AMOR EN LOS TIEMPOS DE GUERRA
La guerra y las relaciones amorosas han sido desde los comienzos de la ficción y especialmente de la ficción cinematográfica, fuente de temas y tópicos explotados hasta el hartazgo. Bajo el sol no escapa, aún en el 2016, de tal tentación. La película ofrece un amor reversionado en tres momentos históricos que atraviesan la guerra acontecida entre Croacia y Serbia entre 1991 y 1995.
Con la misma pareja protagonista en los tres relatos (Tihana Lazovic y Goran Markovic), el tríptico desarrolla diferentes relaciones íntimas que se establecen en las distintas partes del film, donde todas conllevan la tragedia y el sufrimiento debido mayormente a que, en las parejas protagonistas, él es croata y ella serbia. En la última tentativa de relación amorosa se da la excepción, dado a que se juega con la dinámica de final abierto, dejando esperanzas de que aquel pasado signado por la guerra y el desencuentro varíe hacia un futuro mejor.
Es destacable el tratamiento estético que el film presenta debido al trabajo con la luz. Marcados claro-oscuros realmente artísticos, juegos de iluminación metonímica, le permiten a Bajo el sol una belleza tal que permite llenar aquellos huecos que una historia tan trillada puede albergar. Asimismo, la puesta en escena en la que predominan tanto tomas de paisajes naturales como de la destrucción dejada por la guerra, es digna de subrayar, porque también dotan a la película de un filtro artístico estético rico para el espectador; lo que al mismo tiempo, a ojos de quien escribe, le permite salvar la ausencia de planos secuencias, movimientos de cámara, entre otros recursos formales. La música funciona de manera correcta como telón de inicio y de cierre de cada historia, pero la misma no es utilizada ni diegética ni extradiégeticamente a modo de refuerzo de las interpretaciones, sino que el film se vale de un “sonido directo”, que si bien permite una coherencia entre actuaciones y entorno bélico donde se sitúan las historias, por momentos llena a la película de silencios “vacíos”, aquellos que no aportan a la construcción de la trama y que pueden llegar a volverla algo aburrida (que dura dos horas y que tranquilamente podría durar poco más de una hora).
Del mismo modo, se rescatan las actuaciones tanto de la pareja de protagonistas como de Nives Ivanković, quien en el papel de madre en dos de los relatos presentados, sabe transmitir la represión de una sociedad sitiada por la violencia o la impotencia de quien ha perdido lo más querido en la guerra. Estos tres actores, a través de la expresión de sus gestos y de la motricidad de sus cuerpos, explicitan la carga emotiva de los personajes, por eso abundan los primeros planos y los planos detalle ayudados por la iluminación, resaltando los sentimientos que surgen de la situación de desolación en la que se hallan sumergidos los personajes en los tres relatos.