Bárbara

Crítica de Emilio A. Bellon - Rosario 12

Desde ese territorio alemán no nombrado

El crítico de Rosario/12, además de vertir sus conceptos, eligió en esta ocasión un comentario "coral", enriquecido por las ideas e interpretaciones de espectadores que vieron la película y después la debatieron en la mesa de un bar.

En el Festival de Berlín del 2011, el joven realizador Christian Petzold, cuya obra para nosotros es ciertamente no conocida y data del año 2000, mereció por el film que hoy comentamos, desde un encuentro de voces, el Oso de Plata al Mejor Director. Y su estreno en nuestra ciudad coincide, como rara vez acontece con los films que no provienen de USA, con Capital Federal, a dos meses de su presentación en España donde su director abrió la conferencia de prensa de la siguiente manera: "Vivo en Berlín desde hace treinta años. Estoy rodeado por la historia de la RDA, pero nadie habla sobre los años 80 allí, es como si ese país nunca hubiese existido, como si fuese un cuento de hadas".

Esta Alemania de los años ochenta, que transcurre en la ex República Democrática Alemana, antes de la caída del Muro, es el tiempo histórico en el que transcurre este film, que se inicia cuando la doctora Barbara Wolff será trasferida, obligada a dejar su ciudad, para cumplir su labor en un alejado pueblo, sancionada por un hecho cuya causa nosotros, espectadores, no llegaremos a conocer. En ese territorio, que a este cronista se le reveló afín por momentos, al espacio rural marcado por la aridez, la severidad y miradas vigías que estaba representado en el film de Michael Haneke, "La cinta blanca", que como recordamos preanunciaba las conductas del nuevo orden totalitario en esa comarca rural, los guionistas de "Bárbara" han construido una historia que interpela ,desde su carácter reflexivo; que promueve una apuesta a la libertad, que profiere un grito de rebeldía frente al avasallamiento y opresión de la dignidad humana.

Este es un comentario a varias voces, y hasta el momento sólo se manifestó la mía. A la salida del cine, en la noche del viernes, éramos trece sentados a la mesa del bar y el diálogo en torno al film se fue encadenando, de manera sensible y amable, junto a otros. Sólo puedo transcribir algunos momentos de estos escritos, ya que el comentario crítico debe tener una máxima extensión ya fijada con anterioridad.

Así, Florencia Lo Celso, y en relación con ese clima en el cual transcurre esta historia señala: "Me impactó este tono de denuncia no ya directa, en la vida cotidiana, sino a través de los silencios, de los gestos. Igualmente ese clima me lo llegó a transmitir la iluminación: esa luz marca el agobio, la tristeza. E igualmente aún siento el sonido del viento".

La naturaleza, el medio ambiental, cumple no sólo una función paisajística en el film. El mismo director ha expresado que ha tratado de plasmar esa fuerza que la misma tiene en la literatura alemana, en sus mitos, en sus leyendas. Es, entonces, ahora, Tita Caliotti quien continúa: "Junto a esta naturaleza, el sonido del viento, y tantos otros aspectos, como el rugir de las olas; lo que más me impactó fue la personalidad de ella, de la doctora, de Bárbara. Y tanto la mirada de ella como la del Doctor...Sí, sí, nuevamente las miradas.

Claro, esas miradas que, en un principio, están veladas por la censura y el dolor. Pero que permiten descubrir emociones, de manera pausada. Desde aquí, Juana Palmili Baker, nos comenta: "Ella, perseguida, acosada, controlada, de manera permanente. Y sus sentimientos y el de los otros, como el de la joven Stella, que representa lo clandestino, lo oculto..."

¿De qué manera se nos va presentando a Bárbara?. ¿Cómo lo va haciendo su director?. Sería algo muy reduccionista afirmar que lo hace de manera naturalista, por la tendencia al retrato. Adela Ramos va más allá: "Y es que el film nos va acercando al personaje en ese paralelo entre sus sentimientos más íntimos, sus vivencias, junto a su labor profesional no separada de su mirada política, de esa proyección ética, que hace que finalmente ella pueda adoptar esa decisión a costa de su propia vida".

¿Se puede pensar en otros films afines a estas problemáticas?. María Eugenia Fiol recuerda a "La vida de los otros". Y particularmente considero que una de las claves de la lectura la proporciona lo que se dice sobre la pintura de Rembrandt". Miguel Angel Coca retoma estos planteos, que no revelaremos,"...y que el film coloca en el espacio de una sociedad que está atravesada por situaciones límites. Admiro esa capacidad para crear esta tensión, este otro suspenso, que están en los rostros, en los gestos, en las miradas..."

Para Liliana Favari es "esa bicicleta de esa escena, tantas veces repetida, no sólo un medio, un móvil, sino un símbolo de un estar con ella misma en su propio viaje interior y al mismo tiempo un nexo con lo desconocido, lo misterioso, lo solidario y el puente con esa otra historia de amor". Bárbara deberá enfrentarse a dos opciones desde un mundo, en que como señala Susana Orsetti: " Los otros se van encuadrando desde el susurro, la mirada esquiva, los silencios; en ese espacio en el que se corren los visillos para observar y controlar a los pacientes".

En los estertores de un régimen quedan al descubierto los patéticos comportamientos que lo cimentaron. En este mirar atrás, como lo hacía el cine de Fassbinder respecto del llamado "milagro alemán", Francisco José Santana nos afirma: " Y es que el film refleja lo opaco de la vida bajo un sistema degradante sin mañana. Pero al mismo tiempo, en él, y desde algunos personajes, y pese a todo, siempre hay algunas personas que aportan su luz de esperanza, por su entrega, por su compromiso con la vida".

No se trata de contar argumentos, sino de transmitir algunas observaciones. Así María Dolores Boja destaca la tensión del film a lo largo de toda su duración, Mauricio Strappini acentúa la problemática del dilema y la cuestión del ideario de libertad, como asimismo el trazado de los personajes y Andrea García Fuentes marca los diferentes momentos del relato en función de los modos en que se manifiesta Bárbara, la protagonista.

Usted, seguramente, lectora, lector, esté incorporando su propio punto de vista a esta nota.