Batman v Superman: Dawn of Justice (o Batman vs Superman: El Origen de la Justicia) es una de esas películas tan esperadas, tan soñadas por millones de fanáticos, que crea una expectativa absolutamente imposible de cumplir. Im-po-si-ble. Asimismo, es una de esas películas donde todos y cada uno de sus espectadores tiene una opinión bien vocal y definida (y, en este caso, opuesta). Pero, ¿es realmente tan mala como viene diciendo (casi toda) la crítica y (buena parte de) el público? ¿O es otro caso más de ensañamiento, de triple condena de muerte antes de un justo juicio?
Antes de proseguir, nobleza obliga: sí, esta review va a ser algo extensa. Pero la película bien lo amerita: no sólo por lo que sucede en el film, sino también por lo que ocurre a su alrededor y en el marco de su estreno. Hay aspectos que sinceramente no se pueden obviar, porque de hecho perjudican el resultado final de la cinta. Así que les pido por favor que me tengan paciencia y lean tranquilos. Por momentos la review va a ir de aquí para allá, casi un daño colateral de la trama.
Para comenzar... la primera mitad de la película es bastante irregular. O, mejor dicho, regularmente irregular. El desarrollo de la trama salta de un lado al otro, dividiéndose entre la introducción del nuevo Bruce Wayne/Batman, la actualidad de la pareja de Clark Kent/Superman & Lois Lane (actualmente conviviendo), y la presentación de este nuevo Lex Luthor. El problema es que las escenas dedicadas a cada uno de ellos no duran más que un par de minutos (literalmente). Por momentos se siente como cuando tenés que rendir un exámen en la facultad y sabés que no llegás a leer todos los apuntes. ¿Qué hacés entonces? Leés un poco de cada tema, pasando rápidamente de una cosa a la otra, tratando de estar enterado de todo, sin avivarte que en definitiva no terminás sabiendo nada. Chris Terrio (guionista) y Zack Snyder (director) quieren hacer eso: ponernos al día rápidamente con los 18 meses transcurridos desde el combate en Metrópolis entre Superman y Zod, al final de Man of Steel. Se equivocan, claro.
Y sí, ya sé eso de que "las comparaciones son odiosas" pero... asumámoslo y saquémosnos las caretas de entrada: en algún momento, tarde o temprano, consciente o inconscientemente, vamos a compararla con las películas de Marvel; es inevitable. Y hasta creo que, en el fondo, Warner Bros. y DC Comics se ubicaron ellas solitas en esa posición... y precisamente ahí está el mayor pecado que comete BvS: querer ponerse (casi) a la par de Marvel en una sola película. Lo mejor que tuvo el Universo Cinematográfico Marvel, y la principal razón de su innegable y merecido éxito, es que se dieron el lujo de tener 5 películas individuales antes de llegar a la primera Avengers. Warner y DC van a llegar a Justice League Part 1 con sólo tres pasos previos: Man of Steel, BvS, y Wonder Woman. Por un lado, alguien puede objetar "Bueno, pero a DC no le hace falta tanta previa: hasta mi abuela sabe quiénes son Superman, Batman y La Mujer Maravilla". Y sí, en parte dicho argumento es totalmente válido: Iron Man no era ni la mitad de popular o reconocido antes de ser brillantemente interpretado por Robert Downey Jr.; obligadamente tenían que presentarlo. Pero más allá de eso, cada una de esas películas individuales supo darle el tiempo necesario a cada personaje, reuniéndolos de a poco, insinuando futuros arcos argumentales mediante cameos y escenas post-créditos, hasta que, finalmente, los juntó de manera verosímil. Desafortunadamente para los fanáticos de DC, Warner Bros. piensa que no se puede dar ese lujo: creen que ya perdieron demasiado tiempo (y cientos de millones de dólares) ante Marvel-Disney, por lo que necesita precipitadamente alcanzar a su rival ante los ojos del público. Ante esta urgencia por poner todas las cartas sobre la mesa y presentar cuanto antes a la Liga de la Justicia, BvS sufre indirectamente: varios puntos de la trama se sienten demasiado apresurados, forzados, casi innecesarios. Por ejemplo: la razón que lleva a ambos héroes a irse a las manos no es muy lógica, parece tirada de los pelos; pero lo peor es que la razón por la que dejan de luchar -después del zamarreo que se dieron- prácticamente roza el ridículo. Lo mismo ocurre con los sueños/premoniciones. ¿Qué son exactamente y por qué/cómo los tiene justo él? Más allá de que algunas de esas secuencias (una en particular) son visualmente impecables, es una manera simplista y pedorra de insinuar futuros desarrollos. "¿Cómo sabés eso?". "Tengo una intuición" (guiño a la cámara). Dale, media pila.
