"American Made" (Barry Seal, sólo en América): y para quien trabaja el piloto?
Y Tom siempre está regresando. Buscando propuestas más arriesgadas que los films de acción clásicos a los que nos tiene acostumbrados.
Esta vez bajo la dirección de Doug Liman, un director que ha tenido sus altibajos pero cuenta con gran experiencia en el medio (y ha trabajado con Cruise, de hecho), se le anima a una biografía, no demasiado controversial, pero si muy jugosa para entender como funcionaban las conexiones entre la droga y la política entre Estados Unidos y algunos países en aquellos lejanos 70's y 80's.
"American made" es una cinta donde se explica, de modo bastante didáctico, como los amigos del gran país del norte, se encargaban de influir en los gobiernos de América Central y en Norte de América del Sur.
Eran años donde la guerra fría estaba en su apogeo y cualquier excusa para actuar "preventivamente" era válida, en términos políticos. Aquí la trama nos muestra a Barry Seal (Tom Cruise), un piloto de TWA que tiene una vida rutinaria, sin demasiadas complicaciones. Tiene familia, vive al día pero parece satisfecho con su trabajo. Sin embargo, un día un tal Monty "Schafer" (Domhnall Gleeson), agente de la CIA, se acercará a hacerle una interesante proposición.
Saben que él es un piloto audaz y puede hacer el trabajo sucio que la agencia necesita: fotos sobre una región donde a los gringos no se los quiere demasiado. A partir de ahí, Barry comenzará su derrotero conociendo gente más bien pesada, dentro de los cuales anotamos al trío famoso que lideraba el legendario "Cartel de Medellín", quienes rápidamente vieron en el americano una gran oportunidad de negocios.
Basicamente la idea era que Seal fuera y viniera llevando mercancía (droga) a Estados Unidos, claro que sin dejar de trabajar para el Gobierno, haciendo las distintas tareas que se le pedían. Algunas muy raras. Verán elementos de historia moderna con material de archivo (el tema de los Contras, la situación con el Caribe, etc) y compartirán las aventuras de Barry, mientras su casa se va llenando de dólares de una manera que no se puede explicar con palabras.
Para eso están las imágenes. Todo eso, hasta que las condiciones cambien y haya que buscar chivos emisarios para la cuestión política.
Cruise hace lo que siempre hace, en el mismo registro que ya le conocemos. El resto del elenco no aporta casi ninguna sorpresa y el guión es previsible y no demasiado divertido. Bucea a mitad de camino entre volverse extremo y solamente procurar divertir, o profundizar los conflictos de intereses, que creo es lo que más me interesaba como espectador a la hora de ingresar a sala.
"American made" es otra biopic del viejo Tom, sin demasiado vuelo ni aristas destacables. Es correcta y su narración es llamativamente veloz, lo cual obliga al espectador a estar atento, más si no conoce el cuadro de situación político en esos tiempos. Esperaba más. Creo que el hecho de quedarse a mitad de camino le resta direccionamiento a la propuesta. Puede que te guste pero... Dependerá que tan fanático de Tom Cruise seas!