Invasores vs. Invadidos
El hombre invade y destruye un terreno que le es ajeno y amenaza a alienígenas que conviven en tolerancia, paz y armonía. Así se da inicio a la aventura de acción que es Batalla por terra (3D) (Terra, 2007), un film de animación computarizada de producción independiente. La idea de mostrar al hombre como un ser de naturaleza conquistadora, militarizado en su conducta, con ansias de dominación capaz de manipular un plan de ataque sin importar sus consecuencias con tal de sobrevivir.
El hombre busca asentarse en planetas vecinos ante la imposibilidad de la Tierra para continuar albergando vida producto de la contaminación que la llevaron a un estado de no retorno. Una guerra interplanetaria por la disputa de quien mantendrá la vida humana, deja a la pequeña y desconocida Terra como la única esperanza de una raza humana que busca sostener su existencia.
De todas formas, en la guerra siempre hay dos que combaten, y los dos bandos tienen sus intenciones y motivaciones bien marcadas, los dos atacan, los dos se defiendan, se repliegan y contraatacan. Los seres extraños de otra raza también encierran en su accionar razones y verdad opinables, lo cual permite al film establecer un debate moral tan sorprendente como bienvenido que tiñe al film de un aura polémica y necesaria en estos tiempos de conformismo.
Como gran espectáculo visual que es apreciado gracias a las virtudes del cada vez mas preponderante 3D, la película cumple con destreza narrativa y un acabado desarrollo de personajes. Sin ser parte de los estudios top de Hollywood como Dreamworks, Pixar o Diseney, el acabado visual que lleva a cabo Aristomenis Tsirbas es meritorio de destacar. Pero como dicho en el párrafo anterior, el 3D es un vehículo para contar la historia y no éste un pretexto para hacer gala de la innovación tecnológica.
Con algunos puntos en común con Star Wars (las naves espaciales) y con reminiscencias de Avatar (el choque de culturas, el otro mundo) el film va creando su atmósfera en un mundo de ficción intentando crear conciencia a través de un mensaje social que indefectiblemente nos alerta sobre los peligros del planeta por su constante descuido ambiental. La violencia humana y la comprensión alienígena se confundirán a medida que avance el conflicto generando una disyuntiva ideológica que habla sobre la subsistencia de la especie, no como en Avatar donde se escondía detrás un interés monetario. La toma de partido, en principio, no es de fácil resolución y las líneas éticas posibles de desplegar son ambiguas, lo que de por si nos plantea un film de ficción de impacto y con la consistencia necesaria como para ser inteligente en sus conceptualidades.
Batalla por terra (3D) llega a su desenlace con cierta irregularidad narrativa simplificando la visión del espectador por medio de la identificación con uno de los personajes, sin dejarnos margen alguno de duda. Sin embargo teniendo en cuenta los menores recursos –en comparación con los tanques hollywodenses- con los que ha afrontado esta compleja historia, su resultado es más que alentador. El hombre a lo largo de su historia se ha recostado en su ambición para atravesar mares y conquistar territorios, tal cual es plasmado en el relato. El film carece de la condición ambiciosa, que tenía por ejemplo Avatar. Sus limitaciones lo reducen a una maqueta simple y medida. A fin de cuentas, no es poco decir.