Y antes que piensen "Uh, otro más que la está matando...", aclaro que no es así, la película me gustó. Bastante. Así que vamos a comenzar con rescatar los aspectos positivos (y sí, los tiene, no jodan). Antes que nada: basta, gente... dejemos de demonizar a Snyder; no es el Hitler del género de superhéroes. Les guste el resultado final de la película o no, tiene un estilo bien definido y propio: la estética, los colores, los movimientos de cámara, la fotografía, los trucos digitales... desde 300 hasta acá, Snyder se mantiene fiel a sí mismo, como debe hacer un director, te guste dicho estilo o te parezca una grasada. Y créanme que es muy pero muy difícil tener un estilo propio (más aún en esta época de reboots y remakes de remakes). Y otra cosa: sabe dirigir películas de acción de manera brillante. Sus escenas son ambiciosas, épicas, adrenalina pura, con algunos planos impactantes que tienen todo el potencial para convertirse en icónicos. Snyder tira al techo toda la manteca habida y por haber, y después sale a comprar más, con ganas, desafiante, como debe hacer el director del film que reúne a los 3 héroes más importantes de DC (y hasta te diría que de todo el género). De la misma manera, entre todo el ruido y la crítica ponzoñosa, aplaudo a Warner por tener el valor (y hasta algo de ingenuidad) de cerrar los ojos y decirle a Zack: "Tomá, acá tenés las llaves del auto, tratá de no chocarlo mucho". Es evidente que Snyder tiene un ego y unos huevos ASÍ DE GRANDES para hacer oídos sordos a las críticas y seguir adelante con su visión del Universo DC, sabiendo que sería imposible conformar a todos los fans que vienen fantaseando hace 30 años con ver este enfrentamiento en cine. Más allá de cual sea el veredicto final (que parece que ya estaba sellado y firmado hace rato), Warner y Snyder realmente se la jugaron esta vez, fueron a todo o nada.
El guión tiene y trata temas interesantes que, lamentablemente, no termina de profundizar por este maldito apuro de mover todas las piezas de ajedrez en la menor cantidad de jugadas posibles. Por un lado, es algo frustrante verlo a Superman retroceder unos pasos respecto a la posición y confianza en sí mismo que había logrado la última vez que lo vimos, cuando llegaba todo contento al Daily Planet. Ahora nuevamente lo vemos dubitativo y algo inseguro en su manera de actuar. Paradójicamente, es justo ese aspecto del personaje el que más lo humaniza, el que mejor permite que uno, como mero espectador de carne y hueso, pueda identificarse aunque sea un pelín con un alienígena capaz de mover la Luna (como hizo una vez en los cómics). Históricamente las mejores historias de Superman fueron aquellas donde se cuestiona su accionar al punto tal que él mismo duda de su lugar en la raza humana. En esta ocasión (y quizás también como respuesta y metacomentario de Snyder a las críticas recibidas por parte del público y la prensa luego del desenlace de Man of Steel), Superman ve cuestionado su accionar luego del combate contra Zod y de una intervención suya en territorio hostil al gobierno de los EE.UU. al comienzo del film. ¿Hasta dónde puede y debe llegar su "ayuda"? ¿Qué o quién puede garantizar que, de un día para el otro, Superman no panquequeé y ataque a la humanidad? ¿Es correcto idolatrarlo cual becerro de oro? ¿Es un Dios? Todas estas son preguntas válidas, legítimas, y que -en parte- son vocalizadas por la Senadora Finch (interpretada por Holly Hunter). De hecho, creo que son preguntas tan interesantes de plantear que se merecían un film aparte, una verdadera Man of Steel 2. Pero parece que no era el día, así que simplemente son planteadas, se insinúa un desarrollo, y se terminan respondiendo simbólicamente y a las apuradas.
