sobre las dos mujeres, el relato se torna un tanto convencional, y lo extrañado de la primera mitad se deviene en un dato de color (el caso más visible, en este sentido, es el de la zona mística y del film, anclada en la afinidad de la piloto con los pueblos autóctonos y sus creencias).
Bajo el mismo cielo tiene algunos gags que funcionan (el carácter “mímico” del marido del de la novia de la juventud, por citar un caso), pero otros no. La zona actoral menos convincente está en algunos secundarios; Bill Murray y Alec Baldwin, que, sin agregar demasiado a sus carreras, moldean la trama militarista de un film que no termina de decidir su rumbo. Hay una gracia y convicción en la tríada principal que logra equilibrar la medianía del film hacia arriba, pero sin lugar a dudas estamos en una película “a mitad de camino”, que lo pone a Crowe algunos peldaños abajo en relación a su época de oro.