Romance bajo firmamento cursi
El director de “Casi famosos” cuenta una historia con héroe redimido en pleno Hawai, con dos mujeres por las que caer rendido.
Cameron Crowe, director de Casi famosos y Jerry Maguire, arranca Bajo el mismo cielo con una serie de imágenes espaciales cruzadas con otros tantos paisajes hawaianos. Y nos cuenta un tal Brian Gilcrest (Bradley Cooper) que era él un amante de la vida en el espacio. Hasta que se corrompió. Pero allí tenemos el primer problema, el personaje de Cooper no da con el perfil de corrupto con un pasado cuasi mercenario en Afganistán, cuando dejó el paraíso hawaiano no sabemos por qué.
Sigamos. El militar cínico que está de vuelta de todo va a reencontrarse con su pasado en una última misión. Gilcrest llega a Hawai contratado por un magnate (Bill Murray) obsesionado con poner un satélite en órbita. Lo precede una buena relación con los nativos del lugar, con quienes deberá negociar un permiso para su operación. Y aparece la vieja historia de nuestro héroe en Hawai, contextualizada por un enfrentamiento entre corporaciones superpoderosas y militares de antaño, el poder del dinero, sometiendo al poder militar.
Ya lo dijimos, ésta es una nueva misión que deberá desandar junto a Allison Ng (Emma Stone), su asistente en la Fuerza Aérea, una apasionada por el espacio, y también por los mitos de la isla. Se suman una, dos, tal vez tres historias de amor con epicentro en la isla polinesia, en un contexto de militarización. Porque allí está Ng, y sigue también el amor de su vida (Rachel McAdams), con dos hijos y Woody, un nuevo compañero que apenas habla pero que dice muchas cosas (los diálogos sin palabras entre Gilcrest y Woody son lo mejor de la película). Todas situaciones que hacen tambalear al héroe de un filme que tiene demasiados condimentos y pretensiones, con señales obvias y enredos de pareja que navegan entre la levedad de la comedia y unos conflictos políticos tratados con poca seriedad.
Historia de amor banal en una isla que reclama soberanía; contrataciones militares corruptas y soluciones demasiado previsibles.