En la primera media hora de Bárbaro encontramos el mejor contenido que ofreció el cine de terror estadounidense en el último tiempo, al menos entre los estrenos que llegaron a la cartelera.
El comediante Zack Cregger incursiona en el género con un estupendo primer acto donde presenta la historia con una intriga interesante y muy buenos climas de suspenso. Todo el misterio se construye con apenas dos personajes, interpretados por Georgina Campbell (Rey Arturo) y Bill Skarsgard que están muy bien aprovechados .
La película comienza con un enorme potencial que entusiasma muchísimo por las situaciones de tensión que se elaboran y la claustrofobia que construye el director en torno a la casa donde se desarrolla la trama. A partir del momento en que entra en escena Justin Long (Jeeper Creepers) el tono del film cambia notablemente y la intriga que había generado el relato se desinfla por completo.
Queda la sensación que Cregger cambió el rumbo del guión durante el rodaje y el conflicto de Bárbaro se encamina por un rumbo diferente. Aunque el destino final al resulta un poco decepcionante la película de todos modos cuenta con algunos méritos artísticos. La puesta en escena es muy efectiva y sobresale especialmente la música de Anna Drubich que por alguna razón me trajo al recuerdo el cine italiano de horror de los años ´80. De hecho, el director evoca hacia el final una de las marcas registradas de Lucio Fulci en lo referido al tratamiento de la violencia.
El comentario social relacionado con la masculinidad tóxica (un clásico de estos días) está bien trabajado y permite que el público saque sus propias conclusiones. La gran debilidad de Bárbaro reside en los aspectos argumentales que cuenta con más agujeros que una producción de Jordan Peele.
La película se excede con situaciones tontas hacia el final que no tienen el menor sentido y deben ser aceptadas porque así los dispuso su realizador. Hay numerosas cuestiones que no terminan de cerrar ni tienen una explicación y eso afecta notablemente al balance general del film.
Cuenta con un gran comienzo y es muy entretenida pero luego se debilita y deja el sabor amargo que podría haber sido un espectáculo superior.
Si son seguidores del género recomiendo que le den una oportunidad pero no esperen encontrar la obra maestra o el gran estreno del año que promocionaron los delirios trasnochados de la prensa norteamericana.