Es imposible hablar de Alien: Covenant sin antes destacar cómo evolucionó el núcleo de la historia iniciada allá por 1979, año en el que el maestro Ridley Scott realizó una obra maestra del cine de terror/ciencia ficción: la tripulación del U.S.C.S.S. Nostromo, una nave espacial que hace una parada de emergencia en un planeta desconocido, es acechada por un ente letal. Tenemos así un film que es asfixiante, en donde el miedo pasa por aquello que no podemos ver (hasta el final, claro). La premisa es clara: un bicho feo y mortífero, una heroína patea traseros llamada Ellen Ripley (Sigourney Weaver), y una nave de la cual nadie puede escapar. Siete años más tarde llegaría James Cameron para volver a cambiar ese núcleo, llevándolo al terreno del cine de acción ochentoso, puro y duro. Sin sutilezas de ningún tipo, en Aliens todo es más explícito: no solo vemos al monstruo principal (a.k.a xenomorfo), sino que vemos a muchos de ellos e incluso a una reina. ¿La premisa? Bichos a rolete, heroína patea traseros, grupo de militares, y tiro, lío y cosha golda. Luego tendríamos varias películas medio pelo (aunque personalmente las amo a todas, incluso las Alien vs. Depredador; vengan a de uno), hasta que en el 2012 el padre de la bestia decidió volver a la saga con Prometheus. Esta película se había vendido como "la precuela de Alien", pero en realidad la idea era expandir la mitología para mostrar que había todo un universo inexplorado. Esta vez la premisa era más existencial: ¿De dónde venimos? ¿Por qué fuimos creados? En Prometheus, Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), nuestra nueva heroína, parte con su equipo en busca de los creadores de la raza humana; es así como conocemos (o algo parecido) el origen de una especie mucho más compleja. Muchas preguntas fueron planteadas, pero los espectadores obtuvieron pocas respuestas y se quedaron con las ganas de ver al xenomorfo, la estrella principal de la saga. Y así llegamos al 2017, con la nueva Alien: Covenant tomando todos los elementos de estas tres entregas principales y combinándolos para lograr una película entretenida, llena de acción (y sangre), que además se encarga de responder las preguntas planteadas en Prometheus. Es una continuación directa de ésta y, por ende, sigue esa temática "existencial", pero esta vez con un invitado especial: el xenomorfo. No obstante, el alienígena no es la atracción principal de la trama. Esta entrega pasa por otro lado, más específicamente por las intenciones megalomaníacas del androide David, personificado por el increíble Michael Fassbender. Covenant posee una historia bastante simple y directa (aunque se tome su tiempo, una vez que la acción arranca no para un segundo hasta el sorpresivo final). Ridley Scott es un gran narrador y, mas allá de alguna que otra escena que puede resultar un tanto aburrida, las dos horas de duración se te pasan volando. El director se da el gusto de contar la historia que le interesa a él, pero a la vez dejando un sinfin de guiños para los fanáticos ¿Alguien dijo fanservice? ¡Sí! Por el lado visual, la fotografía es maravillosa y hace que te pierdas dentro de los planos (si tienen la oportunidad, no dejen de verla en IMAX). A excepción del doble rol de Fassbender, el resto del elenco está solamente para que la historia avance de alguna manera y, de paso, ser carne fresca para los no tan simpáticos bichos que hay dando vueltas (la novedad son los Neomorfos, una version previa del mítico alien). De entre todos ellos, los dos que más se destacan son la experta en trasformación, Daniels (Katherine Waterston), una heroína que se la banca y tiene tremendos ovarios para pelear mano a mano contra los bichos... aunque no resulta tan interesante como Shaw o Ripley. El que sí resulta copado, pero con una gama emocional dudosa, es Tennessee (Danny McBride, en rol muy distinto a los que suele interpretar). Como verán no todo es color de rosas, ya que hay varios puntos flojos, empezando por toda esta mezcla de elementos conocidos que termina dando la sensación de que estamos viendo una especie de remake, un híbrido de situaciones que ya vimos con anterioridad. Los personajes, por otra parte, toman decisiones tan estúpidas e incoherentes que es difícil creer que hayan pasado el filtro de la primera lectura del guión. En definitiva, si sos un entusiasta de la franquicia la vas a pasar bomba y vas a querer saber más y más sobre este universo; si