Todo sucede en Hawaii
Cameron Crowe es un gran director, por más que muchos críticos lo quieran desprestigiar. Es un tipo que sabe contar historias con una pasión hermosa, algo que lamentablemente hoy por hoy no abunda. Sus películas brillan y perduran en nuestras cabezas a modo de remembranzas encantadoras. Resulta imposible contener la tierna mueca que empieza a dibujarse en el rostro al recordar algunas escenas de Casi Famosos, Jerry Maguire o Un Zoológico en Casa. Y ahora, el bueno de Crowe vuelve a la gran pantalla con Bajo el Mismo Cielo (Aloha), su nuevo y problemático opus que cuenta con las resplandecientes figuras de Bradley Cooper, Rachel McAdams y Emma Stone.
Brian Gilcrest (Cooper) es un ingeniero militar venido a menos que viaja a Hawaii a cumplir una polémica misión que lo pondría de vuelta en el mapa. Para evitar un nuevo fracaso en su haber, Gilcrest tendrá de compañía permanente a Allison Ng (Stone), una joven promesa de la aviación que lo vigilará de cerca. Claro que Hawaii no es un destino cualquiera para él, debido a que allí cosechó sus mayores logros y dejó olvidado al gran amor (McAdams) de su juventud. Su regreso al más reciente de los cincuenta estados de los Estados Unidos se verá alborotado por dos mujeres que lo quieren y por un trabajo que aparenta ser más complejo de lo que realmente es.
Crowe sabe cómo contar (y musicalizar) historias de amor y superación personal, algo que ha quedado demostrado claramente en su excelente filmografía. Quizás el “cómo” lo cuenta en Bajo el Mismo Cielo resulte un poco extraño, debido a que es un film que se aparta de ciertos cánones que impone el mainstream actual. Promediando la película no sabremos bien qué carajo está pasando, a qué miércoles va Gilcrest a Hawaii, si quiere volver con su ex, etc. Pero, más allá de eso, hay en ella un halo de misterio simpaticón que termina llevándonos hasta el entendimiento final sin mayores dificultades.
La narrativa del film (injustamente vapuleado en los Estados Unidos) también resulta anómala; al comienzo, Bajo el Mismo Cielo es una película donde las palabras fluyen a una velocidad voraz, lo que sirve para delinear a los personajes. Luego, hacia la segunda parte, predominan las escenas donde una mirada o una palmada en el hombro trascienden la pantalla para explicar perfectamente lo que pasa entre los protagonistas. Es llamativo cómo en Hollywood, un ambiente donde reina el cálculo y los procesos, haya salido a la luz una obra tan extraña como Aloha. Quizá consiguió estrenarse porque transmite calidez y entusiasmo más allá de sus errores, algo que lamentablemente escasea en las carteleras.
Cameron Crowe sabe cómo contar historias de amor y superación personal.
El elenco es impresionante. El trío protagonista integrado por Bradley Cooper, Rachel McAdams y Emma Stone se mueve por delante de la cámara con una química y un carisma encandilante. Si hay alguien digno de ser objeto de deseo de dos de las mujeres más hermosas que posee el firmamento Hollywoodense en la actualidad ese es Bradley Cooper. Y el cast secundario también brilla en Aloha. Bill Murray, Alec Baldwin, Danny McBride y John Krasinski tienen peso específico en la trama, no entran y salen como meros cameos humorísticos.
Nuevamente, Cameron Crowe pone su encanto y pasión al servicio del espectador. Una exquisita banda de sonido (otra de las especialidades de la casa) que mezcla ritmos autóctonos con Beck o The Who, los bellos paisajes de Hawaii, una ambiciosa (y fallida) trama militar y un triángulo amoroso cargado de carisma y calidez son algunos de los magníficos condimentos que ofrece Bajo el Mismo Cielo. Está en cada uno dejarse llevar por sus principales atracciones o quedarse enroscado en sus variadas fallas. Al menos por acá siempre será bienvenido encontrar películas imperfectas que saben transmitir bellas sensaciones.