Siempre que alguien quiere empezar a leer cómics y pide mi opinión, le hago la misma recomendación: Batman: The Killing Joke. Me gusta que su primer encuentro con una novela gráfica sea algo oscuro y violento.
Publicado por DC Comics en 1988, con guión de Alan Moore (Watchmen, V for Vendetta) y dibujos -me pongo de pie- de Brian Bolland (Judge Dredd, Camelot 3000), The Killing Joke (o "La Broma Asesina") narra de manera sombría el posible origen del villano más icónico de la editorial: el Joker. En esta oportunidad, el llamado "el Príncipe Payaso del Crimen" quiere demostrarle al justiciero de Gotham que lo único que separa a un hombre común de la locura absoluta, es tener "un muy mal día". Es así como, mediante flashbacks, vamos viendo lo que podría haber sido su pasado como comediante fracasado que, ante la imposibilidad de mantener a su mujer y su futuro hijo, decide ser parte de un robo y todo se va al tacho.
Desde el guión, Moore se encargó de contar una historia llena de ambigüedades y simbolismos, donde el lector nunca está completamente seguro de lo que se muestra en las viñetas. Incluso su final fue, y continúa siendo, interpretado de diferentes maneras. Sin lugar a dudas es una obra maestra e imprescindible en la biblioteca de cualquier comiquero.
Hace varios años ya que DC viene produciendo con bastante éxito adaptaciones animadas de sus mejores obras: desde Batman: Year One hasta All-Star Superman, todas fueron aclamadas por la crítica y los fans. Es por esto que el hype de los fanáticos se fue por las nubes cuando se anunció la adaptación de La Broma Asesina, y más aún cuando se supo que tendría una calificación "R-rated" (mayores de 18 años) por su contenido violento y sexual. Todo se ponía mejor cuando se confirmaba que Bruce Timm (creador de Batman: The Animated Series) sería quien supervisaría todos los aspectos de la película, mientras que la dirección correría a cargo de Sam Liu (Justice League: Gods and Monsters, Crisis on Two Earths, Planet Hulk, y muchas más). Eso sin mencionar que las voces de sus protagonistas serían las de los históricos Mark Hamill como el Joker y Kevin Conroy como Batman. Simplemente nada podía salir mal...
No obstante, y aún con todo a su favor (historia, equipo creativo, cast, el apoyo de los fanáticos y la posibilidad de mantener el tono oscuro y violento que le otorgaba el R-rated), la película falla por completo. Batman: The Killing Joke es de las adaptaciones animadas más flojas de Warner y DC.
La historia comienza con un prólogo (totalmente inventado, ya que no es parte de la historia original) de 30 minutos que nos introduce a Batgirl, o Barbara Gordon para los amigos. Todo esto es sólo una excusa para profundizar la relación Mentor-Protegida que ella tiene con Batman (y lograr un mayor impacto con lo que les va a suceder más adelante en el filme...). Pero esta introducción resulta, además de innecesaria porque ésta es la historia del Joker y no de Batgirl, muy aburrida y pensada de manera muy pobre: un tal Paris no sé cuánto quiere robar no sé qué cosa, y se obsesiona con Batgirl. Entonces Batman (que piensa que aún no está preparada para combatir el crimen) se enoja con ella, mientras que ella (que piensa que la está sobreprotegiendo) se enoja con él .
Cuestión que se van a las piñas, una cosa lleva a la otra y terminan... ¡SPOILER!... teniendo relaciones. Momento. ¿Que QUÉ? Sí sí, Batman le bate un Dolca a Batgirl (¡Sí! ¡A Barbarita, la hija de su amigo Jim Gordon!). Sin embargo, este momento -que obviamente resulta ser el más polémico de la película- es lo que más me gustó. Porque Batman es un tipo egoísta, y se va a bajar a cuanta mina en calzas de látex se le cruce (¿y quién no?). Él es así, Bruce Wayne no tiene código; es algo que él haría, por lo tanto está totalmente aprobado (y)
Una vez resuelto este caso (que por supuesto a nadie le importa), arranca lo que sería la adaptación literal del cómic, y es justamente donde vuelve a fallar.
A pesar de lo que muchas veces el público asume, lo cierto es que la narrativa de los cómics y las películas son muy diferentes, por lo cual la adaptación debe ser más fluida y no tan estructurada; simplemente no funcionan de la misma manera. Lamentablemente decidieron ir por el camino más corto y adaptar los hechos de las viñetas sin tener en cuenta el ritmo de la película. Esto termina jugando en contra, porque la narración se vuelve un tanto aburrida. Un claro ejemplo son los flashbacks, que en la novela gráfica eran soberbiamente introducidos: en la película aparecen de la nada, en color sepia (¡no vaya a ser que no nos demos cuenta que se tratan de recuerdos!) y las transiciones se sienten sin conexión.
Otro de los problemas es la falta de ambigüedad, una de las características más destacadas de esta obra. El plan del Joker para probar su punto (que todos pueden ser como él, si son presionados al límite) era secuestrar a Gordon y conducirlo a la locura. ¿Cómo haría esto? Irrumpiendo en la casa de Barbara, disparándole en una zona vital, y sacándole fotos mientras está agonizando para luego mostrárselas al teniente. Pero esto no terminaba ahí, ya que la obra de Moore insinuaba que Barbara era abusada sexualmente; esto es algo que, si bien se muestra de manera sutil, al mismo tiempo es bien claro. En la película se baja bastante el tono de este hecho, el cual resulta clave a la hora de intentar enloquecer a Gordon.
En otro momento anticlimático, el Joker tiene un número musical totalmente innecesario y que no tiene relación alguna en el tipo de relato que se está contando (además que odio los musicales).
Pero creo que lo peor de todo es su final, donde se plantea la "broma asesina". Hacia el final de la historia, luego de una pequeña pelea, Batman y Joker terminan riendo de forma amistosa producto de un chiste. Así sin más, no te da lugar a que reflexiones acerca de lo que sucedió, ya que en la versión de Alan Moore nos generaba la duda: ¿finalmente Batman mata al Joker, luego de ver que éste no tiene cura?
Para terminar, debemos mencionar que la animación es realmente mala. Se queda a mitad de camino todo el tiempo (no tiene los diseños de la serie animada y tampoco son parecidos a los del cómic, es como si no se hubieran puesto de acuerdo). El más perjudicado es Batman, a quien ni siquiera se tomaron al molestia de dibujarle bien las batirorejas.
Seguramente aquellos que no hayan leído la obra original van disfrutar de esta película. Los que sí estén familiarizados con The Killing Joke, van a quedarse con un gusto amargo. De todas formas, ver esta película en cine fue una gran experiencia. Todo en un cine es mejor, aunque sea una porquería. Ojalá se sigan estrenando este tipo de largometrajes animados en las salas, pero eso sí: tienen que volver a las raíces.
VEREDICTO: 6.0 - MÁS QUE BROMA, CHISTECITO
No sólo distorsionaron la esencia de Batman: The Killing Joke, sino que la malinterpretaron. Esta es la historia del Joker y sus similitudes con Batman: no es la historia de la tragedia de Barbara Gordon; ella es un mero daño colateral. Una lástima porque los realizadores lo tenían todo para crear una obra digna de recomendar. Mejor leé el cómic.