fuera por mí, podría seguir viendo esta saga aunque ya se haya agotado su vida útil. La contracara es que aquellos que sean ajenos a la historia seguramente la disfrutarán menos y será una película que pase sin pena ni gloria. (Nota de color: Muchas escenas que aparecen en los tráilers no aparecen en el corte final. Por lo general es una buena estrategia, pero en este caso me gustaría ver todo lo que no quedó). VEREDICTO: 7.5 - FANSERVICE Muchos se habían quejado de que Prometheus no mostraba al alien original, así que Ridley Scott hizo la suya: continuó con la historia que quería contar y de paso les dio una "probadita xenomorfa" a todos los que querían ver al bicho. Que no queden dudas: Alien: Covenant está lejos, muy lejos, de ser una precuela de Alien.
Rápido & Furioso es una saga cuyo destino cambió gracias a la gran cantidad de fanáticos que había logrado cosechar la primera película. Todo parecía encaminarse para que se convierta en una franquicia destinada a ser estrenada directamente en video (derecho al DVD sin pasar por los cines), con una secuela que apenas tenía a un solo personaje de la original (hablamos de Brian, interpretado por Paul Walker) y una tercera entrega que directamente había agotado todo su presupuesto al trasladar la acción a las calles de Tokyo (y con actores que seguramente fueron rebotados de castings para películas porno). Sin embargo, algo pasaba en el final de esa entrega: aparecía Vin Diesel (en forma de cameo, claro) alias Domic “Soy invencible” Toretto, para justificar el nombre de la película. Todo mejoró cuando llegó el estreno de la cuarta parte, la cual traía al elenco original y un montón de personajes nuevos. A partir de ahí, la saga mejoró película tras película. Sobre todo con la inclusión de Justin Lin como director, quien estableció una premisa muy clara: TODO ESTÁ PERMITIDO, y es un contrato que tanto espectador como historia aceptan de manera tácita sin cuestionar nada; simplemente se dejan llevar. Luego llegaría James Wan para dirigir la séptima entrega y mantener la vara de diversión e inverosimilitud bien arriba. Rápidos y Furiosos 8 (o The Fate of the Furious, como dicta su nombre en inglés) trae de vuelta a todo el equipo de pisteros, que ahora incluye a hackers y expertos en artes marciales, para una nueva misión: detener a Toretto, quien, en un giro inesperado (ah no, ya lo contaron en los trailers...), se pasa al Lado Oscuro para complicar todo, resultando ser el marco ideal para ver la acción desarrollarse en Cuba, New York y Rusia. El director F. Gary Gray (The Italian Job, 2003) ofrece un trabajo lleno de humor (sobre todo porque la dinámica de los personajes ya esta aceitadísima luego de ocho films) y persecuciones locas que incluyen "autos zombies", tanques y hasta un submarino. A esta altura, las carreras poco importan y los autos son tan sólo un medio muy poco práctico para realizar misiones imposibles (porque claramente es mejor utilizar a un grupo de ex-criminales montados en Ferraris y Lamborghinis que a un grupo de militares bien entrenados). En el reparto, el cual sigue creciendo en cantidad de pelados grosos (¡aguante!), se destacan Vin Diesel con un personaje que hace que el espectador esté atento todo el tiempo para ver qué cosa imposible va a hacer a continuación (y les prometo que hace varias); Jason Statham para ofrecer peleas mano a mano; y Dwayne “The Rock” Johnson, quien se roba todas las escenas donde aparece (el tipo parece Hulk y básicamente tiene su mismo poder). Charlize Theron hace de una villana bastante jodida como olvidable (como su cara llena de bótox, está irreconocible). Si bien esta entrega no es tan buena como sus predecesoras, es notable lo divertida que resulta. De hecho, la historia cuenta con varios giros y sorpresas que dejan bien claro algo: hay Rápido y Furioso para rato. Y esto es quizás lo más interesante de la saga: todos los personajes que aparecen son tan buenos que tienen la chapa suficiente para seguir apareciendo una y otra vez. Y si la historia y los personajes no aseguran una continuación, sí lo va a hacer la taquilla: F8 ya se convirtió en el estreno mundial más taquillero en la historia del cine con 532 millones de dólares, desbancando así a Star Wars: The Force Awakens. Simplemente una locura, la cual celebramos porque queremos seguir viendo comó sigue la historia. ¿Autos en el espacio? ¿Un monstruo gigante que sólo puede ser detonado