“Red Social” narra los orígenes de Facebook desde que el joven Mark Zuckerberg la creara en febrero de 2004 como un proyecto estudiantil para la Universidad de Harvard, hasta nuestros días, cuando se ha convertido en un influyente gigante que cuenta con más de 200 millones de usuarios en todo el mundo. Genialidades si las hay! … y el Facebook es una de ellas. Dicha red social a modificado, y modificará, las relaciones interpersonales de todo los individuos del Siglo XXI. David Fincher aprovecha el fenómeno para llevarlo a la pantalla grande. Mark Zuckerberg es un inteligente estudiante de Harvard, quien quiere destacarse del resto y consideró que la única manera es perteneciendo a un club. Luego de la ruptura de su novia y tras la publicación de ofensivas hacia las mujeres en su blog, Mark sale del anonimato a ser el despreciado de todas las mujeres de la universidad. Para poder mejorar su reputación terminara relacionándose con prometedores remeros mundialistas quienes necesitan de su inteligencia para llevar a cabo un proyecto universitario. A partir de ahí a Mark se le prende la lamparita y comienza a crear la red social que lo convertirá en el multimillonario más joven La trama nos va revelando de forma cronológica como un genio, sus amigos, robos de ideas, demanda y traiciones fueron parte del Facebook. Son dos horas llevaderas; con diálogos equilibrado de tecnicismos, pero no muchos; otros brillante con un toque de ironía y comentarios inteligente. Fincher refleja muy bien a un joven brillante con su ambicioso proyecto, pero a su vez a un niño que recién comienza sus pasos en la universidad con una personalidad débil e influenciable. “Red Social” nos dará a conocer un pantallazo de biografía un tanto maquillada de su fundador, pero sobre todo como el dinero y la ambición se anteponen a los verdaderos afectos.
Los efectos del alcohol en una persona y la amenaza de la presencia de otra que le puede llegar a sacar todo lo acumulado en su carrera durante años, sumados sus logros y prestigio, amenazan el futuro humano y artístico del personaje central de esta realización. “Whisky con Vodka” nos marra la historia del actor Otto Kullberg; un hombre que las mujeres aman, pero que a veces bordea la condición de alcohólico. Cuando por haberse excedido en la bebida durante la noche una vez más llega tarde al rodaje de la película que protagoniza y se pierde un día de filmación, lo que amenaza la continuidad del proyecto debido a tales circunstancias, el productor a fin de cubrir su inversión resuelve contratar a un actor de teatro, más joven, de reconocida responsabilidad y calidad artística, para grabar por duplicado todas las escenas a fin de cubrir eventual paralización del rodaje en el caso que no se pueda continuar con Otto Kullberg. Otto es un hombre muy inteligente que empujado por la necesidad de ser el centro de atención, se ve obligado a cumplir con su rol en el estudio, animando en la ficción al protagonista que, luciendo un traje de los años 20, tiene que decidir entre el amor de dos mujeres, y redefinir su rol en la propia vida. No podría decir con exactitud que es lo que quiso trasmitirme dicha realización, ya que nos presenta a un actor maduro, que ha dejado todo por ser quien es, y que a causa de su problema con el alcohol esta a punto de perder todo lo que había logrado. A pesar que al final pareciera darse cuenta que tal vez no valía haber perdido todo para ser alguien reconocido al costo de encontrarse solo en el mundo, pero aún así prefiere aferrarse con todas sus fuerzas a ese mundo de fantasías que es lo único que tiene: ¡el cine!
“Octubre Pilagá” es un documental de Valeria Mapelman, quien nos lleva a transitar por los testimonios de parientes y sobrevivientes de la masacre de 1947 sucedida en el paraje La Bomba, ubicado en la Provincia de Formosa. En octubre de 1947, segundo año del primer gobierno de Juan Domingo Perón, en un paraje llamado La Bomba, al norte de Argentina, cientos de personas pertenecientes al pueblo Pilagá fueron asesinadas. Hecho que fue encubierto por el Estado. A más de sesenta años de la masacre, los sobrevivientes revelan detalles de lo ocurrido en un documental que le demandó a su realizadora más de tres años de investigación en la provincia de Formosa y en los archivos oficiales. Hace unos cinco años Mapelman escuchó esta historia por primera vez. “Los hechos de la Bomba son transmitidos de abuelos a hijos y nietos, no sólo en las comunidades Pilagá, sino también en las comunidades Qom y Wichi de Chaco -Formosa. Cuando supe que existían sobrevivientes de esta masacre viajé a conocerlos, y así di comienzo a mi trabajo”, comentó la directora. Durante todo el documental se nos muestra el recorrido de los Pilagá en esas épocas, escuchamos testimonios de aquellos sobrevivientes, junto con imágenes de archivo que van a ir reconstruyendo esta historia olvidada. En el año 2006 la masacre de La Bomba da lugar a una demanda contra el Estado Nacional de características inéditas en el derecho argentino, fundada en los principios jurídicos de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad. El juez federal Mario Bruno Quinteros ordena que un forense trabaje en la búsqueda de restos humanos, y los sobrevivientes inician junto a él la búsqueda de sus familiares desaparecidos. Gracias a esas investigaciones los deudos de las víctimas pudieron encontrar parte de los restos de sus seres queridos. La realización denota ser efectivamente un documento, como bien es caratulado en su género de documental. No habría que detenerse en las imperfecciones técnicas y narrativas que se observan, ya que lo importante es poder trasmitir a nivel nacional, y mundial, lo que sucedió hace 60 años y el abuso que siguen sufriendo los primeros habitantes de nuestras tierras. Es una producción que no se la puede evaluar como una obra maestra de la cinematografía, sino como un material de interés histórico y humano.
