Barry Seal: sólo en América

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Entre fines de los 70 y principios de los 80 la cocaína llegó a los Estados Unidos desgraciadamente para quedarse. Si bien se hancrítica de Barry Seal: Sólo en América contado decenas de historias, tanto de los narcotraficantes como de los oficiales que los arrestan, no ha habido tantas historias de personajes menores de ese universo, aquellos que en una película habitualmente vemos al pasar. Barry Seal: Sólo en America es la historia de breve prosperidad de uno de ellos.

Yanquilandia, país generoso:
Barry Seal es un piloto de aerolíneas de vida bastante monótona. Un pequeño negocio que tiene al margen (como contrabandista de cigarros), atrae la atención de un operativo de la CIA que desea los servicios de Barry para pilotear un avión espía. Este será el primero de muchos encargos que lo pondrán en contacto con dictadores y narcotraficantes, que desean los servicios de Barry para conseguir que sus “productos” crucen las fronteras.

Al trabajar tanto para la CIA como para los narcos, Barry consigue prosperar y llenar de lujos a su familia. Pero nada es tan fácil como parece ser.

El guion de Barry Seal: Sólo en América es prolijo, siguiendo paso a paso la típica historia de un don nadie que consigue prosperar a causa de una actividad ilegal, con todo el derrotero que ello implica; lo que hemos dado en llamar “El Camino del Hedonista”. No obstante, el guion no se limita a solamente desplegar un derrotero, lo hace de una forma muy humorística y con un descomunal sentido de autocrítica hacia su propio país. Aunque los narcotraficantes lejos están de ser retratados como unos santos, los oficiales del gobierno quedan peor parados todavía, ya que son presentados como unos infantiles egoístas que usan a la gente mediante la coacción para luego desecharla.

En materia actoral, si bien la película tiene acción en su justa medida, acá podemos ver a Tom Cruise en completo modo actoral. Curiosamente, Barry Seal: Sólo en América es una de esas pocas instancias en donde no lo vemos como un ganador nato que siempre sabe qué hacer. Su desesperación es tan creíble como atractiva para la atención del espectador. Es uno de esos intérpretes que promete algo y se esfuerza por cumplirlo; podemos decir que este título es un merecido agregado para la columna de los aciertos.

Del plantel de actores por fuera de Cruise destaca Domhnall Gleeson. Su cuota de jovialidad y despreocupación es crucial para entregar el tono autocritico que tiene la película. Es también interesante el aporte de Sarah Wright como la esposa del protagonista.

En materia técnica el film es también muy prolijo, oscilando entre la puesta clásica y la casi documental, siendo esta última la que predomina no pocas veces en el metraje, tanto en su fotografía como en su montaje. Desde luego, al ser una película ambientada entre los 70s y 80s, pueden esperar un repertorio de clásicos de la época.

Conclusión:
Barry Seal: Sólo en América es un título entretenido, sostenido por una narración tan fluida como ácidamente autocrítica de su país y de su historia. Descansa en los hombros de un Tom Cruise arraigado en su faceta de héroe de acción, pero logrando conquistar por facetas mucho más inusuales y profundas. Disfrutable.