con la fuerza de un Ford Falcon? ¿The Rock vs. Jason Statham peleando en Marte? La verdad que, luego de ocho películas, todo vale. VEREDICTO: 7.0 - RÁPIDO Y CULPOSO Sí, Rápidos y Furiosos 8 representa uno de mis placeres culposos que más ansío ver en cine (esperemos que Scorsese no se entere de esto) y, como siempre, está a la altura de lo esperado. Escenas que te sacan una sonrisa, peleas locas y un personaje como Toretto que patea traseros de taquito. Finalmente queda la sensación de que esta entrega sirve para testear cómo funcionan los personajes secundarios por separado, para eventuales futuros spin-offs. ¿Quién sabe? Hollywood es maligno, pero adictivo.
Podría comenzar hablando de cómo Warner Bros. Pictures, en su afán de recuperar una franquicia que significa más de 7.000 millones de dólares, forzaba la producción de nuevas películas sobre el universo de Harry Potter. O podría hablar de cómo Hollywood está falto de ideas y utiliza y reutiliza el concepto de remakes, precuelas, spin-offs y todo tipo de curro. Pero NO. Afortunadamente esta vez, y muy a pesar de los malévolos planes de Warner, el equipo creativo formado por J.K. Rowling y el director David Yates nos traen una aventura que no sólo tiene identidad propia, sino que se siente como algo nuevo. Ni hablar de sus personajes (a quienes sinceramente no les tenía mucha fe), que son fabulosos. Al ver Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos (o Fantastic Beasts and Where to Find Them en su inglés de origen), me pasó lo mismo que me pasó la primera vez que leí "Harry Potter y la Piedra Filosofal": sentí algo distinto, sentí interés por los personajes y curiosidad por lo que está por venir. En su debut como guionista cinematográfica, Rowling es fundamental. No solo establece esta nueva entrega como elemento canónico para el universo potteriano (y para los fans), sino que también ofrece una historia redonda, entretenida, mágica y oscura (sorprendentemente oscura). No es una película orientada a captar nuevos fana-consumidores, en absoluto. J.K. cuida a su bebé como nadie, y esta película está dirigida al público adulto que creció leyendo y viendo Harry Potter. Tras las cámaras, David Yates está totalmente integrado a este mundo tan particular, y sabe perfectamente qué y cómo mostrarlo. La fotografía es excelente y te mete todo el tiempo en situación. De hecho, creo que es su mejor película de la saga hasta la fecha (es la quinta película de Yates como director). Desde lo narrativo, el film se toma su tiempo en presentar a los personajes sin que esto resulte para nada molesto, ya que los mismos son geniales. Eddie Redmayne compone un Newt Scamander con el que simpatizás por ser tan introvertido, tímido y noble. El resto del reparto es lo mejor de esta propuesta. Dan Fogler interpreta a Jacob Kowalski, quien no solo resulta ser el alivio cómico sino que es el primer muggle (o no-maj, en esta ocasión) que tiene tanta importancia en el relato. Las chicas no se quedan atrás, y tanto Katherine Waterston (Tina) como Alison Sudol (Queenie) hacen unas adorables y rebeldes hermanas Goldstein. Por el lado de los antagonistas, Colin Farrell siempre garpa y le da un toque de misterio a todo. Pero, sin lugar a dudas, quien se lleva todos los aplausos es Ezra Miller (que ya nos compró como The Flash en el trailer de Justice League): su personaje sufre todo tipo de abusos, y te da mucha pena el maltrato que recibe. Miller lo plasma en pantalla a la perfección, sobre todo con la curiosidad que despierta. No voy a contarles absolutamente nada de la trama, pero los animales fantásticos a los que hace referencia el título son usados como hilo conductor para que la historia se desarrolle; un elemento de color que acompaña a lo que realmente importa en el plot. Y si bien hay muchos guiños a la saga original, el film tiene identidad propia. En ningún momento pasa a ser una historia forzada para encajar con el resto de las películas (como sí ocurrió con la trilogía de The Hobbit, por ejemplo); ocurre totalmente lo opuesto y se deja llevar para contarnos cómo era este mundo de magia en Norteamérica. Una vez resuelta la trama de los animales (ya todos saben que se escapan del maletín que porta Newt y hay que atraparlos), llega el tercer y oscuro acto: simplemente espectacular, y uno de los mejores de toda la serie. ¡Y atentos!, porque Rowling siempre tiene una vuelta de tuerca más y una sorpresa para el final... Lo único objetable es el hecho de que, justamente su final (o, mejor dicho, finales), se extiende más de lo necesario, sacando un poco al espectador del tremendo clímax que se consiguió minutos antes. A pesar de ser un negocio, Rowling entiende la importancia de dejar un mensaje. De eso se trata toda su obra y sobre todo esta película: el amor en todas sus formas. Ya sea de una pareja, amigos, familia o hasta una mascota. Porque al final eso que nos termina salvando es el amor. Aunque te deje una cicatriz en forma de rayo ;) No pierdan más tiempo. Vayan a ver Animales Fantásticos y enamórense como lo hice yo. VEREDICTO: 8.5 - ¡VOLVIÓ LA MAGIA! Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos es el regreso a todo trapo del universo creado por J.K. Rowling, quien logra re-engancharnos luego de tantos años. Para aquellos que leímos y vimos toda la saga de Harry Potter, es una experiencia totalmente nueva, ya que no sabemos qué es lo que está por ocurrir ni esperamos que tal escena aparezca o no. Para los que no están familiarizados, es la oportunidad ideal de ver una nueva historia, que no está forzada para encajar con las películas anteriores, y con personajes que te compran desde el primer momento. Abróchense los cinturones, porque esto recién comienza...
Desde hace varios años, el cine argentino viene experimentando un crecimiento en la calidad de sus producciones; evidente resultado del cambio generacional que nos trae a nuevos directores, nuevos actores y mejoras en el apartado técnico. Sólo basta nombrar películas como El Clan, Abzurdah, La Patota, o Una noche de Amor, para ejemplificar lo variadas que son sus propuestas. Permitidos forma parte de esta modernización que está viviendo la industria cinematográfica local. Dirigida por Ariel Winograd (Vino para Robar) y protagonizada por el genial Martín Piroyansky (Voley, Abril en Nueva York) y la bomba Lali Espósito (Esperanza Mía, Solamente Vos), se trata de una moderna y divertida mirada sobre el mundo de las relaciones sentimentales. Mateo (Piroyansky) y Camila (Lali) son una joven pareja que, tras 8 años de noviazgo, finalmente deciden dar el gran paso e irse a vivir juntos. Durante una salida con amigos, surge el tema de los "Permitidos": aquellas personas famosas (e inaccesibles) con quien podrían pasar una noche romántica sin que se considere como una infidelidad. Bromeando sobre esto, ambos eligen a sus "Permitidos", sin imaginarse que una serie de hechos fortuitos los pondrá a prueba: por una mera casualidad del destino, Mateo conoce a su "Permitida", Zoe del Río (Liz Solari), ambos pegan onda (onda que se quieren dar) y es así como todo se complica. Esta premisa, que resulta bastante simple, le otorga a la cinta el marco ideal para que la pareja protagonista se destaque en lo que mejor saben hacer: comedia. Que no quepa la menor duda: son precisamente ellos, la dupla estelar, los que sobresalen en esta producción. Lali Espósito sencillamente la rompe interpretando roles de comedia; es su mejor faceta y hace años que lo demuestra. No hay que cometer el error de dejarse llevar por el prejuicio de que es "la chica del momento", o porque sea cantante, o porque haya salido de "la escuela" de Cris Morena. Lali es realmente una profesional. Es graciosa, carismática y una excelente puteadora (cualidad que no cualquier actor tiene y que es indispensable en el habla hispana para transmitir cercanía con el público: Lali te putea de lo lindo). ¡Si incluso cuando sobreactúa (algo con lo que juega todo el tiempo) le queda bien! Hay una escena en particular donde sufre un ataque de ira y hace gala de todo su repertorio de habilidades. En definitiva, Lali te hace reír y, de paso, te hipnotiza cada vez que aparece en escena. Por su lado, Martín Piroyansky es otro crack que sabe explotar todas sus cualidades. Utilizando su manera de gesticular, su postura corporal, y sus caras, transmite todo el tiempo lo que la situación y la escena necesitan. Su personaje va a ser parte de las secuencias más divertidas, pero en todo momento (a pesar de lo inverosímil que puede ser el hecho de salir con una celebridad) hace que te sientas identificado con él. Los personajes secundarios también se destacan (aunque en menor medida), sobre todo los "permitidos" Liz Solari y Benjamín Vicuña, ambos una clara una sátira de la excentricidad de los famosos. Entre ambos, el que se impone es Vicuña interpretando a