Demasiado largo el metraje de Batman vs Superman. Mucha la información especial que contiene uno de los tanques más esperados de 2016.
Todo aquello que los fanáticos aguardaron y no esperaban que podía caber en este filme, está. Y dentro del relato. Esta vez no hay escena post crédito y con todo lo que se ofrece durante las dos horas y media de sesión se pueden dar por satisfechos hasta la próxima que, se sabe, vendrá con amigos de La Liga de la Justicia incluidos.
El Bruce Wayne-Batman de esta cinta es similar al del especial “Dark Knight” de DC. A sus 46, sabe por Batman y por viejo; suple la agilidad de la juventud con fuerza a base de brutos entrenamientos y el conocimiento que ganó de tanto combatir “alienígenas locos vestidos de payasos” en su originaria Gotham.
Ahora, en Metrópolis, se topa con uno nuevo: Superman, el hombre que llegó de Kriptón, que fue criado por granjeros en Kentucky, que salva a la periodista Lois Lane de todo acecho en cualquier rincón de la Tierra, y al resto de la humanidad -–la norteamericana al menos--, pero a su modo y dejando daños colaterales a su paso.
De allí que esté siendo cuestionado por funcionarios y ciudadanos; y de allí, el enfrentamiento del título que abunda en escenas de lucha cuerpo a cuerpo y con una bestialidad que obedece a los modos más actuales del cómic.
La pregunta del millón: ¿compone, Ben Affleck, a un buen Wayne/Batman? Sí. No hay duda que se han tomado muy en serio la construcción del personaje. En cuanto a la película, pudo haber sido mejor si se hubiera procurado abarcar menos.
Luego se discutirá qué sobró, qué faltó y quedar a la espera de otra oportunidad.