Antes de avanzar con mi review de "Batman vs Superman", pueden leerla sin miedos. No habrá grandes spoilers (me lo pidió especialmente mi gran amigo Zack Snyder quien no quiere que anticipemos mucho de la trama) y si mucha evaluación de la producción en sí, que es de las más esperadas del año...
Lo primero que me pregunté cuando eligieron a Snyder era si iba a tener libertad creativa total para nutrir a esta adaptación del legendario comic de DC y a la luz de los resultados, debo decir que su estilo no logró enraizarse en la propuesta. Lisa y llanamente. Esperaba un film incendiario, transgresor, original, y lo que ví, luego de 153 minutos de proyección sólo se corresponde con un típico producto mainstream de superhéroes, lejos de las oníricas realizaciones anteriores de su director. Más, cuando se terminó de rodar hace 15 meses y recién ahora llega a salas.
Sí, ustedes dirán... ¿No era lo esperable? Y... Debo poner en mi lista de deseos, que luego de haberle demostrado a la industria que él podía hacer buenos films de este tipo ("Man of steel", sin dudas) yo esperaba algo distinto. Lamentos al margen, sí le reconozco a Snyder que hace un rodaje prolijo, edita con oficio y le da un tono oscuro a este crucial momento del nacimiento de la Liga de la Justicia (porque de eso hablamos, ya están anunciadas con el mismo director dos cintas para 2017 y 2019).
¿De qué va la historia? La trama arranca tratando de conectar los universos de Superman y Batman. Muy a lo 9/11, presenciamos los hechos que vimos en "El hombre de acero", desde otro ángulo. Bruce Wayne (Ben Affleck), llega a Metrópolis desesperado y observa cómo la ciudad vive el combate contra el general Zod de la peor manera. Con el correr de los días, la tensión se establece al conocerse un incidente en el cual Loise Lane (Amy Adams) se encuentra con un jefe terrorista en circunstancias inadecuadas y todo sale mal. Bastante mal. La cuestión es que Clark (Henry Cavill) tiene algo que los humanos no: límites.
Su propia moral es la que le sirve de guía y si bien sabemos en el fondo que es un buen tipo, lo cierto es que los Estados Unidos duda de su capacidad para protegerlos. En definitiva, es un vigilante poderoso al que sospechan fuera de control. Batman piensa lo mismo y sus fantasmas internos alimentan una contienda donde ámbos se miden, creyendo que el otro es un claro enemigo. Y claro, el villano es Lex Luthor (Jesse Eisenberg), un tipo bastante inseguro que tiene un plan (demasiado parecido el pibe a su rol en "The Social Network cuando hacía de Mark Zuckerberg) siniestro, nada precisamente auspicioso para la sociedad americana... (más bien, ¡todo lo contrario!)
Lo primero que hay que decir, para no contarles más de la historia (y dejar a mi amigo Zack contento), es que si, "Batman versus Superman" tiene decentes escenas de acción, una respetable fotografía, buena música y el ritmo habitual de una producción de este tipo. Todo vuela por los aires. Más de una vez. Pero...¿Es esto suficente?
Yo creo que no. Sin embargo, el punto fuerte de esta producción curiosamente, son los secundarios. Encontramos en el reparto muy sólidas actuaciones de Jeremy Irons (Alfred), Holly Hunter (la senadora Finch), Diane Lane (Martha Kent) y Laurence Fishburne (Perry, el editor del Daily Planet). Todos ellos están en la sintonía correcta, alternan aceitadas notas de humor negro con el drama necesario para la oscuridad de la trama que plantea. Para los fans de Gal Gadot (ya saben que será Wonder Woman aquí), hay que decirles que aprovecha su momento con soltura y lo suyo también se anota en el haber.
Affleck y Cavill (los que sostienen la cuestión) lucen contenidos, buscando un tono de horror y odio que no logran generar a lo largo de la película y aportan apenas algo de su carisma para sostener la intensidad del conflicto. Snyder es un gran director pero aquí no logra iluminar este universo de la manera en que él puede hacerlo. Eso, seguro. Algunas escenas de sueños ubica, pero sin mayor inspiración.
En pocas palabras, "Batman versus Superman" es todo lo que se espera de una blockbuster masivo, popular y directo. No es la obra maestra que muchos anticipabamos. Y hasta es posible que si la juzgas con sentido crítico, te deje un gusto amargo al final de su metraje. Es esa sensación extraña de saber que se contaba con todo para hacer una película legendaria, pero algo sucedió en el camino y los resultados estuvieron lejos de hacer historia. Se deja ver aunque no esperes salir extasiado de la sala...