Otro aspecto muy importante a destacar es que... en serio, HAY QUE DEJAR DE JUZGAR a los actores antes de verlos interpretar el papel. ¿Se acuerdan cuando Chris Nolan confirmó a Heath Ledger como el Joker para The Dark Knight? Uy, Dios... fue un pandemonio eso. Y sin embargo... hoy en día lloramos a moco tendido con cada aniversario del fallecimiento de Ledger, lamentándonos no haberlo podido ver repetir su inolvidable interpretación, agradeciéndole por tanto y pidiéndole perdón por tan poco. Pero como no aprendemos de nuestros propios errores, como nos fascina hablar antes de tiempo, exactamente lo mismo ocurrió cuando Warner anunció a Ben Affleck como el nuevo Batman: antorchas encendidas, saqueos en las calles, perros con cabezas de gato, eclipses totales del corazón, fanboys online despotricando ¡cómo podía serrrr! que hubieran elegido al tipo que protagonizó Daredevil (una película cuya version extendida en DVD es muy superior a la vista en cine, a pesar de tener un guión malo y un director de tercera, pero... claro, la culpa era del actor), alegando que la noticia era "el último clavo que faltaba en el ataúd de BvS". Todo esto por supuesto olvidando que aún faltaban casi 2 años para verlo en pantalla, pero bueno... ¡esos son detalles insignificantes ante el fanboy odioso! Pero acá estamos, con un nuevo (y muy discutido) actor colocándose la máscara del murciélago, el 6º en el cine, y... hay que dejar el orgullo de lado y reconocerlo con la frente en alto: nuevamente Warner les tapó la boca a todos. Aún es muy pronto para decir si Affleck es "mejor Batman" que Christian Bale (hay diferencias en la interpretación del personaje; son lo mismo y a la vez son distintos), pero algo es seguro: Affleck interpreta a un MUY buen Batman. Perturbado, cansado, agresivo, sólido, hastiado, físicamente imponente (más que cualquier otro actor anterior), es un Hombre Murciélago con varios años y cicatrices psicológicas encima. Se percibe a un hombre que, si no fuera por el ímpetu renovado que le trae enfrentarse a este Dios alienígena que descendió del cielo, muy posiblemente estaría en sus últimas noches de lucha en las calles. Y resulta sumamente verosímil el odio que siente Bruce hacia Superman, luego de una excelente escena inicial donde lo vemos intentando rescatar a sus empleados de los enormes destrozos causados por el combate entre Superman y Zod (el director astutamente nos ubica a nivel cero, para que lo experimentemos como un simple individuo más). Para terminar -y acá no me puedo explayar demasiado, por los spoilers-, me gusta verlo a Batman... en el centro de la escena, estando al tanto de todo, sabiendo todo lo que pasa a su alrededor. Porque Superman será siempre el todopoderoso, pero Batman es el cerebro del grupo, el estratega, el que da las órdenes, el que corta el bacalao. El final de la película lo deja bien posicionado en ese aspecto.
Lo mismo ocurre (y acá sí me incluyo entre los que no estaban muy satisfechos con el casting) con Gal Gadot como Wonder Woman. Si bien no son taaaantos los minutos que tiene en pantalla (aunque sí son más de los que creí que iba a estar), me resultó totalmente convincente en su rol dual de Diana Prince y guerrera amazónica: no sólo compré, sino que hasta me dio algo de esperanza de que su desempeño como heroína, sumado a la ambientación de época, pueden convertir su film individual (actualmente en rodaje) en algo realmente interesante y con potencial. Felicitaciones a la Srita. Gadot por cerrarnos bien el upite ^_^
Siguiendo con las actuaciones, Henry Cavill vuelve a interpretar a un más que correcto Hombre de Acero, pero se ve obligado a compartir su presencia en pantalla con el Batman de Affleck... y sí, queda un poco opacado (¿quién no?). Además, hay que reconocer que esta vez las circunstancias le son bastante más adversas que en su debut cinematográfico: creo que la única escena donde la pasa realmente bien es cuando Clark se mete en la bañera con Lois (ella está desnuda, jiji). Y ya que mencionamos a Lois, debemos mencionar que en esta oportunidad el personaje es mucho más instrumental a la trama: la vemos más veces siendo utilizada como herramienta narrativa, como la damisela en peligro, que como aquella intrépida y temeraria reportera que conocimos en Man of Steel. Aún así, cuando los vemos juntos, Cavill y Amy Adams (una excelente actriz) tienen muy buena química; se percibe claramente que Lois y Clark se aman y están dispuestos a hacer lo que sea por el bienestar del otro, de manera tal que resulta creíble cuando la vemos a ella meterse siempre en medio del quilombo y todo lo demás.
En cuanto a Lex Luthor... sinceramente no entiendo esta insistencia por llevar al cine a un Luthor tan teatral y operático. Jesse Eisenberg casi que repite a su Mark Zuckerberg de The Social Network, sólo que mejor vestido y con habilidades para el basket. Con sutiles diferencias (algún tic más, mayor velocidad al hablar), prácticamente sigue siendo el mismo Luthor interpretado por Kevin Spacey en Superman Returns (del 2003), que a su vez era el mismo que hiciera Gene Hackman en Superman (de 1978). Me pregunto si alguna vez tendremos la suerte de ver en cine al mejor Luthor de los cómics: ese magnate ambicioso, calculador, celoso ante el arribo de un alienígena al que todos adoran y puede robarle su papel de filántropo héroe de la ciudad, y quien supo ser tan convincente a la hora de decirle a la gente que Superman era el verdadero villano que hasta llegó a ser electo Presidente de los EE.UU. Me encantaría ver algún día esa versión del personaje.
