Barroco

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Al film y su bonus les falta ritmo y sustancia

Un joven se consigue una novia, lo que no le impide visitar a otra. También consigue trabajo en una librería con doble sistema de vigilancia, lo no le impide robarse libros a gran escala. Fuera de eso, está entusiasmado con hacer una fotonovela al estilo de las viejas "Killing" (o "Kiling", como dice un experto). No vemos que la termine, pero eso no impide que la misma aparezca después como un bonus al final de la película. No insertada, sino agregada, a modo de consuelo para los espectadores.

Ni la película ni el bonus son la octava maravilla, lo que tampoco impide que los exégetas del Nuevo Cine Argentino línea Universidad del Cine se llenen la boca de elogios, hablen de autor promisorio, grandiosos actores, infinidad de referencias ocultas o semiocultas, espíritu lúdico, etcétera. Algo de eso hay, pero no es para tanto. Le falta más ritmo, y sangre en las venas (y más sangre fuera de las venas en la supuesta parodia de "Killing"). Se aprecian, eso sí, unos momentos bien logrados, como la escena del primer robo en la librería, o la figura del enmascarado rasposo imaginada para la fotonovela.

A propósito, la revista aludida no era pornográfica, como aseveran los personajes de "Barroco", sino apenas morbosa. Siempre aparecían unas cuantas mujeres tiradas por ahí en ropa interior, y el tipo las dejaba tiradas del todo, directo para el forense, pero lo de porno es una exageración. Algo tan falso como la música de Vivaldi que anuncia otro personaje, y que en realidad fue compuesta por Gabriel Chwojnik, "a la manera de". Buena música, dicho sea de paso.