La mayoría de las personas planean su vida, pero el destino siempre esta al pie de cañón para entrometerse. Esto es lo que le sucede a Holly Benenson y Eric Messer . El plan de Holly era poder expandir su pequeño y elegante café boutique y convertirlo en un restaurante y, tal vez, algún día, abrir varias sucursales. Para Eric, su plan es ascender y dejar de ser un técnico de televisión para convertirse, en todo el sentido de la palabra, en director de la televisión deportiva a nivel nacional. Pero nada saldrá como lo planearon. Vemos a una linda chica sentada leyendo una revista, esta esperando a un muchacho muy guapo con el cual tendrá una cita arreglada por sus amigos. La cita nunca se llega a concretar; él llega una hora tarde, su trasporte es una moto muy cool pero muy poco adecuada para la vestimenta de una dama, ella prefiere ir en su auto nuevo, se suben al cuatro ruedas, suena el teléfono celular y él concreta una cita con otra muchacha, aquí se da por terminada esta cita y cada uno se va por su camino. Estas son las primeras imágenes que vemos de “Bajo el mismo techo”, marcándonos desde un principio lo poco que se agradan estos muchachos. Pero luego de que sus amigos sufren un trágico accidente se ven obligados a hacerse cargo, por decisión testamentaria de las víctimas, más allá de todas sus diferencias, y por la amistad que nos unía, de una beba, debiendo vivir ambos con la criatura en la misma casa Durante toda la narración se van desgranando situaciones e incidentes para Holly y Eric en el intento por ir adaptándose a ser padres primerizos, sin siquiera haberlo planeado, y de una criatura que no engendraron. “Bajo el mismo techo” es una comedia dramática en donde estamos todo el tiempo al borde del llanto de los actores, desbordados por la situación. Buen elenco, apropiada realización técnica y, como toda producción hollywoodense, esta no va a ser la excepción, tenemos el gusto en su cierre con el consabido Happy ending.
La historia trascurre durante el desarrollo del Campeonato Mundial de Fútbol del año`78 y narra las vivencias de Mauruzi Gallo (Alessio Boni), periodista deportivo italiano que llega a Buenos Aires para cubrir el evento y conocer a sus parientes quienes emigraron de Italia en la década del ‘50. A poco de llegar, el protagonista conoce a Ana (Florencia Raggi), joven militante de la resistencia armada a la dictadura militar, de quien se enamora apasionadamente poniendo en riesgo su propia vida. Descubierta la relación por su pariente político Pablo Pere (Juan Leyrado), funcionario jerárquico del gobierno militar, son perseguidos hasta que Maurizio, sospechado de pertenecer a las Brigadas Rojas italianas, es secuestrado y sometido a torturas y ultrajes en centros clandestinos de detención de las Fuerzas Armadas Esta producción cuenta con una excelente ambientación de la época, el vestuario, y un cuidado empleo del color sepia en la fotografía, todo lo que contribuye realmente a que el espectador se sienta en la Argentina de 1978. La producción parte de un buen guión, al que el realizador dio apropiado tratamiento audiovisual y clara exposición de la trama y del perfil de sus personajes. Hay que destacar la actuación de todos los argentinos que participaron en esta coproducción (Italia/Argentina/España), quienes sostienen correctamente numerosos diálogo en italiano, lo que los obligó a ensayar intensamente más de un mes el idioma del Dante un mes previo al rodaje.. La actuación de Florencia Riggi, muchas veces cuestionada, esta vez esta a la altura en su personaje antagónico. La realización fue presentada en nuestro país en el marco de la muestra Pantalla Pinamar 2010. “Cómplices del silencio” es la primera producción como resultado de un convenio suscripto entre el Instituto Nacional de Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA) y la Direccione Nacionale de Cinematografia de Italia. “El filme busca explorar los ánimos y los sentimientos de quienes luchaban democráticamente por sus ideales”, según comento Incerti, objetivo cumplido con dignidad, sobriedad, credibilidad y dramatismo, sin caer en el melodrama ni en la caricaturización de personajes o situaciones.
