Finalmente llegó el día. El Hombre contra el Dios. El día contra la noche.
Mientras que sobra lugar para todos los personajes de historietas, la escala con la cual el fanatismo suele medirse es en números de butacas ocupadas y esto, deriva en una cuantificación del éxito. Bajo estos parametros, es imposible negar el suceso que las películas de Disney/Marvel significan para el subgénero de la ciencia ficción, que son los films de super héroes. Y claro, demás está decir que dichas victorias no fueron casualidad, sino parte de un plan bien construido que salvaguarda hasta aquellas pelis que realmente ni siquiera están tan buenas, por más que al público le cueste admitirlo. Sin embargo, cabe destacar que toda esta fiebre empezó con un sólo personaje, allá en 1938, donde el pedido de todos los jefes editoriales era un sólo: “Inventen al próximo Superman”.
Esta anécdota sirve para ilustrar la paradoja donde, finalmente Superman tuvo que terminar reinventándose a sí mismo, luego de una fallida experiencia en 2013, para intentar colocar una vez más a las propiedades de DC Comics como los líderes del universo superheróico. Claramente, semejante tarea herculeana, precisaba de otros pesos pesados en el equipo y allí fue donde entraron Batman y la Mujer Maravilla en la ecuación. Ahora, la pregunta ante esta estrategia es ¿funciona?
Batman V Superman: Dawn of Justice, es uno de los estrenos más anticipados del año. Los continuos avances, anuncios, imágenes y pseudo-filtraciones, consiguieron que la espera se convierta en una vorágine de ansiedad, hasta para quienes no comulgan el fanatismo por estos personajes de calzas y capas. Y ahí es donde está el mayor desafío, hablarle a dos públicos diferentes al mismo tiempo. A quienes exigen que los detalles estén a la perfección con precisión de viñeta y quienes sólo pretenden ver una buena película. Superman, Batman y la Mujer Maravilla pueden enfrentarse contra los monstruos más peligrosos de todo el multiverso, pero nada es más difícil que un público de cine intoxicado por el hype. Por suerte, la Santísima Trinidad de DC Comics, estaba preparada. Tanto como Batman tiene listo un plan de contingencia para cada uno de sus aliados y enemigos, el equipo de “El Amanecer de la Justicia” se anticipó a todos los frentes. Esta segunda película del recién establecido Universo Cinematográfico DC está construída sobre una sólida base, donde la trinidad no son los personajes mencionados, sino un buen argumento, muy buenas actuaciones y un respeto y homenaje continuo por todo el canon de los 82 años de la editorial californiana.
Desde la primera escena, antes de llegar al minuto siquiera, los guiños al universo de los personajes comienzan a aparecer, para luego convertirse en homenajes continuos, escondidos tal vez para el ojo de quien no los conoce, pero funcionales a ambas clases de espectadores. Esta atención a los detalles, comienza un efecto dominó que construye escena tras escena, una historia firme, un contexto verosímil a los personajes y una narrativa visual que complementa cada decisión en pantalla. Todas estás situaciones, cargadas de emoción, son transportadas hacia el espectador por un elenco comprometido con la causa, quienes dejan todo en escena, desde el menor de los roles. Desde Jeremy Irons y su impecable pero escaso Alfred, hasta Jesse Eisenberg y su cleptómano de escenas, Lex Luthor, cada integrante de esta oscura historia, cumple un rol que aporta hacía un objetivo superior. Y lo mejor de todo esto es que ningún detalle está apurado. Todo es una construcción muy ordenada, que en sus dos horas y media escala rítmicamente, sin pisar el freno ni morder la banquina en ningún momento. Quedará en el ojo del observador juzgar si el producto final es de su agrado, pero es imposible negar que todo en “El Amanecer de la Justicia” tiene su instante y su lugar y en ningún momento se pisan la capa con el afán de hacer un paso en falso, sólo para impresionar a la audiencia, quienes ya están impresionados por la notable mejoría de Henry Cavill, la impronta en escena de Gal Gadot y la llegada del Batman definitivo: Ben Affleck.
Que no quepa duda, este film es una película de Batman, pero aún así, permite que todos y cada uno de los personajes tengan tiempo de explayarse, en lugar de tener que alquilar 5 minutos de pantalla para decir alguna frase célebre, recibir el aplauso y luego sumergirse en algún agujero argumental. Los ínfimos alivios cómicos proporcionados por el Perry White de Laurence Fishburne, están para claramente aliviar un poco la tensión generada por una situación que de a poco se vuelve insostenible para todos los involucrados. Ya sean los debates morales de Superman, la dudosa opinión unilateral de Batman o la psicopatía de Lex Luthor, todo es un plan para llevarnos minuto a minuto, cada vez más hacia el borde de la butaca.
Por suerte, con el sadismo de alguien que se sabe en control de la situación, el film entrega varios momentos para festejar. Los incontables cameos obligados cumplen su evidente función, las citas, referencias y homenajes a las historietas pueden mantener a los más fanáticos ocupados durante días, pero lo mejor son los giros argumentales, para los cuales sería bueno que junto a los lentes 3D, el cine entregará cinturones de seguridad. En una actualidad donde está confirmado por los estudios que si no se muestra toda la película en el trailer, la gente no va a verla, es un verdadero placer y una gran sorpresa cuando “El Amanecer de la Justicia” nos lleva de paseo por un montón de situaciones que realmente no esperábamos, mientras que las que ya habían anunciado están muy bien tratadas. Las presentaciones de los personajes que constituirán la Liga de la Justicia son variadas y están utilizadas en función del argumento y no sólo como un divertimento post-créditos, lo que es aún otro aporte a la construcción de la historia, robando algunos aplausos, algunas risas y mucho aliento.
Por más que poco puede objetarse, hay aún algunas asperezas para limar. Algunos personajes que regresan de Man of Steel siguen siendo igual de intrascendentes para todo lo que está pasando y por más que haya mejorado su performance, Henry Cavill demuestra ser el ser más poderoso de la Tierra, pero no deja ver nada de la inocencia del pibe de Villa Chica. Sin embargo, tal vez lo más tosco de la película, es lo notorio de las escenas que tuvieron que ser reservadas a la versión de Blu Ray, para mantener una calificación más familiar. Cabe destacar que si pensaban llevar a niños o niñas que recién comienzan la primaria o aún menores, deben replantearselo por completo. Acá no está la sonrisa de Chris Evans o el humor de Robert Downey Jr. Esta película de DC convierte su mayor debilidad en una de sus más grandes fortalezas: es oscura como pocas y bien que funciona, al punto que, irónicamente, todos aquellos que aplauden a Deadpool por ser una película de superhéroes para adultos, van a tener que cruzar de vereda para recibir otra dosis de esta nueva tendencia.
Batman V Superman: El Amanecer de la Justicia, es una película a la altura de los parametros del género, de los exigencias del público y de las expectativas de los inversionistas. La base del nuevo Universo Cinematográfico DC es sólida, aunque aún es temprano para saber cuán inquebrantable. Por lo pronto, quienes busquen una gran historia que los lleve de los pelos en lugar de la mano, les presente personajes por quienes es imposible no sentir algo - ya sea para bien o para mal - y que, finalmente, los deje confundidos de estar capacitados para levantarse de las butacas aún cuando los créditos ya terminaron y el cine prendió las luces, entonces esta es su película de superhéroes.