Llega la adaptación cinematográfica de un clásico de culto de DC. Las expectativas son altas, y Sam Liu cuenta con una de las novelas gráficas más importantes de la historia en la cual Batman deberá enfrentar al Joker, quien intentará probar que solamente hace falta tener un día malo para desatar la locura.
¡Santas decepciones, Batman!
Batman: The Killing Joke junto con Batman: The Dark Knight Returns son dos de las novelas gráficas más emblemáticas de la editorial DC. Cuando se anunció que la primera de ellas se adaptaría en una película animada, las expectativas eran tan altas debido al material en el que se basaba. A esto hay que sumarle la siempre exigencia de los lectores y fanáticos de DC que no iban a aceptar una adaptación medio pelo: si la novela gráfica era una obra maestra, la película por lo menos debía ser buena.
Yendo a la película en sí misma, Batman: The Killing Joke cumple con creces en dos apartados sumamente de fuste. Por un lado la animación es impecable: cada encuadre, movimiento de cámara y el diseño de los personajes está cuidado al detalle. Los efectos computarizados son de una calidad altísima, y no mezquinaron presupuesto al momento de dar vida a las viñetas.
Por otro lado, las interpretaciones de los actores de voz son igual de sublimes que la animación. No sorprende que Kevin Conroy o Mark Hamill nos brinden actuaciones sorprendentes al ponerle cuerpo a las voces del Caballero de la Noche y del Príncipe Payaso del Crimen respectivamente, pero no por ello vamos a dejar de mencionar este punto fuerte en la adaptación. Lo mismo ocurre con los demás actores del reparto, que brindan grandes interpretaciones.
Dejando de lado esas dos aristas importantes, hay que decir que Batman: The Killing Joke es un gran «bah». Con la novela como asidero, la cinta podría haber sido mucho más interesante, y sin embargo terminó resultando una propuesta más del montón. El ritmo lento de la película, sumado a ciertos errores y horrores –como cierto musical–, hizo que el film terminara resultando una gran decepción.
Todo esto se eleva a tal punto, que el prólogo de Batgirl termina teniendo más dinámica que la historia del Joker, el plato fuerte de la película. No es que la historia de Barbara Gordon haya sido mejor, no. Sino que enganchaba más, y se tornaba mucho más amena que lo que siguió después. El ritmo plasmado no engancha, y todo esto se agrava por el hecho de que la cinta sea corta como patada de chancho (tan sólo 76 minutos).Por otra parte, los amantes de DC disfrutarán de los múltiples guiños a historias clásicas de novelas, comics y películas, los cuales se encuentran repartidos a lo largo de la cinta.
Conclusión
Batman: The Killing Joke termina resultando una gran decepción, no porque la cinta sea mala, sino porque el material con el que contaba el guionista prometía mucho más. Las interpretaciones y las animaciones son sublimes. Pero quizás las altas expectativas alrededor de la propuesta le hayan jugado en contra, lo cierto es que si bien la cinta cumple con entretener, no es más que eso: entretenimiento y… paremos de contar.