Propuesta fallida disfrazada de comedia política
Parece que el pobre de Cameron Crowe viene en bajada con sus últimos trabajos, que no solo no están gustando demasiado a la crítica especializada sino que además tampoco están seduciendo al público en general. Desde "Vanilla Sky" que se le viene pegando. Personalmente disfruté bastante algunos de sus más recientes trabajos como "Zoológico en casa" y "Pearl Jam 20", pero es verdad que este último no cierra por ningún lado.
En primer lugar hablemos de la trama. Brian Gilcrest (Bradley Cooper) es un experimentado piloto que luego de haber sufrido un colapso nervioso que prácticamente arruinó su carrera profesional se vuelve a topar con una oportunidad inmejorable personificada en Carson Welch (Bill Murray), un empresario que desea poner en órbita hawaiana un moderno satélite.
Para esto se le solicita volver a su Hawaii natal, lo que significa encontrarse con el pasado y situaciones que dejó inconclusas. Una de estas situaciones se personifica en Tracy Woodside (Rachel McAdams), una ex novia con la que estuvo a punto de casarse pero arruinó todo al último momento. Actualmente la ex está casada con un amigo de él y tienen dos hijos. En el interín le asignan a una joven y linda oficial (Emma Stone) para que trabaje en equipo con él durante el proyecto. Sí, ya adivinaron, triángulo amoroso.
Sabemos que a Cameron le gusta las tramas complejas, o mejor dicho, le gusta complejizarlas con elementos fantásticos, diálogos floreados y reflexiones existenciales. En "Aloha" estos elementos se presentan pero de manera muy irregular, atentando contra la fluidez y verosimilitud de la trama en lugar de potenciarla. Su andanzas se mezclan con mitos folclóricos hawaianos que no tiene razón de ser, que sólo fueron incluidos para darle un aire más profundo a la historia, cuestión que no se logra. Y no se logra porque la esencia de la trama es bastante básica e infantil. Así mismo los diálogos parecen incluir cuestiones filosóficas, pero en realidad son conversaciones simples y funcionales al romance que se nos impone, que no traen nada demasiado interesante como para reflexionar. Puro floreo.
En cuanto a los actores, Cameron logra ensamblar un cast envidiable, pero lo desperdicia entre tanto auto bombo. Si hay algo rescatable de este film es el talento y carisma de sus protagonistas, que se cargan la propuesta al hombro pero así y todo no logran levantarla.
Hay demasiadas subtramas, muchos nudos que se atan y desatan como por arte de magia y sobre todo hay poco sentido del entretenimiento. Una comedia romántica mal ejecutada que se llenó de leis hawaianos (collares de flores) para tratar de ocultar sus fallas narrativas. Poco recomendable.