La realizadora de “Cielo azul, Cielo negro” y “Cuando ella saltó” nos presenta su tercera película, protagonizada por Celeste Cid y Emme. Sabrina Farji dicta clases de guión en el Centro Cultural Ricardo Rojas y en el 2004 participó de su taller Victoria Grigera, hija de padre desaparecido durante la última dictadura militar, quien le contó la historia de una hija de desaparecidos que se hacía amiga de una chica que había sido apropiada durante el proceso y la ayudaba en la recuperación de su verdadera identidad. Este sería el punto de partida para filmar “Eva & Lola” y de Grigera como guionista. “Eva y Lola” narra la historia de dos amigas hijas de desaparecidos. Eva (Celeste Cid) con el intento de la aceptación de su historia, inventando un mundo fantástico creyendo que se comunica con su padre desaparecido por teléfono, y Lola (Emme) descubre que sus padres son sus expropiadores y va a ir intentando buscar el camino hacia su verdadera historia. El film relata una historia trágica que intenta no caer en lugares comunes. Se trata de una historia de amor de Eva con su vecino de enfrente Lucas (Juan Minujin); en tanto la hermana de mayor de Lola, Alma (Victoria Carreras), denuncia a sus padres al darse cuenta que habían apropiado a su hermanita menor alejándose de su familia. Estas historias no suman mucho, pero forman parte de los subtramas, los cuales crean una pausa en la trama principal. Sin duda la identidad es el tema central. La realizadora propone una mirada luminosa y esperanzadora a temáticas universales como la memoria y la identidad. Es un tema difícil de contar, pero bello en cuanto al relato de una parte nefasta de nuestra historia reciente, la cual nunca hay que olvidar, y mucho menos repetir. En los últimos años se realizaron ciclos de Teatro por la Identidad, más tarde nació Televisión por la Identidad y también le toco el turno del cinematografía, como buenos recursos para mantener presente nuestras memorias. Con sus más y sus menos esta producción se suma a los títulos que en los últimos años han planteado, desde distintos ángulos y resultado final, aspectos que hacen a las heridas abiertas en el período 1976-1983 las que se mantiene vigente en la sociedad argentina.
Marmanduke es el perro de la familia Winslow, quienes por razones laborales deja el Estado de Kansas para mudarse a un confortable hogar en California, traslado que sólo parece satisfacer al padre de familia, y a su perro, quien cree tener la posibilidad de empezar de nuevo ; aunque no pierde su esencia de meterse en problemas. Por momentos el espectador tiende a olvidar que Marmanduke es un Gran Danés, pues deja de ser sólo un perro para pasar a ser un adolescente con sus típicos problemas… Intentar encajar en un grupo, conseguir una chica bonita y mantener siempre la atención de sus padres. La realización no deja de contar con una historia romántica, momentos de aventura y diversión para su mundo perruno. “Marmanduke” es sólo una producción más con perros parlantes, no aporta nada nuevo, o distinto, a cuanto hemos visto con anterioridad, pero aún así la historia resulta llevadera y entretenida merced a un guión amable y una realización fluida aunque rutinaria, aportando a la cartelera un entretenimiento atendible sugerido para chicos de tres a doce años.
La película comienza con un fundido a negro y una voz en off, una chica mirando a la ventana; mirando al horizonte, respira fuerte y la llaman; va a negro otra vez. Escena siguiente ella, Checa, continua hablando en off, vemos un féretro, fundido a negro, sale del cuarto y se pone a hablar con el hermano, Flaco, como ella lo llama. La sinopsis nos dice que la historia trascurre en un martes 13 y no es un buen día para Checa. Su papá murió la noche anterior; su mamá se encerró a llorar desde la mañana y para el mediodía la casa se llenó de parientes indeseables. Su único aliado es su hermanito menor, que está más perdido que ella y no parece poder ayudar demasiado. A la hora de la siesta los hermanos saldrán a dar una vuelta y pasar las horas previas al entierro de su papá, en un paseo que podría ser también un viaje en el tiempo. En ningún momento nos ubican en un espacio temporal, vemos a dos chicos que deambulan por las calles, por una plaza hasta que llegan, sin saber por que o como, a la casa de un compañero de Checa que hace años no lo veían. La película no me trasmitió nada, no entendí por que fue filmada todo el tiempo en blanco y negra, a cada cambio de escena un fundido a negro.¿ Se supone que eso me daría más dramatismo ?… Lo único que me quedo en claro es el fallecimiento de su padre y la anti-reacción de esos pobres niños que acababan de perder a su papá, tal vez por eso se traspolan a través de la imaginación y el tiempo deambulando durante todo el film Por eso para mi es un regularmente mala, aunque no se cómo ganó a la “Mejor Película Latinoamericana en el 24º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata”, pero el jurado de dicho Festival tiene el ojo más entrenado que el mío.