Joaquín Campos, un actor sensible y amante de los animales (los ama literalmente), que resulta ser el permitido de Camila. La historia nos plantea problemas que son comunes a la ruptura de cualquier pareja, como la manera tan dispar de atravesar "el duelo" por parte de hombres y mujeres (y como son vistos por una sociedad machista). Todo mostrado de una manera muy liviana, pero honesta. Winograd nos trae una propuesta simple, divertida (gracias a la actuación de sus protagonistas) y con un ritmo que no deja baches. El problema surge hacia el final, con un tercer acto que resulta ser lo más flojo del film: se produce una situación bastante ridícula, la historia toma un giro absurdo, y todo se vuelve menos creíble y fuera de lugar. No obstante, considerando que se trata de una comedia dirigida a un público joven y popular, estas falencias no son tan importantes. Permitidos no va a dejar ninguna huella en la historia del cine, pero cumple con su función de entretener. Aprovechá para llevar a tu novia, a la chica que te gusta (juntas no en lo posible, aunque suena divertido...), o a tus amig@s al cine; como digo siempre, no hay nada mejor que eso. Y te aseguro que la van a pasar muy bien. VEREDICTO: 7.0 - LALI PARA TODOS Y TODAS Si bien la historia de Permitidos es un tanto zonza, las actuaciones hacen que te olvides de todo. La dupla que hacen Lali Espósito y Martín Piroyanski, y su manera de insultarse mutuamente, es genial. Una lástima que hayan elegido el camino del absurdo, ya que si hubieran optado por explotar un poco más lo complicado de las relaciones, y la manera en que actuamos y somos vistos en la sociedad, seguramente hubiera sido un producto más redondo.
Siempre que alguien quiere empezar a leer cómics y pide mi opinión, le hago la misma recomendación: Batman: The Killing Joke. Me gusta que su primer encuentro con una novela gráfica sea algo oscuro y violento. Publicado por DC Comics en 1988, con guión de Alan Moore (Watchmen, V for Vendetta) y dibujos -me pongo de pie- de Brian Bolland (Judge Dredd, Camelot 3000), The Killing Joke (o "La Broma Asesina") narra de manera sombría el posible origen del villano más icónico de la editorial: el Joker. En esta oportunidad, el llamado "el Príncipe Payaso del Crimen" quiere demostrarle al justiciero de Gotham que lo único que separa a un hombre común de la locura absoluta, es tener "un muy mal día". Es así como, mediante flashbacks, vamos viendo lo que podría haber sido su pasado como comediante fracasado que, ante la imposibilidad de mantener a su mujer y su futuro hijo, decide ser parte de un robo y todo se va al tacho. Desde el guión, Moore se encargó de contar una historia llena de ambigüedades y simbolismos, donde el lector nunca está completamente seguro de lo que se muestra en las viñetas. Incluso su final fue, y continúa siendo, interpretado de diferentes maneras. Sin lugar a dudas es una obra maestra e imprescindible en la biblioteca de cualquier comiquero. Hace varios años ya que DC viene produciendo con bastante éxito adaptaciones animadas de sus mejores obras: desde Batman: Year One hasta All-Star Superman, todas fueron aclamadas por la crítica y los fans. Es por esto que el hype de los fanáticos se fue por las nubes cuando se anunció la adaptación de La Broma Asesina, y más aún cuando se supo que tendría una calificación "R-rated" (mayores de 18 años) por su contenido violento y sexual. Todo se ponía mejor cuando se confirmaba que Bruce Timm (creador de Batman: The Animated Series) sería quien supervisaría todos los aspectos de la película, mientras que la dirección correría a cargo de Sam Liu (Justice League: Gods and Monsters, Crisis on Two Earths, Planet Hulk, y muchas más). Eso sin mencionar que las voces de sus protagonistas serían las de los históricos Mark Hamill como el Joker y Kevin Conroy como Batman. Simplemente nada podía salir mal... No obstante, y aún con todo a su favor (historia, equipo creativo, cast, el apoyo de los fanáticos y la posibilidad de mantener el tono oscuro y violento que le otorgaba el R-rated), la película falla por completo. Batman: The Killing Joke es de las adaptaciones animadas más flojas de Warner y DC. La historia comienza con un prólogo (totalmente inventado, ya que no es parte de la historia original) de 30 minutos que nos introduce a Batgirl, o Barbara Gordon para los amigos. Todo esto es sólo una excusa para profundizar la relación Mentor-Protegida