Con un planteamiento estético que toma huellas de los productos Nolan y coherente con los estándares del mundo DC Comic, ¨Batman v Superman¨ entretiene y atrapa a fanáticos y publico general, expandiendo el universo de DC Comics en la pantalla grande y funcionando como la piedra fundacional de la que será ¨La Liga de la Justicia¨.
Casi dos años después de la Batalla de Metrópolis, Zack Snyder -El hombre de acero- es el encargado de dirigir el enfrentamiento entre los dos superhéroes más famosos de DC Cómics, con huellas heredadas del estilo C. Nolan -productor del film-, pero más alejado del hiperrealismo y mucho más cercano al cómic.
La película sabe jugar bien con las diferencias estéticas y de personalidad entre ambos superhéroes y a base de elipsis, montajes paralelos, flashbacks y algunas escenas oníricas -al estilo Nolan pero filmadas con la obsesión Snyder por los primeros planos y encuadres borrosos- que funcionan como premoniciones, Batman v Superman se dedica en sus dos horas iniciales casi en exclusiva a resumir el origen de ambos e hilar el conflicto entre los dos superhéroes que se perciben el uno al otro como amenazas para la seguridad de la población.
Un mundo con dos héroes diferentes y enfrentados en el que Batman no considera a Superman ni siquiera humano y cree que tiene demasiado poder como para gestionarlo por sí mismo sin caer en el endiosamiento, y con un Superman que ve en Batman a un justiciero callejero al margen de la ley al que viene investigando y esta dispuesto a denunciarlo.
Un hombre murciélago más bruto y vengativo, bebedor, mujeriego y amargado acompañado siempre por el fiel Alfred -Jeremy Irons-, más cercano al de los cómics y construido mediante un doble trauma: el más clásico, por la muerte de los padres cuando él era apenas un niño y el generado por el ataque de Kripton a Metrópolis, que también sirve para hacer alusión al 11S con una espectacular escena que reproduce el lugar en el que se libró la batalla contra los alienígenas como una suerte de caída de las torres gemelas. Y a pocos kilómetros de Ciudad Gótica, el superhéroe extraterrestre que paso de pescador a Mesías del mundo con sus apariciones casi redentoras y que ahora debe lidiar con la paulatina pérdida de fe en la Humanidad.
Mientras que la opinión pública debate sobre el interrogante de cuál es realmente el héroe que necesitan, el Hombre de Acero y Batman se enfrentaran entre sí hasta una nueva y peligrosa amenaza con poderes superlativos, producto del multimillonario Lex Luthor -personaje que pugna por seguir los pasos del Joker e interpretado aquí por un exagerado y demasiado histriónico Jesse Eisenberg- que pone en serio peligro al mundo y puede causar su destrucción total.
Si bien la mayor parte del film se dedica al choque de Batman y Superman, como prometía el título, resulta apresurado y casi gracioso la forma en que Batman decide finalmente ayudar a Superman -sin spoiler solo diré que una confusión de nombres le salva la vida a uno de los superhéroes- para combatir la verdadera amenaza a la humanidad.
No faltan las mujeres rescatadas, amores imposibles y relaciones entre los personajes que avanzan a un ritmo inexplicablemente rápido -propio de los films de superhéroes-, con algunas peleas cuerpo a cuerpo muy bien logradas al igual que otras propias para el 3D donde los efectos especiales cobran todo el protagonismo, pero a diferencia del universo Marvel aquí brilla por su ausencia los momentos de humor y chistes autorreferentes -salvo en una o dos tomas-, imprimiéndole mas tensión dramática a lo largo del relato.
Batman v Superman no tarda en introducir otros personajes con los que volveremos a encontrarnos en futuras entregas del universo expandido de DC Cómics, como Wonder Woman -aperitivo de lo que ya veremos en la película de Gal Gadot en solitario este año-, Aquaman -Jason Momoa-, The Flash -Ezra Miller-, Cyborg -Ray Fisher- y otros que serán difíciles de reconocer para los no iniciados en los cómics como a Callan Mulvey -KGBeast-, pero que funcionan principalmente para la presentación de la Liga de la Justicia, título que vendrá por cierto dividido en dos partes previstas para 2017 y 2019.
Batman v Superman: El origen de la justicia tiene suficiente entidad individual como para entretener al publico en general y satisfacer al público del cómics, complementada por una gran banda sonora a cargo Hans Zimmer que personaliza magistralmente los temas y sus variaciones en función de cada personaje.Pero tal vez la apresurada exposición de elementos que la llevan a su objetivo final, La liga de la justicia, termine jugándole en contra y condenándola en poco tiempo al olvido.