La mayoría de las personas planean su vida, pero el destino siempre esta al pie de cañón para entrometerse. Esto es lo que le sucede a Holly Benenson y Eric Messer .
El plan de Holly era poder expandir su pequeño y elegante café boutique y convertirlo en un restaurante y, tal vez, algún día, abrir varias sucursales. Para Eric, su plan es ascender y dejar de ser un técnico de televisión para convertirse, en todo el sentido de la palabra, en director de la televisión deportiva a nivel nacional. Pero nada saldrá como lo planearon.
Vemos a una linda chica sentada leyendo una revista, esta esperando a un muchacho muy guapo con el cual tendrá una cita arreglada por sus amigos. La cita nunca se llega a concretar; él llega una hora tarde, su trasporte es una moto muy cool pero muy poco adecuada para la vestimenta de una dama, ella prefiere ir en su auto nuevo, se suben al cuatro ruedas, suena el teléfono celular y él concreta una cita con otra muchacha, aquí se da por terminada esta cita y cada uno se va por su camino.
Estas son las primeras imágenes que vemos de “Bajo el mismo techo”, marcándonos desde un principio lo poco que se agradan estos muchachos. Pero luego de que sus amigos sufren un trágico accidente se ven obligados a hacerse cargo, por decisión testamentaria de las víctimas, más allá de todas sus diferencias, y por la amistad que nos unía, de una beba, debiendo vivir ambos con la criatura en la misma casa
Durante toda la narración se van desgranando situaciones e incidentes para Holly y Eric en el intento por ir adaptándose a ser padres primerizos, sin siquiera haberlo planeado, y de una criatura que no engendraron.
“Bajo el mismo techo” es una comedia dramática en donde estamos todo el tiempo al borde del llanto de los actores, desbordados por la situación. Buen elenco, apropiada realización técnica y, como toda producción hollywoodense, esta no va a ser la excepción, tenemos el gusto en su cierre con el consabido Happy ending.