que ella tiene con Batman (y lograr un mayor impacto con lo que les va a suceder más adelante en el filme...). Pero esta introducción resulta, además de innecesaria porque ésta es la historia del Joker y no de Batgirl, muy aburrida y pensada de manera muy pobre: un tal Paris no sé cuánto quiere robar no sé qué cosa, y se obsesiona con Batgirl. Entonces Batman (que piensa que aún no está preparada para combatir el crimen) se enoja con ella, mientras que ella (que piensa que la está sobreprotegiendo) se enoja con él . Cuestión que se van a las piñas, una cosa lleva a la otra y terminan... ¡SPOILER!... teniendo relaciones. Momento. ¿Que QUÉ? Sí sí, Batman le bate un Dolca a Batgirl (¡Sí! ¡A Barbarita, la hija de su amigo Jim Gordon!). Sin embargo, este momento -que obviamente resulta ser el más polémico de la película- es lo que más me gustó. Porque Batman es un tipo egoísta, y se va a bajar a cuanta mina en calzas de látex se le cruce (¿y quién no?). Él es así, Bruce Wayne no tiene código; es algo que él haría, por lo tanto está totalmente aprobado (y) Una vez resuelto este caso (que por supuesto a nadie le importa), arranca lo que sería la adaptación literal del cómic, y es justamente donde vuelve a fallar. A pesar de lo que muchas veces el público asume, lo cierto es que la narrativa de los cómics y las películas son muy diferentes, por lo cual la adaptación debe ser más fluida y no tan estructurada; simplemente no funcionan de la misma manera. Lamentablemente decidieron ir por el camino más corto y adaptar los hechos de las viñetas sin tener en cuenta el ritmo de la película. Esto termina jugando en contra, porque la narración se vuelve un tanto aburrida. Un claro ejemplo son los flashbacks, que en la novela gráfica eran soberbiamente introducidos: en la película aparecen de la nada, en color sepia (¡no vaya a ser que no nos demos cuenta que se tratan de recuerdos!) y las transiciones se sienten sin conexión. Otro de los problemas es la falta de ambigüedad, una de las características más destacadas de esta obra. El plan del Joker para probar su punto (que todos pueden ser como él, si son presionados al límite) era secuestrar a Gordon y conducirlo a la locura. ¿Cómo haría esto? Irrumpiendo en la casa de Barbara, disparándole en una zona vital, y sacándole fotos mientras está agonizando para luego mostrárselas al teniente. Pero esto no terminaba ahí, ya que la obra de Moore insinuaba que Barbara era abusada sexualmente; esto es algo que, si bien se muestra de manera sutil, al mismo tiempo es bien claro. En la película se baja bastante el tono de este hecho, el cual resulta clave a la hora de intentar enloquecer a Gordon. En otro momento anticlimático, el Joker tiene un número musical totalmente innecesario y que no tiene relación alguna en el tipo de relato que se está contando (además que odio los musicales). Pero creo que lo peor de todo es su final, donde se plantea la "broma asesina". Hacia el final de la historia, luego de una pequeña pelea, Batman y Joker terminan riendo de forma amistosa producto de un chiste. Así sin más, no te da lugar a que reflexiones acerca de lo que sucedió, ya que en la versión de Alan Moore nos generaba la duda: ¿finalmente Batman mata al Joker, luego de ver que éste no tiene cura? Para terminar, debemos mencionar que la animación es realmente mala. Se queda a mitad de camino todo el tiempo (no tiene los diseños de la serie animada y tampoco son parecidos a los del cómic, es como si no se hubieran puesto de acuerdo). El más perjudicado es Batman, a quien ni siquiera se tomaron al molestia de dibujarle bien las batirorejas. Seguramente aquellos que no hayan leído la obra original van disfrutar de esta película. Los que sí estén familiarizados con The Killing Joke, van a quedarse con un gusto amargo. De todas formas, ver esta película en cine fue una gran experiencia. Todo en un cine es mejor, aunque sea una porquería. Ojalá se sigan estrenando este tipo de largometrajes animados en las salas, pero eso sí: tienen que volver a las raíces. VEREDICTO: 6.0 - MÁS QUE BROMA, CHISTECITO No sólo distorsionaron la esencia de Batman: The Killing Joke, sino que la malinterpretaron. Esta es la historia del Joker y sus similitudes con Batman: no es la historia de la tragedia de Barbara Gordon; ella es un mero daño colateral. Una lástima porque los realizadores lo tenían todo para crear una obra digna de recomendar. Mejor leé el cómic.