El último de los debutantes es Jeremy Irons como el nuevo Alfred Pennyworth que, más que mayordomo, es una suerte de colega/compañero/consejero de Bruce Wayne en su lucha contra el crimen; un perfil novedoso para el personaje, casi una evolución del Alfred interpretado (con tanta pasión y humanidad) por Michael Caine en la trilogía de Chris Nolan: ¡menos tareas de limpieza y más control de drones! El resto del elenco secundario (Diane Lane y Lawrence Fishburne repitiendo sus papeles como Martha Kent y Perry White, respectivamente) no tienen ni tantos minutos en escena ni tanto peso dramático como para realmente calificarlos.
Como viene siendo (pésima) costumbre con algunos de los estrenos más pochocleros de las últimos años, la campaña de prensa y promoción revela mucha, demasiada información previa al estreno. Lamentablemente BvS es otra víctima del maldito marketing. Creo que, del combate entre ambos héroes, los avances habrán mostrado un... ¿40%?, lo cual es una barrabasada y una verdadera pena, porque el combate es espectacular (más aún si pueden verlo en formato 70 mm.): contemplar a Batman con la armadura que usaba en The Dark Knight Returns (el comic de Frank Miller de 1986 en el que se basa la pelea) es una sensación simplemente maravillosa, con su aspecto macizo, sin cuello, y sus ojos de neón. Aún así, con toda la información ya divulgada y conocida por todos los que seguimos el rodaje, Snyder y su equipo lograron salirse con la suya y guardarse varios ases fundamentales bajo la manga. Me sorprendí muchísimo en varias escenas, al punto tal de preguntarme "¿Cómo hicieron para que ESTO no se filtre antes? No puedo creer que hayan logrado mantenerlo en secreto". Así que ese es otro punto a favor de la película.
Sabiendo que en un par de meses saldrá en Blu-ray una edición con calificación "R", tranquilamente podemos asumir que BvS no sólo tendrá más violencia en pantalla, sino que también habrá varios minutos extras con escenas eliminadas: resulta muy evidente por varias decisiones que toman los personajes, que no se sienten del todo justificadas en lo que vimos previamente; casi podés deducir cuáles son las escenas editadas y adivinar dónde están los cortes. Recuerdo que hace un tiempo se había corrido el rumor de que la película iba a ser lanzada en dos entregas, que era tanto el material que tenían filmado que necesitaban dividirla para que no les quede una película de 4 horas. ¿La verdad? De ser verídica esa información, hubiera preferido eso: dos películas que sumen 3 hs. y media, 4 hs. en total. De esa manera las escenas hubieran podido desenvolverse con mayor fluidez y respirar, en lugar de sofocarse en su propio apuro y dar manotazos de ahogado. Olvídense de todas esas pavadas (por no decir pelotudeces) de que "Superman está hecho un amargo", "Batman no mata", y blablabla: tengan en cuenta que, en 75 años de historia editorial, los personajes tuvieron decenas (y hasta diría cientos) de reinterpretaciones; te guste o no, esta es simplemente una más de tantas que pasaron y pasarán. Lo verdaderamente triste de todo esto es que, en el centro de BvS, hay una buena película, una buena historia... pero eligieron narrarla de la manera equivocada y a las apuradas, mirando de reojo cómo su rival sigue contando los billetes y fumando habanos.
¿Ahora? Ahora esperemos, por el bien de todos los fanáticos del género... pero de los que disfrutamos el género en serio, no de los que tienen puesta la camiseta de X editorial... que no sea demasiado tarde, que haya tiempo de dar un ligero golpe de timón y corregir el curso. Eso sí sería hacer justicia. Estamos hablando de Batman, Superman y Wonder Woman: es lo mínimo que se merecen.
VEREDICTO: 7.0 - NO ME PEGUEN, SOY SNYDER
Sinceramente iba a calificarla con 1/2 punto menos, pero decidí redondear para arriba porque... SÍ, tiene varias incoherencias y desarrollos no justificados, pero se nota claramente que eso es más culpa de la mala edición que del guión (sumado a esa maldita urgencia por "alcanzar" a Marvel). Además, en lo personal, valoro muchísimo que Zack Snyder, contra viento y marea, se mantenga fiel a su propio estilo y estética visual. Eso sin mencionar que nos tapó la boca dos veces: el Batman de Ben Affleck rápidamente se ubica "ahí arriba" entre los mejores, y Gal Gadot como Wonder Woman resulta ser una gratísima y esperanzadora sorpresa. No se dejen confundir: Batman vs Superman: El Origen de la Justicia no es el peliculón que anhelábamos, pero tampoco se merece críticas tan venenosas como las que está recibiendo.