Oliver Hirschbiegel es un realizador interesado en los conflictos humanos y esta vez lo podemos comprobar con “Cinco minutos de gloria”, donde narra una historia que tiene por marco Irlanda, que comienza en el año 1975, pleno período de la reactivación de la violencia politico-religiosa en Belfast (Irlanda del Norte). Un joven protestante de 17 años (personificado como adulto por Liam Neeson) junto a un grupo de amigos decide cumplir una misión de prueba para ingresar al Ulster Volunteer Force (UVF), amedrentando a una familia católica para que abandone un barrio protestante. Pero las cosas no salen según el plan trazado y el episodio termina con la muerte del hijo de 19 años de la familia católica, en lugar del padre –objetivo propuesto-, ante la mirada atónita del hijo menor, a quien el victimario deja con vida El asesino y sus compañeros fueron detenidos dos semanas después, juzgados y condenados. La realización comienza con un largo flashback para ponernos al tanto del origen del conflicto entre estos dos hombres. La continuidad de la historia está tratada en tiempo presente, hasta que se produce el reencuentro cara a cara, que se va dilatando para llegar al enfrentamiento ineludible. La trama sigue los pasos de esos dos hombres condenados al encuentro, televisión mediante, luego de 30 años de los hechos que generaron el conflicto latente. Guionista y realizador tratan a ambos personajes como víctimas. Little, arrepentido de su crimen, vaga por el mundo aportando su experiencia sobre el tema e intentando evitar que los jóvenes participen en hechos violentos, pero él no puede librarse del concepto de culpa por la muerte de aquel hombre que asesinó en su adolescencia. La imagen de un pequeño Joe, impávido ante la muerte de su hermano, se ha convertido para él en una pesadilla que lo persigue constantemente. Por su parte, Joe se culpa de no haber podido evitar el asesinato de su hermano y sólo quiere la venganza contra el responsable de su muerte. Ambos necesitan reconciliarse para seguir con sus vidas sin que ello sean una condena. Los protagonistas lo asumen excelentes interpretes; Liam Neeson como un antiguo terrorista arrepentido, roto por la culpa, mientras que Nesbitt compone a un Joe en forma radiante, con una meticulosa exposición del complejo proceso psicológico de un hombre sediento de venganza. Si bien el guión y la dirección son firmes, se aprecian algunos baches en el tiempo y algunas reiteraciones, empero ello no afectan en lo esencial el sostenido interés que despierta en el espectador el desarrollo dramático de un relato interesante respecto al enfoque temático víctima-victimario.
“El Príncipe de Persia: Las arenas del tiempo” nos presenta al hijo del Rey Sharaman, el Príncipe de Persia, derrotando al todopoderoso Maharajá de la India en una portentosa batalla. Tras la victoria llegó el saqueo de sus posesiones. Y entre ellas se llevaron un par de objetos misteriosos: la daga del tiempo. Además capturaron a la bella hija del Maharajá. Un traidor del reino del Maharahá, y que ayudó al Príncipe en su conquista, engaña a éste para que rompa el misterioso reloj de arena. Desde ese momento se desatarán las temidas "arenas del tiempo". Y la aventura comenzará. Los orígenes de dicha realización es a base de una saga de videojuegos del género de plataformas iniciada en 1987; aunque sólo se trata de una adaptación y no una réplica exacta. La historia trascurre a través del joven Príncipe Dastan (Jake Gyllenhaal) un valiente guerrero adoptado por el Rey de Persia cuando apenas era un niño. Llegará misteriosamente a sus manos la daga del tiempo la cual le causará muchos inconvenientes; se le va a adjudicar la muerte de su padre adoptivo y la traición a su reino. Este será el detonante y Dastan tendrá que demostrar su lealtad y todos los valores aprendidos durante su vida. Nos encontramos con una excelente ambientación; nos muestran una Persia en donde era una gran Imperio lo cual hace más verosímil la historia. Además de contar con mucha acción, efectos especiales en concreto cuando el joven Príncipe hace uso de la daga del tiempo en donde podemos ver como todo se rebobina en cama lenta para volver a empezar. También hay que destacar las acrobacias del musculoso y buen mozo Dastan cuando salta de muro en muro. Estos movimientos si fueron sacados exactamente del videojuego. Tal vez el “Príncipe de Persia: ...” dentro de unos años va a ser olvidada por los espectadores, pero no quita que sea una buena realización para que grandes y chicos pasen un buen rato de diversión y aventura en un nuevo mundo maravilloso de Disney.